Críticas Discos

El grupo de Nottingham acaba de editar su décimo disco de material original titulado «The Waiting Room» y hay que celebrarlo. Son pocos los artistas y grupos en la actualidad que son capaces de crear su propio universo sonoro, que aunque remitiendo en cierto grado a sus referencias, siempre lo consiguen desde una punto de vista personal y único. A estas alturas los Tindersticks no deberían necesitar mayor presentación, pero por si acaso no me quedaré sin recomendar sus dos primeros discos, tanto como «Curtains», disco obra maestra, hasta su dos últimos discos me parecen notables, son buenas elecciones, otra buena introducción a su universo particular podría ser su «Live In London» que reseñé en su día. (http://goo.gl/09QEtK).
La música de los Tindersticks no es apto para todo los públicos y se entiende que en consecuencia tampoco sea muy conocida su obra, ni te producirán un impacto en la primera escucha, ni te alegrará la vida en un sentido luminoso, pero tampoco les veo una pretendida grandilocuencia, ni llevan implícito ningún tipo de elitismo. Podríamos describirlos como la reinvención del legado de Lee Hazlewood y Scott Walker pero no de una manera ortodoxa a la Richard Hawley. Sus canciones son susceptibles de ser enmarcadas en el arte de la emoción profunda y el ritmo contemplativo, con arreglos cuidados pero sin virguerías innecesarias, aunque necesitan de sucesivas escuchas para que el interlocutor pasivo aprecie su valor real, se escapan por tanto a la norma en un tono reflexivo, aspecto que a la larga hace que este tipo de discos sean los que más calan.
«The Waiting Room» no iba a ser menos, pues tiene todos los ingredientes que esperaba de esta gran banda. El disco no busca un impacto inmediato, queda claro desde la primera instrumental Follow Me, exquisitez sonora que juega el papel de créditos iniciales de lo que está por venir. Sigue Second Chance Man, apenas unos acordes de órgano y el ritmo del charles son suficientes para quedar inmerso en su mundo onírico, canción tejida de manera magistral y que va creciendo y añadiendo arreglos, el bajo, los vientos primordiales en todo el disco, y la imponente voz de Staples que nos lleva hacia el clímax, para luego volver a empezar. We Were Once Lovers tiene en primer plano la pulsión del bajo eléctrico ejerciendo de guía y que como Help Yourself me retrotraen en intención a alguna de las obras soul conceptuales de los primeros 70, salvando las distancias claro, pero con el mismo groove envolvente. La fantástica Hey Lucinda ya pululaba por la red, favorita del lote de momento, canción que ya tiene unos años y que recupera Staples, un dueto exquisito junto a Lhasa De Sela, amiga del alma que murió hace unos años, una cantautora que debería ocupar su lugar privilegiado en el Olimpo de las reivindicacones artísticas como merece, aquí ambos propician uno de los momentos más bonitos y emocionantes de lo que llevamos de año, una canción de cuna para adultos que te mecerá y te llevará de la mano a ciertos lugares guardados muy dentro.

Para cuando llegues a This Fear of Emptiness estaréis sumidos en el más dulce sopor, excelente instrumental que no hace decaer la atención, al contrario, nos deja espacio para saborear y degustar las exquisiteces que nuestros oídos acaban de escuchar, el valor de la palabra se advierte primordial y como en su anterior disco (canción Chocolate en The Something Rain) tiene  su peso, aquí en el recitado de How He Entered  que pone de relieve tal consideración, y como la que da título al disco The Waiting Room, a voz y órgano, me viene a la memoria el Terry Callier que viste el amor de misticismo etéreo de esencia soul, pasan suaves y ligeras, acarician. De nuevo otro instrumental Planting Holes, interludio de intención cinemática que da paso al tramo final donde tenemos la fastuosa We Are Dreamers!, primer single, acompañado por Jehnny Beth del grupo Savages (que por cierto también tienen disco nuevo) y que me hacen imaginar un dúo entre Pj Harvey y Nick Cave, ambiente tenso y guitarras de esencia noise que recuerdan, además, algunas de sus primeras canciones. Este cuadro de intención impresionista cierra dulcemente con la hermana (pequeña) de Hey Lucinda, pues Like Only Lovers Can es otra maravilla, quien no puede imaginarse a un Burt Bacharach actualizado sondeando las maravillas de las relaciones de pareja?, la música te acaricia y Staples se erige como crooner de los secretos y laberintos, a veces dolorosos, otros dulces, del amor.

Como complemento audiovisual cada canción viene acompañada de su respectivo cortometraje cada uno con un director diferente, y por el resultado visto hasta ahora, consiguen conferir de gran plasticidad visual a esta obra musical de gran calado lírico. Arreglos detallistas, harmoniums, glockenpiel, cuerdas, por supuesto mención especial a la inestimable aportación del saxofonista Julian Siegel ya presente en anteriores trabajos, quizás aquí con una presencia más vistosa, arreglos de vientos que son una de las grandes bazas del sonido de este disco.

Los Tindersticks continúan siendo una de las agrupaciones más personales y emocionantes para la escucha atenta, que sin plantear grandes cambios con respecto a sus pasos anteriores, arreglos de vientos comentados y unas programaciones menos evidentes y más orgánicas, consiguen un disco irregular (no por la calidad más porque transcurre entre momentos más vistosos que otros) que a la postre desvelan la gran belleza cuando se contempla en su conjunto. Pop de cámara, chanson independiente, smooth-jazz contemplativo, llamadlo como queráis, The Waiting Room no creo que necesite todo un año de perspectiva y comparativa porque sé que además de un artefacto único en su concepción será uno de los discos fijos en mis futuras escuchas, desde ya una debilidad sonora. Muy recomendable.

 Tindersticks – The Waiting Room (2016) 9/10

01. Follow Me/ 02. Second Chance Man/ 03. Were We Once Lovers? / 04. Help Youself / 05. Hey Lucinda / 06. This Fear of Emptiness / 07. How He Entered / 08. The Waiting Room / 09. Planting Holes / 10. We Are Dreamers! / 11. Like Only Lovers Can

Escrito en valenciano para NO SÉ VIURE SENSE ROCK

Conciertos de los Tindersticks per a 2016:
L’Auditori de Barcelona (Festival Guitar) el 14 de abril
Anfiteatro Miramón de San Sebastián (Music Box Festibala) el 16 de abril

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Un comentario

  1. Todavía no me he metido con ningún disco de 2016, este puede ser el primero, será mi primer disco de este grupo, ya comentremos, gracias.
    Un abrazo.

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