Tom Petty entrega un desgarrador y eléctrico disco de ruptura
Para mí Tom Petty es el último clásico del rock salido de los 70 (con el permiso de Joe Strummer y los Clash), , cuando aún no le conocía me impresionó verle entre tanta leyenda con los Travelling Wilburys, y con el video de Handle With Care terminé por situarlo en el mapa dentro de mi particular planetario en una extraña posición cerca de Dylan y los Beatles.
Mi bautizo de fuego llegó con Hard Promises, y con la banda sonora de She’s The One, obra escondida, pero muy disfrutable, entendí la verdadera grandeza de Tom Petty, no podía creer lo que estaba escuchando en plena era brit/grunge. Entonces empecé a sondear aquella obra menor (que es muy grande) por sus márgenes, su clásico Wildflowers a un lado, y Echo por el otro, décimo disco éste, su blood on the tracks particular, un disco de ruptura que considero una de sus mejores referencias, el que he traido hoy al exilio.
Los discos de ruptura son en sí mismos un género, ofrenda de sentimientos a flor de piel en el momento crítico de confrontación con la soledad inmedita después del portazo final. En She’s The One, ya mostraba tímidamente que algo no andaba bien puertas adentro, podría decirse que aquel ejercicio de abstracción le vino que ni pintado para desahogarse.
Pero en Echo ya no hay miedo por esconder ni uno sólo de sus pensamientos, aquí ya no hay pretexto fílmico-argumental que valga, rock sangrante nada pretencioso con el único hilo conductor de su propia experiencia vital y con los recuerdos grabados a fuego. Echo se sitúa en la antesala de la cura, en ese momento en que esas vivencias son un triste eco que duele y te comprime las tripas, y donde la ruptura no sólo se refiere a la disolución de bienes gananciales, además supone una ruptura con el pasado, afloran esos momentos de rabia contenida, la frustración y el desencanto.
Tal fue el nivel confesional en este disco y lo doloroso de lo expuesto, que Tom Petty decidió no tocar en directo casi la totalidad de las canciones que aquí se registraron, solo alguna, Billy The Kid, quedó grabada en directo para la posteridad en su Live Anthology. Apuntar que éste fue el último disco de la colaboración con Rick Rubin, y por desgracia, último en el que participaría Howe Epstein, quien en 2003 falleció, Ron Blair, bajista original de la banda volvería a la formación para The Last DJ.
Con esta temática lo más idóneo hubiera sido no acreditar a sus Heartbreakers en la tapa, repetía proceder como en su etapa Lynne, un disco en solitario (Full Moon Fever) y otro con el grupo (Into The Great Wide Open), pero es que además no sería justo puesto que aquí el sr.Mike Campbell está que se sale, para mí es el corazón de la música de los Rompecorazones en Echo, un pilar fundamental de este rock de guitarras.
Room At The Top enlaza con su intro al sonido de Wildflowers, ese entrelazado de guitarras en el tramo final de la canción es perfecto, endurece su rock en canciones como Free Girl Now y I Don’t Wanna Fight, Lonesome Sundown que suena a balada pseudo-country, a ralentí, con el piano y la slide que conducen a la puerta de salida mirando al suelo cabizbajo con el primer sentimiento nostálgico momentos después del final definitivo.
El punto álgido de putoamismo es Swingin’, un recitado en el que no-canta como nadie, totalmente improvisada y grabada al instante, con Howe Epstein lanzando los swiggin’ like…, dejando sin saberlo su epitafio en una de las canciones POM del repertorio de Tom Petty.
En Accused Of Love uno no sabe si fueron los Travellling Wilburys quienes absorvieron parte de su arte, o fue él quien lo aprehendió de los maestros, pero me pasa que oigo esta canción y me imagino a Lynne y Harrison haciendo los coros y a Big O rascándole a la guitarra en plan You Got It. Medio tiempo y tono resignado en Echo, la reprobación resonando con fuerza, el eco triste cuando acaba el encanto y la química, y en Billy The Kid muestra su rol de víctima traicionada al ritmo de unos riffs muy Rolling Stones. This One’s For Me con rascar de acústica y glorioso punteado rickenbaker.
