Discos Críticas

Aunque no me arriesgo a decir si es el mejor disco de su carrera si que es su New Morning y por lo tanto, el que más voy a escuchar de su catálogo. Porque como dice mi camarada Nikochan es bonico del to pero además pinta a clásico al no parar de crecer con las escuchas. Dixie Blur, en definitiva, te hace cabalgar al galope aunque sea con la mente y eso es justo lo que los seres confinados necesitamos…

Con la primera canción de este espléndido disco, el ilustre habitante de Topanga, Jonathan Wilson vuelve al redil de un mágico debut titulado Gentle Spirit (2011), la languidez hippie renovada del Laurel Canyon Sound de los primeros setenta. A partir de entonces y en lo que va de década, emprendió dos aventuras más libres: el magistral y ecléctico Fanfare (2013) y el cambio a texturas más sintéticas/para gustos Rare Birds (2018)

Pero tras esa primera pista titulada Just For Love de aromas tan Traffic con flauta del paraíso incluída, arranca el álbum con motor más country-rock de su carrera. Nashville tenía que ser la ciudad de grabación, el mítico estudio de Jack Clement y con unos pedazo de músicos que se salen. Y aunque Jonathan sigue en su tono suave que bien pudiera asimilarse al de un Gilmour vaquero (siempre lo he pensado, desde que le vi de telonero de Neil y los Crazy en Biarritz; tipo apuesto, con melena y mirada baja en escena), con la introducción del sublime violín de Mark O ´Connor (una reverencia) el melenas lanza un brindis al sol de la sublime Marshall Tucker Band.

Pero al igual que suele hacer Beck con el clasicismo folk-rock americano cuando atina, Wilson tiene su personalidad y su cósmica, entre Gene Clark o Gram Parsons (referentes) pero sonando al día. Se nota que él no hace ascos a nada en lo que respecta a buena música.

El single 69 Corvette del que ponemos vídeo representa muy bien la experiencia auditiva del Dixie Blur completa y le sigue New Home que ya nos avisa de que este disco es un punto y aparte. Y no solo nos deleita con todas y cada una de sus canciones sino que nos hace pensar dentro de ellas.

So Alive por ejemplo es un ya un clásico del género country-rock, una cabalgada en un pura sangre. Para el baile frenético de saloon además ya tenemos seguida In Heaven Making Love, un precioso pastiche de western swing a la yihaa.

Pat Sansone de Wilco contribuye a hacer todavía más deliciosa esta gema de disco que para un servidor es ya un firme candidato en su lista de los mejores del año del Virus.

Luego siempre hay hueco para las escalofriantes baladas marca de la casa como Oh Girl donde quedarte a desear un verano en que se pueda escuchar en una larga playa, sin gente,  mirando al horizonte sin mascarilla ni pantallas de protección. Tampoco hay desvaríos ni fumadas que le eran también propias o excesos de minutaje, lo que abunda es gusto a raudales en esta excelsa grabación de sonido de 10.

Pirate es una perlita de 3 minutitos y Enemies rinde tributo a poms del tipo Pacific Ocean Blue de Dennis Wilson con producción muy spectoriana pero que también podría haberla firmado el propio Boss de Nueva Jersey.

Es cierto que son canciones que te suenan a ya escuchadas y a ese respecto el fabuloso disco del año pasado de Tyler Ramsey-For the Morning, favorito en esta casa, puede ser su dulce hermano mayor.

Fun For the Masses  o Platform son golosinas, la última con el viejo truco de los acordes del Everybody´s Talking de Nilsson, un resorte infalible.

En Riding the blinds asoma de nuevo su obsesión por combinar a los Dead con los Floyd. Luego la ranchera de El Camino Real, de vuelta al rodeo. Doug Sahm y los Lobos renovados y reivindicados que ya iba siendo hora.

Y para acabar un pedazo de doblete con la guapa a la vez que retro Golden Apples, entre el Neil Young más pradera, Glen Campbell y todos los titanes del country-waltz desde Townes a Ryan Adams. Buff qué maravilla.

Y de telón Korean Tea , un broche de oro con su entresijo de cuerdas de nylon, todavía más reflexiva y delicada y muy Jonathan Wilson.

Aunque no me arriesgo a decir si es el mejor disco de su carrera si que es su New Morning y por lo tanto, el que más voy a escuchar de su catálogo. Porque como dice mi camarada Nikochan es bonico del to pero además pinta a clásico al no parar de crecer con las escuchas. Dixie Blur, en definitiva, te hace cabalgar al galope aunque sea con la mente y eso es justo lo que los seres confinados necesitamos. Bravo Jonathan, gracias por este Desenfoque Dixie, aplaudiré en la terraza esta tarde también por ti.

Por Joserra Rodrigo


2 comentarios

  1. Maravilloso disco. Para mi de lo mejor del año sin duda alguna. Disco que crece y crece y te lleva al paraíso. Hay canciones, y hay melodías… y son superlativas.

  2. Totalmente convencido después de esta magnífica crítica. Utilizas tan bien las referencias musicales en tus frases como, imagino, las usará Jonathan en sus canciones. A por él.
    Abrazos a los dos, Joserra y Nico.

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