Conciertos

CÓRDOBA ERA EL LUGAR
No tuve ninguna duda, Córdoba era el lugar.
Por muchas razones: único recinto descapotable, aforo, sonido, belleza, precio de las entradas, y sobre todo, porque era el contexto emocional adecuado en la compañía de nuestros amigos sureños.
¿Quién me iba a decir a mi que iba a ser en Andalucía donde escucharía en directo una parte tan generosa del Tempest?
Me lo tomo como una recompensa. ¿Por qué?
Porque fue en Sevilla donde participé en el ciclo universitario sobre Bob Dylan como conferenciante y en dos ocasiones, una con «La arruga de Bob Dylan es bella» y otra con «Tempestad a secas, Bob Dylan y su nuevo tratado de vida»  y era lógico que fuera en esa tierra de sol y cultura, tan dylaniana donde reviviera todas las sweet memories de una de las experiencias más bonitas de mi vida.
Subía la temperatura en el panel digital del AVE de 33 grados en Madrid a 40 en Córdoba y en la misma proporción aumentaban los latidos de mi corazón.
Un chorro de viento africano, tórrido como el sonido de Street Legal, nos recibió en la estación-horno crematorio de la  mítica ciudad califal.
Pero estábamos tan felices que sólo había que preocuparse de hidratarse y bajar el ritmo de la marcha, no fuera que nos diera un golpe de calor que nos privara de semejante concierto.
La Sultana es poderosa desde el taxi, extrema en su belleza milenaria de capas de arte y sabiduría,  just like Bob Dylan.
La ralentización que impone ese sol de justicia hizo que se nos fuera de la cabeza intentar hacer cola en el Teatro Axerquía a la hora de la siesta para esa siempre preciada primera fila, era cuestión más de escuchar y sentir que de ver, además esas cañas heladas previas con nuestro southern gang eran más importantes que el siempre impetuoso y poco cordial ánimo del fan. Un concierto está en los detalles y suele ser la compañía la que te fija su recuerdo.
Entramos en el Axerquía con el mercurio bien alto pese a la hora -fenómeno que a los bárbaros del norte nos sorprende- un lugar moderno pero diseñado con sabiduría romana y rodeado de árboles con una bella vista de la ciudad desde su parte superior, pudiendo colocarnos en su foso sin problemas y a una distancia bonita. Todo muy californian style, me gustó el tipo de gente, la mezcla de edades y el respeto y devoción que hubo allí y también la luz.
No hubo telonero, todo un puntazo, sólo hubiera admitido a el Pájaro (como les tocó en Zaragoza) o a Chencho Fernández ya que ellos hubieran sido los únicos que hubieran pegado.
Por eso, fue muy gratificante que saliera a la plaza un morlaco astillado de mote His Bobness en primer y último lugar, dentro del atrezzo y montaje de luces más bonito con el que le he visto adornarse. Muy de radio y cabaret, muy in the heat of the night. Me acordé entre tanto micrófono vintage y luz naranja de lo bien que se cocina escuchando los podcast de una de sus tantas obras maestras que no están en su discografía: su Theme Time Radio Hour.
Aquello tenía toda la intención, disfrutar de su arruga en el recinto soñado. Él piensa en su público, no hagais caso a los hombres del tiempo mirad los parquimetros. Lo consiguió.
No hubo un fraseo ni un segundo en autopilot en todo el concierto.
El maestro en el arte de la reinterpretación de su propia leyenda y la de la canción norteamericana estaba allí en su gira interminable para contarnos cosas nuevas de tú a tú y no vivir de las rentas como el 98% de sus camaradas. El otro 1%, en su porcentaje, se llama Neil Young.
Y con espíritu flamenco y traje y sombrero negro cordobés, Bob Dylan interpretó todo su setlist, cerrado a 20 temas, a pleno sentimiento. Esa milonga que siempre sueñas pero que nunca me había caído en suerte, salvo en mi primera cita con él en Vallecas, 1984, donde todos éramos más jóvenes but older than that now y en Paris, año 2000, presentando Time Out Of Mind.
En los demás siempre había cosas, muchas o pocas, unas mejores que otras, incluso algunas mágicas pero la faena de hoy era de dos orejas y rabo.
Ya Things Have Changed sonó enchufada desde el principio tras el gong y la intro de guitarra lenta hasta que aparece el santo y su poderosa cuadrilla que toca en trazos de oro.
La letanía de las bellas frases, el observar una inesperada potencia y claridad en su voz y sus melismas cavernarios, su alta presencia en la mezcla y ese sutil y hermoso empaque de reinterpretación de la gran música americana que ya es universal con una steel que es el alma de todo, produjeron un empitonamiento de los poros de los brazos muy serio desde la oscarizada y memorable canción. Sonido de cristal de copa de lujo, el cielo andaluz no trae rebotes molestos de los vatios que perjudiquen la salud auditiva y emocional, only natural.
Con ese brutal comienzo a la velocidad y elegancia de los trenes de alta velocidad , el minesotarra se empleó a fondo para llevarnos a lugares legendarios imaginados con una única sorpresa y muy grande, la decisión torera de cambiar el final previo al bis.
I,m A Fool To Love You sustituyó a Autumn Leaves y es que…a dónde iba a parar cantando a las hojas doradas del otoño en una tarde de verano infernal!
