Críticas Discos Especiales

Décimo disco de Elvis Costello, rebautizado para la ocasión como The Costello Show, y donde marca un punto y a parte en un carrera hasta ese momento no menos que brillante. Una búsqueda de las raices americanas, eso sí, sin perder su propia identidad. Escuché en su día National Rasdom aunque no a los niveles que demanda un artista con una obra tan extensa y repleta de detalles. «Pues porque estoy prácticamente convencido de que és el que más puede encandilar a Chals» queda apuntado que la recomendación dedicada y tajante de Don Guzz, ilustre exiliado y compañero, fue el empujón que me hacía falta para por fín darle el valor que merece al sexto beatle.

La primera impresión que tuve de la música de Costello es que necesita de su atención y dedicación si a priori la intención es entrar en la Logia Costellera, algo que creo que sus incondicionales olvidaron ya hace mucho tiempo por darlo por supuesto, es su voz vibrato y unas cadencias nada obvias con referencias que a veces descolocan, junto a unas producciones que esquivaron por los pelos los excesos de la década que le vió consagrarse, lo intenté primero con My Aim it’s True, luego con Trust, pero a veces no es el momento y no hay más que hablar. Hasta llegar a King Of America, palabras mayores en mi ideario musical.

Costello venía de ser apaleado con su anterior disco, él mismo lo reconoce en las notas interiores de la  reedición de Goodbye Cruel World «enhorabuena, acaba usted de adquirir el peor disco de mi carrera», además el título del disco ya parecía en sí una nota de suicidio. Después de la gira de presentación Costello ya estaba bastante agotado, necesitaba aire fresco y su relación con los Thomas y Nieve no era de ruptura pero sí de aire viciado. Pero aunque fuera la intención, la palabra «sabático» no tiene precisamente el mismo significado en el diccionario costellero e inició así una serie de conciertos por Londres, Australia y Japón, en ocasiones acompañado por T-Bone Burnett bajo el nombre The Coward Brothers. Más tarde vino la producción de los Pogues y su consiguiente noviazgo con Cait O’Riordan, uno de sus componentes. Como curiosidad, la relación quedó plasmada en la canción Fiesta de los Pogues «Y Costello el rey del América y suntuosa Kate O’Riordan no romperán mis cojones» lo sé, el castellano de McGowan es delirante y nada académico.

The Coward Brothers en acción
También es conocido el sarcasmo de Costello con la prensa de la época, respecto a sus shows con Burnett «Somos los Sonny y Cher de los 80, y yo soy Cher». En aquellos días del 85 a Costello también le quedó tiempo para cantar con su padre una versión del Georgia On My Mind con la Joe Loss Orchestra, y participar en el Live Aid con An old northern folk song. Esa actitud de dejadez (aparente) con su carrera le ganó algunas dudas entre prensa y público, algún avispado plumilla auguraba el final de su carrera artística, o al menos de su época dorada, su anterior LP apoyaba tal argumento, lo que nadie sabía entonces es que su carrera aún no había hecho más que empezar, es lo que tienen las predicciones a la ligera.
En principio iba a ser un disco con dos partes, una en solitario y otra con The Attractions, así que se largó a los Sunset Sound Studios de Los Angeles y grabó el esqueleto de la mayor parte de canciones del disco. Y pese a las reticencias que siempre tuvo para grabar con «desconocidos», Burnett le argumentó que la mejor manera para abordar un estilo concreto era utilizar músicos que ya estaban familiarizados con él, y además más práctico que tener que aleccionar a los Attractions. A tal efecto Burnett llevó a tres cuartas partes de los Take Care Of Bussines, la banda de Elvis Presley, y artistas de la talla de David Hidalgo (Los Lobos), entre otros. Es lo que tiene ser amigo de T-Bone Burnett, a ver que mortal se resiste a la petición.

Elvis Costello and The Confederates, 1986
(Jim Keltner, Jerry Scheff, Elvis Costello, James Burton,
Mitchell Froom, David Hidalgo, T Bone Burnett)

Fueron tres meses en los Hollywood Oceanway Studios rodeado de la flor y nata americana bautizados para la ocasión con el nombre de Confederates. Para cuando The Attractions aterrizaron en L.A. aquello ya estaba perfilado y sólo les dió tiempo a los Thomas y Nieve a constar como invitados en una canción, eso sí, fantástica. Así que la intención inicial no era en absoluto desharcerse de su grupo pese a las fricciones internas, eran ya muchos años juntos… bueno, después de conocer a sus partenaires de estudio me lo imagino haciendo cuatro llamadas a sus contactos para intentar retrasar el vuelo de su grupo.

