Críticas Discos

Recuerdo con algo de tristeza y melancolía cuando Sam Beam apareció en mi vida con esa delicadeza llamada «The Creek Drank The Cradle» bajo el brazo. Un disco maravilloso, precioso, bonico del to… menudo gustirrinín da el recuperarlo con el paso del tiempo. El señor Beam a base de hierro y vino fue creciendo y creciendo hasta parir el casi insuperable «The Shepherd’s Dog», uno de los grandes discos de la última década se pongan ustedes como se pongan, y rematarnos de seguidillas con «Kiss Each Other Clean» que si bien estaba un peldaño por debajo puede mirarle tranquilamente a la cara con orgullo sobretodo por aquello de abrirse camino hacia nuevos sonidos aunque eso, también con el tiempo, hemos visto que ha acabado siendo su perdición y la razón por la que comience a dejar de interesarme pues sin duda se le ha ido la mano. En eso creo que el señor Beam tiene cierto paralelismo con Bon Iver a pesar de que este cantautor de Wisconsin de verdadero nombre Justin Vernon no tenía aún una carrera tan prolífica cuando apareció el disco que hoy nos ocupa aunque sí aparece en innumerables proyectos, diferentes proyectos, todos de calidad absolutamente indiscutible como ese grandísimo disco bajo el nombre de The Shouting Matches que nada tiene que ver con Bon Iver más que Justin Vernon es quién crea sus composiciones. Tanto Beam como Vernon bien andaban sobrados de barbas y sus discos de debut eran para quitarse el sombrero. Ambos delicados y tristones, ideales para escuchar en un día lluvioso embriagados de vino. Vernon parió aquel «For Emma, Forever Ago» después de una ruptura sentimental que le partió el corazón y le hizo mudarse a una cabaña en las montañas para refrescarse las ideas y de paso el alma. Las rupturas sentimentales en los genios absolutos suelen traer joyas del calibre de aquel disco, y allí, en aquella cabaña, junto a la tristeza y el dolor, parió un disco que casi sin querer se convirtió en lo mejor del 2008, en el favorito de muchos y he de reconocer que durante un tiempo también lo fue mío pero no sé porque lo dejé de escuchar, lo abandoné, lo arrinconé vilmente aunque siempre permanecerán en mi recuerdo «Flume», «The Wolves» y «For Emma» por citar tres de las mejores. En 2011 este marcianito que os habla se convirtió en padre de una preciosa niña llamada Arlet, una niña a la que le gustaba dormirse en mis brazos escuchando música celestial como la de Bon Iver (o como el Blessed de Lucinda, su otro favorito de aquel año) por suerte para ambos Vernon volvió ese año con disco nuevo bajo el brazo que acabó por acompañarnos en nuestras largas e íntimas sesiones de siesta. El disco resultó ser algo más feliz, más positivo que el debut pero Vernon seguiría manteniendo la misma barba y el culo inquieto por descubrir e indagar en nuevos sonidos. En eso, como decía, se parece y en más cosas al líder de Iron & Wine, y curiosamente las primeras escuchas de los últimos discos de ambos me dejaron un extraño sabor agridulce que con las escuchas han acabado por seducirme del todo y llevarme al huerto en el caso de Vernon y por dejarme algo destemplado en el caso de Beam aunque como sabéis, en el caso de Iron & Wine, lo peor estaba aún por llegar.

