Críticas Discos

Os presento a uno de mis músicos preferidos. Mucho se ha dicho sobre él, desde que muriese repentinamente a la edad de 30 años ahogado en el Wolf River, afluente del Mississippi. Era hijo de un cantante, Tim Buckley y Mary Guibert (que se ha encargado de su legado). Nacido en Los Angeles en 1966, casi no conoció a su padre, debido a su pronto fallecimiento (por una sobredosis de heroina) siendo él muy pequeño, además de que sus padres ya estaban separados. Cantaba, en el tono de voz, muy parecido a su padre, pero los estilos eran diferentes. En 1990 se traslada a Nueva York, y allí empieza a tocar en varios locales, como el café Sin-É, un café muy estrecho del Village. Lo importante no era que Buckley fuese hijo de quien era, casi cantaba como su padre y a la vez no cantaba como su padre. Pronto se empezaría a hablar de él. Sacó un EP grabado en el café citado, que dió mucho que hablar en 1993. A partir de ahí decenas de compañías corrieron detrás de él con el contrato en la mano, y firmó por Sony, grabando un año después Grace, su único disco largo en vida.

Su potencial era enorme, se dice que su rango vocal era de al menos cuatro octavas y media. Su estilo de música se define en dos variantes, por un lado le llamaba el rock, un rock desgarrado de la parte este de New York y por otro lado la vena de cantautor, pero no uno al uso, sino que tocaba con la guitarra eléctrica como si fuese una acústica y se acompañaba con ella, con la que producía momentos de una intoxicante profundidad.
En cuanto al disco en si, es una maravilla de principio a fin, una joya, empieza con una canción que va de menos a más como Mojo Pin con un interesantísimo increscendo, para pasar a la canción que da título al disco, una canción de su época, a medio tiempo. Last goodbye describe muy bien el estilo melancólico de muchas canciones de Buckley en la que canta de manera tremenda (los técnicos dicen que lo borda).
Seguimos con la primera de las tres versiones del disco, Lilac Wine, de James Shelton, donde vuelve a interpretar como los ángeles, saber apreciar un tema lento como éste denota que se tiene buen oído. So real, es otra canción de ese estilo rockero, con cambios de ritmo geniales y demostración vocal de altos vuelos. Y llegamos al momento cumbre para mi del disco, y tiene muchos, pero la versión del Hallelujah de Leonard Cohen, merece un punto y aparte. Esa manera despaciosa de utilizar los silencios, las pausas, ese tono tan personal cargado de sugerencias de su voz (el propio Cohen llegó a decir que no la cantaría más porque era la mejor versión que había oido y superaba a la original, luego cuando se vió obligado a hacer gira porque su agente le dejó casi en la ruina, tuvo que cantarla en sus shows, se le perdona). Love, you should’ve come over es otra demostración de maestría a la hora de cantar, aparte de una gran canción. Corpus Christie Carol es una versión de una canción de iglesia del siglo XVI terriblemente preciosa, tema que me conmueve de manera indescriptible. El final del disco es abrumador con Eternal Life, la canción más rockera del disco, un clásico en sus directos y Dream Brother la más psicodélica, sin duda, con unos cambios y unas subidas y bajadas antológicas.
El disco recibió en su momento enormes críticas, grandes críticas, pero las ventas no eran buenas. Pero es que este disco hay que escucharlo detenidamente, como se degustan los buenos vinos. Buckley murió como las flores cercenadas a punto de florecer, y por ello nos quedamos apenados y un poco más pobres por su pérdida.


Jeff Buckley – «Grace» (1994)
10/10
01.- Mojo Pin/ 02.- Grace /03.- Last Goodbye/ 04.- Lilac Wine/ 05.- So real/ 6.- Hallelujah/ 07.- Lover, you should’ve come over/ 08.- Corpus Christi Carol/ 09.- Eternal Life/ 10.- Dream brother
 

Os dejo con el vídeo de Grace.

Por Savoy Truffle

*Post aparecido originalmente en My Kingdom for a Melody

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