Críticas Discos

 Las tomas vocales y de la fender del patriarca son tan hermosas, que esto es como descubrir otro paño de la Capilla Sixtina del Gospel y el feeling que le ponen las hermanas y claro, Mavis, suena a conversación deseada, a oportunidad de una llamada por móvil a tu padre que está en los cielos. Buff, me produce sudores, es una experiencia religiosa escuchar este disco en la oscuridad.

 

Cuando hace unas semanas murió Don Covay, aprendimos de nuevo a separar el grano de la paja, los genios de los pretendientes y sufrimos el latigazo de la escapada definitiva de una de las verdaderas estrellas del firmamento del rock and soul, no de esas que lo quieren ser pero que no les llegan a la suela de los zapatos.
The real deal, los que cambian el lenguaje de las notas, del tono, del deliver, los que nos liberaron de las cadenas y construyeron las canciones que amamos y trazaron la carretera por donde circula el rock and roll, los papás y mamás del invento.
Entre ellos ésta también este Santo con mayúscula del gospel-blues y del soul folk in action, el padre de una familia que es «la familia» que llevo la Iglesia a las calles, los Staples Singers. Ahora es el momento en que paramos y nos arrodillamos repetiendo: lord have mercy on Pops porque aunque él ya partió al cielo hace 15 años, resucita con este bonito proyecto.
Iba a ser su siguiente disco -sus dos trabajos de los noventa ahí están, orgullosos en la balda, Peace in the Neighborhood y Father Father- y las demos de todo esto es lo que quedó tras su muerte en el año 2000, en unas cintas que guardó a buen recaudo su hija pequeña Mavis ( Don´t lose this,  dear daughter, le dijo antes de morir, de ahí el título)
Mavis que en estos últimos tiempos ha encontrado un aliado excepcional en Jeff Tweedy, grabando unos discos preciosos en el Loft wilquero, vió la ocasión y le retó a Tweedy para que arreglara y hiciera un long play con esas preciadas grabaciones.
A Jeff se le hizo el culo pepsi-cola y poco a poco, entre proyectos, se puso manos a la obra, reuniendo a todas las hijas de Roebuck para que fuera realmente un disco más de los Staples.
Podemos afirmar que lo ha conseguido con el respeto e integración de su propia familia roquera, él ( en muchos temas encargándose de un bajo Stax 100%) y su hijo Spencer ( a los tambores, le tiene al niño currando a destajo)
Parece un clásico a primera escucha y, en muchos momentos,  se te pone la carne de gallina.
Pero no en la vena Stax de la sagrada familia del sello sino más época Columbia, la del Freedom Highway ( esa colección necesaria como el comer y pom de la música gospel)
Ellington, si Duke, que amaba a los Staples, un día le dijo a Pops: tocas el gospel en clave de blues. Que te diga eso un genio del siglo XX te convierte en otro genio. Y es que Sir Duke dió con el secreto: la palabra trémolo la trajo Pops del delta la incorporó a la música popular para siempre. Su forma de tocar es única como los son sus silencios y sus ecos. Una especie de Monk del Gospel. Pero es que , además, su también trémula voz es la verdad del Sur, el suffering y el joy de los campos de algodón y una auténtica debilidad para el que suscribe.
Uno de los discos más formativos y educadores que he comprado en mi vida, en la Librería Universal de la calle Ledesma, fue el Grandes Exitos de la Stax de los Staples y a partir de ahí, les juré amor eterno.
Tweedy no ha desperdiciado la oportunidad de una vida de un fan sino todo lo contrario, ha obrado el milagro. Eso que nos gusta o disgusta de la forma de grabar que tiene ( bajos ampliados, baterias sordas pero llenas de resonancias, calidez inmediata) él lo mamó de los discos donde tocaba Pops y el de Chicago ha respetado el asunto como un family affair tremendamente emotivo.
Es tan sensacional y profunda su escucha que podemos hablar de uno de los discos póstumos de la Historía , como aquellos que se hicieron con todas las glorias en maqueta que grabó Otis Redding y que dejó sin acabar. Lo sorprendente es la fecha.
Las tomas vocales y de la fender del patriarca son tan hermosas, que esto es como descubrir otro paño de la Capilla Sixtina del Gospel y el feeling que le ponen las hermanas y claro, Mavis, suena a conversación deseada, a oportunidad de una llamada por móvil a tu padre que está en los cielos. Buff, me produce sudores, es una experiencia religiosa escuchar este disco en la oscuridad.
Vamos con el repertorio, todo un primor, porque la cara A comienza con  Somebody Was Watching, un clásico que incorpora ese arpegio que inventó la Swamp Music y por el que existen los Creedence, el característico call and response de sus hijas y un funky groove de Pentecostés.Te arrastra, es como la crecida del rio. Y hay  una paradiña a mitad de la canción que corta la respiración: bajo de Jeff, bombo de su hijo y las sombras eléctricas de la Fender, de esas que bebió Jim Dickinson y todo el rock sureño, time out of mind.
Sweet Home es una plegaria mano a mano con Mavis que te hace creer, en lo que sea pero creer y en la que Tweedy imita el estilo de la guitarra del «padre» porque parece ser que la demo era una toma vocal. Momento mágico del disco que llega muy pronto. Cómo dicen Oh lord o well , well, well es digno de tesis doctoral. Y claro, te sientes en la sweet home de los Staples. Escuchar para creer. Me rió yo de todo el nuevo gospel y soul, saco el kazoo y me pongo el gorrito de carnaval para echarme la risotada con todo lo nuevo que llega del género. Jajajaja. Esto es como cuando escuchas a Johnny Cash, al propio Nick Cave le tiemblan las rodillas.
En No News Is Good New, vuelven las hijas a la carga y el wurli de Scott Ligon nos hace pensar en Muscle Shoals y en el pantano, siempre el eterno pantano.
Love On My Side es para los vivos porque Pops interviene sólo como compositor y es la que me recuerda más a la época Stax. Deliciosa.
Donde más parece un disco de Jeff en la forma de tocar los acordes es en el sublime folk-gospel titulado Friendship, donde los ehhhh finales de Pops erizan los pelitos de la nuca. A comulgar por los pasillos laterales, brothers and sisters.
La cara B se compone de los ya hechos un millón de veces Nobody´s Fault But Mine ( el solito a las seis cuerdas)  y Will the Circle Be Unbroken ( con un curioso aire wilquero que le hace diferente) y de cosas animadas y troteras como The Lady´s Letter ( Un Long Walk To DC revisitado, pura ambrosia call and response)
Better Home o el terreno donde el gospel se funde con el country de manera espartana, jonda y flamenca y el Gotta Serve Somebody dylaniano en clave de jubileo en una toma que parece en directo pero muy diferente a la que ya grabó Pops en los noventa y que pone el broche de oro a una labor de amor gigante.