Otra de las particularidades de esta etapa fue que a Costello le entró un ataque de sentido común agudo y decidió que su nombre artístico quedaba ya lejos de la dirección artística que pretendía tomar, además creía que quedaba poco del artista que empezó a finales de los 70. Intentó firmar la cubierta con su nombre real, Declan MacManus, pero la discográfica despejó sus dudas al instante contrato en mano, la empresa alegó que el arriba firmante llevaba por nombre Elvis Costello, finalmente se contempló la posibilidad de presentar las nuevas canciones bajo el título The Costello Show, llegando a firmar como Declan Patrick Aloysius MacManus (Aloysius como homenaje a su cómico preferido, guasón el tío) como productor y las canciones como Declan McManus (cosas de artistas).
Sus fans y no tan fans ya llevaban meses con sus cábalas sobre el siguiente disco, y entonces aparece la versión de la famosa Don’t Let Me Be Misundertood como primer single, su voz cansada y rugosa hacía regocijarse al mismo plumilla en su predicción, además la foto de la portada de aquel single mostraba a un Costello cabizbajo y con barba de un par de semanas, realmente la foto fue sacada en el tour de su anterior disco en el verano del 84. Visto desde esta perspectiva parece que Costello jugaba al despiste.
Pero vamos con mis impresiones que me enrollo más que una persiana, que le den a la prensa a partir de aquel single, se equivocaron. Brilliant Mistake y su primer verso «He thought he was the King of America» me hizo pensar en su reputación de impertinente mediático, rey de la new wave y el pub rock que se autocorona ahora Rey de America con potestad para ser sarcástico con los yanquis, y no pasaría de ahí si no fuera por el incidente con Bonnie Bramlet (Delaney&Bonnie) que mermó bastante su popularidad en EEUU a finales de los 70 y que hace pensar que se trata más de una canción con tintes autobiográficos, ¿Costello pidiendo perdón o siendo guasón?, me inclino más por la segunda, pero de tapadillo.
Teniendo al grupo de Elvis en la retaguardia no es de extrañar que el capo de la New Wave girara la vista hacia los pioneros del rock’n’roll con Lovable y Glitter Glutch, además con nota alta. El buen rascar de una acústica siempre será debilidad para mí, aquí con el fraseo de Our Little Angel que es puro Costello más allá de estilos, fantástica. Su versión de Don’t let me be misunderstood es un buen gancho, reconozco que en los primeros compases me dejó desorientado, esperaba una versión más cercana a The Animals, o quizás a Nina Simone, pero sale por la tangete con éxito y coloca otra referencia a marcar en el Olympo de versiones del clásico. La versión de Costello tiene entidad propia gracias al arreglo de vibráfono para el riff, algo muy difícil con esta canción, además contrariamente a lo que dijeron entonces con respecto a su voz, es de las mejores partes vocales del disco, y como no, empezó marcando las distancias devolviéndola del rock británico al jazz.

 Elvis con su banda americana

Que decir de Indoor Fireworks, un caramelo, baladas como ésta, de tal clase, con tal visión de una relación rota, esto está al alcance de muy pocos, atravesar la tormenta para volver la vista atrás y ver que finalmente la rotura es un bien a largo plazo, que es preferible quemar en una hoguera los malos recuerdos y quedarse con lo que nos hace crecer, magistral, una de las baladas que me llevaría a la isla desierta, putoamismo en estado puro. El nivel no baja y en pleno disco sobre las raíces americana Costello tiene la lucidez de tender un puente hacía sus ancestros anglosajones con Little Palaces, un folk británico encubierto que se trajo en la maleta desde las islas británicas, una obra de arte en si misma, preciosa la parte de mandolina, historia sobre donde están realmente asentados los sucios cimientos de esta sociedad, ni más ni menos, magistral. Y disculpad la referencia pero el teclado de la balada I’ll Wear It Proudly me lleva directamente al mega éxito de Procol Harum, sin plagiarlo ni mucho menos, más en la intención, y como letrista es de premio Príncipe de Asturias por lo menos, la O’Riordan debió en su momento deshacerse como un flan ante tamaña balada de amor con plus de lujuría romántica desenfrenada.

Otra de mis preferidas es America Without Tears, un country fino de terciopelo, canción que ya hubiera querido para el disco de los zorros la cantautora Neko Case, muy en la línea de Star Witness para ser exactos. Y clava Eisenhower Moon, la otra versión del disco, nunca está de más reconocer al señor Lenoir como a uno de los más influyentes bluesman, y Costello’s got the blues, la troncal que le otorga la credebilidad definitiva en sus intenciones con la música americana, una visita en toda regla a la Chess. Para cuando me quise dar cuenta un día me duchaba canturreando Poisoned Rose, puro arte Buddy Holly y muchos años antes que Hawley, me gusta el Costello crooner, faceta que explotaría mucho más a posteriori en otros discos. Y por supuesto en tal artefacto no podía faltar un rockabilly, The Big Light. Y vale, se supone que estamos en un disco de tintes yanquis, pero es que el medio tiempo Jack Of All Parades es digna del mejor Macca. Y llegaron los Thomas y Nieve del aeropuerto con ya casi todo el disco acabado y aún les dió tiempo a marcar su terreno y reinventarse al acústico en Suit Of Lights, que porque no, está a la altura de todo el disco y que incluso diría que es una de las mejores canciones, clásico por todos lados. Cierra el disco Sleep Of The Just, balada de tintes narrativos, donde más allá de un discurso antimilitarista al uso, Costello se mete en la piel de un soldado, quien sabe, si para encontrar la lógica a su día a día y con una historia de hermanos de por medias.