Cuando uno admira la portada del disco intuye que lo que se esconde dentro es oro puro. La portada si no era la mejor y más bonita del 2011 por ahí andaba. Y en cuanto a la música, nos encontramos con un cruce entre Sam Beam y mi admiradísimo Bonnie “Prince” Billy y, claro, está allí pero agazapado, dormido. Lo que se impone, se palpa y se respira es un homenaje velado a la voz de los primeros discos de Peter Gabriel en solitario cosa que me agrada muchísimo pues yo soy un gran admirador de Gabriel, tal vez no estaréis conmigo en esta apreciación pero yo si noto esa conexión, esa similitud, al menos en mi cerebro, pero he de reconocer que las primeras escuchas del disco me dejaron desconcertado igual que Beam con su “Kiss Each Other Clean” aunque como dije anteriormente uno con el tiempo ha subido Olimpo y el otro se quedó en la Tierra. Esta maravilla del siglo XXI da comienzo con “Perth”, no puede empezar mejor, tímido y melancólico, bonico del to, la guitarra sonando como lo ángeles, la percusión redoblando que es gerundio y la voz con un falsete y unos coros que ponen el bello de punta. Un lujo. Los ecos a Gabriel como dije están muy presentes, ya no digo en “Minnesota, Wi” que sin duda es una de mis favoritas del disco, cuando entona en falsete el “Never gonna break, never gonna break…” y cambia a voz grave al entrar con “doubled in the toes annex it…” y la percusión se vuelve robótica me parece estar escuchando al mejor Peter pero no, es Vernon. “Holocene” es una maravilla, un lujo, una preciosidad, sin duda es de las mejores del paquete. A estas alturas y después del extraño primer contacto Justin ya me ha engatusado del todo y con “Towers” me remata, ese “ou-o-óoo!!!” me hace enloquecer. “Michicant” respira hierro y vino por doquier, otra joya más antes de enlazar con la canción que hizo que me enamorase de este disco, hablo de “Hinnom, Tx”, me encantan esos falsetes y la voz doblada, joder se me ponen los pelos de punta al escuchar “all this time with you heart in my mind, didn’t you edit?”. Y ya no digo el remate con la fantástica “Wash”. Cada día que pasaba me enganchaba más al disco y mucha culpa la tenía esta parte central del mismo, en “Wash” suena ese simple e irresistible pianito que me hace enloquecer. Genial. “Calgary” es una de las mejores canciones del disco, una de mis favoritas aunque algún cabrón me la ha estropeado al indicarme que le recuerda vagamente a alguna balada del amigo Chris Martin, puede, tampoco es que me importe pero ahora al escucharla me viene a la cabeza el grupito en cuestión y me chafa la canción. Cancionaca de todos modos para encarrilar el final del disco con “Lisbon, Oh” y “Beth/Rest” que es un caramelito difícil de pasar por alto con esos ecos ochenteros de lujo. Vernon firmaba un difícil segundo disco con sobresaliente, no sé si supera a su predecesor pero a la altura está y eso que no se limita a la continuación fácil y se arriesga bastante. No hagáis caso a medios especializados como “Allmusic” que casi suspende al disco, este “Bon Iver” no es que sea muy buen disco es que casi llega a POM, porque su POM, por suerte, aún tiene que llegar, lo que pasa es que hay que dejar respirar las canciones para poder saborearlas como se merecen, sin duda un trabajo que me acompañará para el resto de mis días.

Bon Iver – «Bon Iver» (2011)
9,5/10
01.- Perth/ 02.- Minnesota, WI/ 03.- Holocene/ 04.- Towers/ 05.- Michicant/ 06.- Hinnom, TX/ 07.- Wash/ 08.- Calgary/ 09.- Lisbon, OH/ 10.- Beth/Rest .

*post aparecido originalmente (y remendado para la ocasión) en Nikochan Island por Nikochan


7 comentarios

  1. Si le huviera visto presentarlo en directo le pones un 10. Un disco bellísimo y sublime.Menuda brasa que di con el disquito pero lo recuerdo ahora y pienso en noches de Frías estrelladas pre Rust Fest.

  2. Me referia a si le hubieras visto en directo. Yo le ví en el Euskalduna y cambió totalmente la concepción de este artista. De los de la Champions.

  3. Adoro este disco y a este artista, pocos actuales pueden presumir de ponerme los pelos de punta y emocionarme… pocos pocos, los cuento con los dedos de una mano….

  4. Pues siento discrepar, me parece que tiene, sí, 3 o 4 temas preciosos -preciosérrimos- pero como álbum completo me resulta algo monótono y repetitivo.
    Cuestión de gustos, evidentemente… o a lo mejor es que deberé dejarme barba 😉
    Saludos.

  5. Lo entiendo agente Cooper, y antes de felicitarle por su vuelta a Twinn Peaks querría decirle que este disco (al menos que yo sepa) tiene tantos admiradores como detractores, no es un disco fácil y requiere de tiempo y de cierto estado anímico idóneo… ayuda dejar respirar a las canciones… pero ahora que estamos solos le confieso que prefiero a Vernon como The Shouting Matches que como Bon Iver…

  6. El tema de "lo que se lleva" es arma de filo doble… Tanta mandanga neo-folkie (que nos saturan, coño) acaba por marear. Ahora bien, este y el primero de los Floxes (que al final me obligaste a tomarmelo en serio y es otro discón) son excepción excepcional… Por cojonudos, básicamente. Pero sobretodo este para el menda, y con todo su "cripticismo" a cuestas (alimenta el cabrón si entras en la propuesta de pleno). Gran trabajo/posteada en "black label mode archienemiguil" .

  7. Pues nos pondremos con el, le meto en la categoria de "A recuperar" lo pinche hace años pero no se quedo para siempre, claro que en aquella época no tuve una buena actitud en cuanto al tiempo a dedicar a un disco, hoy he aprendido y estoy recuperando mucho material valioso que no le dí importancia debida en su dia.
    Abrazo.

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