No veais además lo bonita y sobria que es la edición en vinilo,  ahora que estamos de ediciones. Cómo dice el soooomebody final, vale por todos los discos de Daptone Records.

Hace tiempo que por discos como éste,  uno cree en los milagros.

Pops is the answer.

Pops Staples – Don´t Lose This (2015)
8,8-10

Cara A
Somebody was watching/Sweet home/No news is good news/Love on my side/Friendship

Cara B
Nobody´s Fault But Mine /The Lady´s Letter /Better home/
Will the circle be unbroken/Gotta serve somebody


7 comentarios

    1. Es una gozada, este milagrito, the real deal my king, la madre de todo, esa guitarra y esa voz y Jeff ahí adorando al gigante Pops junto a Mavis, muy emocionante.

  1. Esto es una maravilla Joserra, este disco en si es un fenómeno musical que no debe pasar desapercibido, hay que ver también cuanto le debe Curtis Mayfield a Pops, todo lo que sale de sus séis cuerdas. Excelente post, a mi también me gusta exiliarme!!!!!

  2. Lo he escuchado una vez. Estos discos me gustan, me tienen que gustar por narices. Tienen el poso, sentimiento y solera clásica aunque hoy por hoy necesito más otras cosas. Rodará más, y tanto que rodará. Por lo pronto has conseguido captar más mi atención con tu fantástico texto. Un abrazo, tete.

  3. Eso de que algunos músicos transmiten más en una nota o acorde que otros en mil pasa con mi querido Pops. Creo que el de Wilco ha sabido leer muy bien estas composiciones y le ha dado un aire estupendo (ahí estaba su hija pendiente de que a Mr. Tweedy no se le fuera la olla). Te juro que ha sido uno de los discos que más me han conmovido en los últimos meses. Voy a por la edición vinilo cuando me recupere de mi querida Fakeband que tienen el monopolio en mi plato por el momento. Un abrazo

  4. El patriarca sigue dando cátedra , tenia mi mala espina con los discos póstumos pero “Don't Lose This” me ha hecho cerrar el pico y gozar los oídos ." Nobody’s Fault by Mine" es espectacular ,rural por donde se lo mire . Saludos

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