Son quince canciones y no voy a comentarlas todas, sólo dejar constancia que aquí hay joyas hasta la guinda final, la sublime One More Day, One More Night, lamento, desgarradora súplica final que derrite al más pintado, que guitarras, soul profundo.
Tengo especial debilidad por el Tom Petty de los 90, y tengo a Echo en el pedestal donde también guardo Wildflowers, he llegado a leer que esta etapa es muy lineal y con un sonido muy standard, admito que este Petty ya no es el joven soñador de Damn the Torpedos, pero donde allí mandaba la inmediatez y la hormona, aquí manda la experiencia, y la arruga empieza a ser bella de verdad.
Echo suena al disco perfecto que a los fans de cualquier artista de rock clásico les gustaría para un supuesto retorno, sólo que en Tom Petty es algo habitual, teclados perfectos, fenders, rickenbakers y firebirds, melodía y rock de guitarras hecho en los 90. Es difícil hacer un disco de classic rock con quince canciones y que no sobre ninguna. Un gran disco.
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A mi éste disco me encanta, y lo más curioso es que ningún tema del álbum suele aparecer en recopilatorios ni nada por el estilo, pero es muy homogéneo.
Abrazos truferos.
Discazo. Su ultima obra redonda y quizás, el que mas y mejor suena a los Hearthbreakers desde los setenta.
Para mi, uno de los imprescindibles de Petty.
En mi podium personal de Petty
Me encanta este disco y tu reseña. Es un disco de largo recorrido y en cierta forma es una vuelta a su sonido Jimmy Lovine, más de guitarras. De los últimos, quizás el más sobresaliente, como le puntuas. Es otro rollo a la energia setentas, Tom envejece de una manera más dylaniana…Swinging…una gloria. A mi el que no me pone es The Last D.J., el único disco en mi opinión fallido del rubio.Un abrazo querido Chals.
Iovine , sorry. Aprovecho un sueño que tuve…concierto de Tom Petty en el que nos veamos todos en esta maltrecha piel de toro…Petty´s Fest? Lo merece.
A mí quizá es el último disco de Tom petty que me enganchó de verdad , compacto , recio y de una calidad ( marca de la casa , label genético ) a prueba de aficionados pasados de rosca ; sí , es un recobrar cierto impulso rítmico anterior como apunta Joserra ; y es que se veía venir …… She´s the One ya apuntaba en varias de sus canciones en esa dirección ; por cierto , este último disco citado me encanta y parece no haber mucho consenso con el pues siempre aparece como un disco ´accesorio ´en la carrera del rubio ; a mi me parece tan bueno como Wildflowers , incluso algo más letal ; ojo , no estoy ninguneando Wildflowers pero sigo pensando que en este corrió cierto peligro , el mismo que corren las figuras de primera fila en quedarse atrapados en el tópico de su propio estilo ; aun así , una maravilla al que quizá le faltó pisar un pelín el acelerador .
Estoy con Savoy , Echo es un disco muy compacto y homogéneo , de una gran coherencia , me gusta mucho y sigo disfrutándolo .
Gran recuperación Chals , un texto preciso y acertado , como siempre.
Un Abrazo a todos !
Me gusta mucho eso que dices, mestre, que supone una ruptura con el pasado, afloran esos momentos de rabia contenida, la frustración y el desencanto, y sobre todo ese medio párrafo que destaqué en el face de que "Echo se sitúa en la antesala de la cura, en ese momento en que esas vivencias son un triste eco que duele y te comprime las tripas". A veces he pensado que es el disco que más me gusta de Petty incluso por encima del primero, y ahora lo pienso más. Abraçada.
No tengo controlado este disco en absoluto y por lo leído en texto y comentarios creo que hoy me quedo sin merienda… Más -benditos- deberes y postazo en cualquier caso Maese Chals. Abraçada.