Rookie – Rookie (2020)

Es ver la portada del debut de la banda de Chicago (Illinois), Rookie, y caer rendido a ella sin remisión. Fijándonos en la ilustración y en el logo de la banda con ese aroma tan setentero no podemos quedarnos indiferentes. Uno necesita hacerse con el artefacto sonoro, uno desea hincarle inmediatamente el diente para descubrir desde el primer segundo, desde la primera nota que estamos ante un debut memorable. Estamos ante el disco de unos jovenzuelos melenudos y barbudos que han crecido seguramente escuchando los discos de sus progenitores, adorando el rock americano, el de la era dorada, el del supersonido de los setenta. Rock clásico, obviamente. Rock de guitarras y armonías vocales. Rock con gancho y melodía. Vamos, que no han descubierto la pólvora pero todo lo han aprendido a la perfección y nos lo sirven magistralmente. No inventan nada, ni lo pretenden. Lo que sí consiguen es hacérnoslo pasar en grande y que nos volvamos adictos a sus canciones, y una y otra vez pinchemos su nuevo y flamante debut musical.

La media docena de talentosos e hirsutos jóvenes «novatos» la forman Dimitri Panoutsos, Max Loebman, Christopher Devlin, Kevin Decker, Justin Bell y Joe Bordenaro, y suenan, como bien dice toda la crítica especializada, a una mezcla en su justa medida de Cheap Trick, Thin Lizzy y Big Star… a lo que añado un aderezo de Mott the Hoople e incluso en algunos momentos del sello «supergrass», el buen hacer de Gaz Coombes sobrevuela… a eso le añadimos el supersonido setentero de la radiofrecuencia y algo de indie de nuestros días, e incluso algo de los Allman pues seguro que los han mamado desde bien pequeños, y rizando el rizo me vienen a la cabeza mis queridos Deer Tick…. Esas guitarras que suenan no son casuales, son estupendas, son de «traca i mocador», y es que hay tres guitarras en la banda! tres!!!, y un teclista de lujo (Bell) y una sección rítmica de auténtico escándalo: Decker (bajo) y Bordenaro (batería). La voz cantante se la reparten un poco entre todos o casi todos, vamos, a lo Eagles… aunque, realmente, Loebman y Bordernaro son los capos, o eso me parece a mi pero las guitarras de Dimitri y Chris son sublimes.

Toda esta mandanga de la buena empieza con unas guitarras que nos ponen todo de punta. Salvajes, lozanas y de alto voltaje. «Hold on tight» es un temazo. Un as en la manga. Un pelotazo indiscutible y ganador con unas guitarras adictivas y un tono canalla genuínamente americano mirando siempre de soslayo al glam y sus variedades…  «I can’t have you but I want you» cantada por el batería, Bordenaro, es un lujo. Algo Stoniana, como no. Y entonces llega el single, llega el supersonido de los setenta, llega «Sunglasses» para acabar de rematar el trío inicial y ganador. «Side of the road» nos gana desde los teclados, con ese ritmo de carretera y manta, y el gusto por conducir sin rumbo con buena banda sonora… que por cierto, me recuerda un algo o un mucho a los temas de Steve Miller y su Band. «Fake Grass» es clasicona pero es que todo el disco lo es sin sonar nunca a refrito o a anclado en el pasado. Cabe destacar «Elementary blues» con ecos a Todd Rundgren y animales de similar pelaje… y la dupla formada por «Let’s get it right» y «Michigan» que son canelita en rama. El final con «E Jam» a lo «Stone» pone el listón altísimo y sube nota para un debut que barrunta imprescindible en este año, y a Rookie como una banda a no perderle la pista.