Y ese para un servidor fue el momento epifanía, la interpretación del estándar americano. Imposible describirlo, resultó just like Billie and Chet.
Volviendo al orden, She Belongs To Me sonó muy sentida con solos de armónica de tres acordes y nada más que la verdad. Sencillo en su soplido como siempre, como el afilador ambulante que viene calle arriba y que ya no existe, con sus tonos cromáticos ala Every Grain of Sand.
Con aires de habanera y mambo arrancó la sublime Beyond Here Lies Nothing y me gustó todavía más que la grabada, con su aire de cabaret barato nos dió una aspersión de agua helada dentro de la calima norteafricana y nos hizo que transpiraran las t-shirt como si fueran de lino cubano. Un aire slow train coming también tuvo todo el concierto.
Con la cuarta llegó el delirio expresivo, su manifiesto proletario compasivo y tierno, Working Man Blues # 2 la cantó como si fuera a morirse esa noche, legendaria y de plena actualidad, money is getting shallow and weak. Y muchos tienen la cara de decir que Dylan ya no tiene que ver con el presente…
Donnie Herron, mientras tanto y practicamente de seguido, besaba con su steel las frases del bardo con unas notas caídas como estrellas del firmamento. Carne de gallina.
Lo reitero, Bob Dylan es el cantante que mejor y con más arte se compadece del ser humano.
Como dijo Paco la canciones que comienzan sus elepés tienen siempre algo especial, son pelotazos y con la que empieza Tempest es un milagro perdido en la tradición americana más antigua. Parece que no es de este siglo pero lo es. Un arreglo diferente ( a lo Neville Brothers), desenfado y libre de Duquesne Whistle nos alegró todavía más la fiesta. Ole por las secuencia.
No da un paso en falso, no hay fallos, ni siquiera en sus caprichosos acordes al piano que no dejan de ser puro Dylan, su cubismo. Todo está pensado para agradar al que crece y se hace viejo con su música, usándola a diario, manteniéndose por ello siempre forever young.
Cuando haces música de raíz, dijo acertadamente mi amiga Lu, la banda tiene que interpretar el duende del cantante, arroparlo, disfrutar con la suficiente tensión de la improvisación del jefe y conseguir gozarla. Eso es exactamente lo que pudimos sentir, sus escuderos lo trasmitieron de manera cercana y clara, colocados de manera perfecta sobre las tablas para verse.
Y quiso presentarnos su ranchera de feria de pueblo, Waiting For You para que bailara nuestro corazón y no sintieramos fronteras mientras el cercano Guadalquivir se llamó por un ratito Red River.
Happiness is but a state of mind.
Anytime you want, you can cross the state line.
You don’t need to be rich
or well-to-do,
I’ll be around, waitin’ for you.
Un cambio de tercio con un Pay In Blood de enmarcar, funky como la mejor de las mierdas que me impresionó y superó con creces a la grabada en el Tempest, limando su aspereza pero de muy mala hostia.
La cosa fluía, había respeto, cariño y ganas no vistas de desde hace años. Sus pantomimas exageradas y chiquiteras de la Calzada, detalles que nos gustan y hacen reir.
El primer sinatrazo fue Full Moon & Empty Arms, cristalina y fiel a la grabada y compruebas lo que él reverencia estas canciones desde la primera nota. Sigue on a roll, inspiradisimo y muy a gustito aunque los calores le hacen beber en más de una ocasión.Le veo mejor que hace tres años, más en forma, tenemos Dylan para rato.
Remata la primera parte con un Tangled Up un Blue totalmente nuevo donde se demuestra porque merece la pena ir a sus conciertos: ver a un creador crear. No hay una frase que no vuelva a adquirir todo su sentido, el sólo de armónica nos recuerda el por qué es tan obra maestra. Antológica.Como si la hubiera compuesto esa mañana.
Bobby anuncia el descanso de veinte minutos con una bonita parrafada- parón necesario, innovador y refrescante – para comentar la jugada, para que nos estiremos un poco de nuestra escucha concentrada. El primer round nos ha dejado sin palabras. Ni en nuestros mejores sueños hubiéramos imaginado tanto escalofrío continuado.
La segunda parte comienza con High Water (For Charley Patton) con su banjo omnipresente y pureza sureña, de la raza de la Antología de Harry Smith y sigue con una siempre bienvenida Simple Twist of Fate donde cambia nacer en la primavera por nacer en España y donde heat of the night lo dice como si estuviera en el centro del mismo infierno. Impresionante, de llorar, Blood on the Tracks baby!
Early Roman Kings  es el blues pesado y chicagúense siempre necesario en un bolo de Zimmy, tocado con maestría y reverencia tanto a Muddy Watters como a ZZ Top. His mojo is working. Pero no es para nada un trámite como pudiera haberlo sido otras veces, también supera a la grabada porque ahora canta mucho mejor.
Desde Bayona esperaba otro Forgetful Heart y volví a llorar agarrando la mano de mi darling companion. Es su fado menor, una auténtica POM (Puta Obra Maestra)
La notas de la armónica apuntaban en direción a Portugal. What can I say, without you It´s so hard to live…
 