Es unánime, y yo no quiero ser menos, la opinión de que este disco es el más humano y tranquilo en la lírica, no es falso, pero Costello tiene esa manera de disculparse dejando la coletilla sarcástica al final. Un disco rico en matices, mandolinas, dobros, acordeones, teclados, vientos… T-Bone Burnett le dejó la llave del arsenal y no lo desaprovechó, pero nada más lejos de hacer un disco de americana al uso, Costello lo llevó a su terreno. Y es que Elvis Costello además de un gran compositor de canciones es el más grande de los aprendices, ahora ya maestro, sabe nutrirse de cuantos palos se propone, ya sea T-Bone Burnett, Bacharach o Allen Toussaint, al final lo que realmente enchancha de su música son sus pequeñas particularidades, sus maneras, esa voz vibrato y esas canciones que distan bastante de ser obvias, y efectivamente, King Of America es el mejor disco que podría existir para engancharme a la música costellera, el disco a venerar para los restos.

Por Chals
Remaqueada desde Imperial Trust

Elvis Costello – «King Of America» 9/10
1.- Brilliant Mistake / 2.- Lovable / 3.- Our Little Angel / 4.- Don’t Let Me Be Misunderstood / 5.- Glitter Gulch / 6.- Indoor Fireworks / 7.- Little Palaces / 8.- I’ll Wear It Proudly / 9.- American Without Tears / 10.- Eisenhower Blues / 11.- Poisoned Rose / 12.- The Big Light / 13.- Jack of All Parades / 14.- Suit of Lights / 15.- Sleep of the Just


8 respuestas

  1. Después por la tarde/noche supongo ya me explayaré con esta entrada ya por mi tan conocida (black label, de entre lo bueno lo mejor, Chals) , pero ahora desde el curro y de forma furtiva solo te adelanto que para mi 10/10 sería poco… Abrazo.

    1. El tema de las puntuaciones es algo que a mi me resulta siempre demasiado relativo cuando se habla de arte. Los puntos respecto a que se otorgan?, respecto a la carrera del artista?, a la del periodo temporal cuando se editó?, gustos personales? o respecto a la historia del rock? Es chungo si lo piensas. El caso es que me he hecho un rácano de los 10's (ni Springsteen), si coges por ejemplo el Blonde On Blonde que es un 10, lo ves igual que este? Un 9 es mucho, es sobresaliente y es un disco que me lleva loco desde que me lo descubriste. A no ser que el respetable se manifieste con pancartas en comentarios y entonces si lo cambio. Miles de gracias for ever!!!!

  2. Esta entrada es un clasico absoluto. Tanto o mas que el discazo en cuestion.

    Costello es Dios, asi de sencillo. Elegir su mejor obra es imposible para mi. Es quizas el artista mas eclectico y sorprendente que conozco. Aunque King Of America…uff….el peso especifico de este disco es brutal. Obra maestra de su tiempo.

    1. Esta entrada la tengo guardada, y mil blogs en los que participe, mil veces que la publicaré, disfruté haciéndola y descubriendo a este genio, Elvis Costello es un aetista grandísimo, de los pocos que tiene una carrera casi-perfecta. El mejor disco de Costello para mi, gracias por pasar Mansion.

  3. Este disco es ESENCIAL en eso de los cantes de ida y vuelta USA-UK y viceversa. Quizás sea mi favorito de los de sonido americano pero cuando comentabas lo de la puntuación considero que está muy bien puntuado. me refiero a que un 10 en Costello lo tendrían , en mi opinión, Armed Forces o Imperial Bedroom, absolutamente innovadores y geniales. El King of America es un paseo por los estilos americanos y , por cierto , la mejor reprodución del mercury sound del Bob en Nashville del Blonde on Blonde.Yo lo amo, todas sus canciones son sublimes pero si me parece más representativo un Blood & Chocolate. Está claro que es la mejor forma de entrar en el genio de las gafas de pasta negra y que es sobresaliente pero lo has puntiuado muy bien. Bueno no, un 9,5, jajaja.Esta entrada tuya , ya un clásico.Un abrazo Chals. No veas lo guay que suena en vinilo este artefecto.

    1. Por desgracia Joserraa, no puedo hablar con conocimiento de causa con respecto a otros discos, lo he intentado sin éxito y espero el momento oportuno, quiero que me pase como con este disco, que me flashee, así que quedan apuntadas tus referencias como hilo conductor. Saludos

  4. Voy poco a poco con Costello, me voy convirtiendo en supermfan y este, no se si es que fue el primero que me pinche en serio, lo cierto es que es el que mas me gusta, me parece una tremendidad musical absoluta.
    Entradon si…
    Abrazo a todos.

    1. También es mi preferido, y creo que si nos sentaramos a discutir pros y contras coincidiríamos bastante por lo que dices. gracias por pasar Addison

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