Spirit on the Water su canción mezcla Milikito y Leon Redbone, sonó ligera, bonita del todo, qué primor y en Scarlett Town todavía todo fue más espectral y el riff de banjo y las baquetas sonaban a un lento tren de historia.
Soon After Midnight con el tintineo repetitivo del piano fue una gratisima sorpresa y es que Tempest es Tempest, trufado de canciones inmensas.Momentazo.
Otro climax fue Long & Wasted Years, tan deseada que fue como sexo trántico y esperamos a su última estrofa rezando, de rodillas. Según llegaba la intensidad emocional era tan salvaje que sólo pude gritar bravo. Como del Blonde on Blonde.
I´m A Fool To Want You fue nuestra particular recompensa por tan largo viaje, no hay palabras para describir su jondura y tristeza que desató en el auditorio. Time and time again I said I´d leave you…Y es que Bob ama su letra y melodía. Las paradas eran de saeta.
Y él está loco de amarnos y nosotros a él y él no puede vivir sin nosotros y nosotros sin él.Y el que nos llame fanáticos es que no se entera de nada.
El bis tremendo: un Blowin´ In The Wind basado en unas nuevas notas de violín ala Waterboys, visto desde el respeto y la grandeza de su letra siempre reconocible y legendaria.

Como un abuelo cariñoso, lúcido y sabío, así la cantó. Y uno recordó At Budokan y no me digais por qué, será por su eterna reinvención. Lágrima.

Acabar con un Love Sick de Hermandad del Cachorro en plena Madrugá, con sus paradas, marcialidad, vigencia, fuerza y calor roquero y su frase final que dice eso de  just don’t know what to do I’d give anything to be with you, explica todo el misterio de por qué His Bobness está todavía al pie del cañón, vigente, neverending,  sin ponerse las zapatillas de casa, forever young y esas son las razones de irlo a verlo hasta el sur.

Para seguir su consejo y aprender una nueva lección de vida y cante, estaba claro que Córdoba y su Teatro Axerquía era el lugar.

* Esta reseña se la quiero dedicar al southern gang que ya saben ellos quienes son, incluso a los que no fueron o no pude ver en todo el mogollón del concierto.

Por cierto, un Live oficial de esta gira sería justo y necesario!


7 comentarios

  1. Gran "chronicicle" JR espero ser considerado parte de ese Southern Gang, el miercoles pasado pillome en Granada viendo a mi hija cantar con el Joven Coro de Andalucia a la vez que Bob descargaba en el Palacio de los Deportes y no puede evitar acordarme de todos ustedes, ya sabes que mi escaso presupuesto suele ir dedicado a tributar a ese 1% que mentas, pero me hubiera encantado estar ahí contigo y con el resto del pandillon. Abrazote para todos y sobre todo gracias por la bonita cronica.

  2. Vimos el mismo concierto Joserra, ¿dónde estaba el distanciamiento del que habían hablado? Fue todo emoción y pelos de punta, vuelco del corazón cuando me acuerdo de Tangled Up…, Fool To Want You y el glorios bis. Me morí directamente ayer cuando vi el set list de su concierto en Albi…solo me consuela los tres temas más que le sacamos de ventaja. Feliz verano.

  3. ¡Hace falta valor! (decían los de Radio Futura en la "Escuela de Calor") y lo menciono porque tu entrada es la hermosa crónica de un viaje. Viaje para iniciados que, despreciando la cercanía del infierno climático, se trasladan desde muy lejos hasta la misma boca del volcán para asistir a una ceremonia solo apta en esas condiciones para verdaderos conversos. Hermoso viaje si el camino estuvo lleno de emoción y sudor, la estancia fue tan intensa como pasajera, y la vuelta plasmó su bella historia entre el traqueteo del tren. Enhorabuena por el viaje y por compartir la experiencia con tantos otros, tan lejanos muchos de ellos, tan cerca en el corazón.
    Abrazos,
    JdG

  4. Fue una noche de ensueño, con "Workingman's Blues" y "I'm a fool to want you" en mi top de escalofríos por minuto. ¿Está rejuvenecido o me lo parece? No sé, el caso es que me transmitió su "agustera", y vuestra presencia la multiplicó por mil. La Axerquía era EL SITIO, te lo dije.
    Besos y vuelve pronto…

  5. No ha sido posible, esta me la he perdido pero leyendo a unos cuantos parece que he estado un poco alli, "Tempest" es un gran disco de la arruga, mejor cadda vez que vuelvo a el, como ha sido recientemente, Riaza y el curro ha impedido la experiencia, celebro que lo hayais vivido tan intensamente, aunque los agoreros hablan de otras cosas.
    Abrazo.

  6. Qué gran repaso Joserra. La paliza de kilómetros y el sudor a 40° se olvidan pronto pero el dylanazo 2015 permanecerá en nuestra memoria siempre. Eres ya hijo predilecto de Andalucía. Un abrazo

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