Críticas Discos

Admito sin reparos, y a día presente, que tras este disco Los Planetas dejan de interesarme cada vez más (buenas «canciones sueltas» pero, sí, demasiado «sueltas», siempre en base a gustos propios) y hasta alcanzar la total indiferencia por lo tocante a su último trío de entregas. Pero, al tanto, a cada uno lo suyo. Negar lo mucho que me alborotaron el mercado en ese segundo lustro noventero sería un acto de ingratitud soez y cabrón a más no poder… Y es que ningunear la impronta de su estreno (más el famoso single promocional a juego), y la alta estima que aún conservo por «el motor» y, especialmente, éste que hoy nos ocupa (el disco que cierra «su etapa dorada» en mis cuentas), no es una posibilidad. Sin más. Tampoco olvido el famoso recopilatorio «químico-orquestral» , aunque si un poco más ese «Pop» que, cachís, no me acaba de envejecer demasiado bien (buenos momentos y alguna magnífica canción pero, para resumir, demasiado happy y arquetípico en sus cuotas «indies» es como hoy lo veo y siento). Y es que hubo un tiempo que Los Planetas, lejos de los adalides de lo chupi-moderno autóctono en lo que acabaron por desembocar en cierto momento de su carrera, eran la respuesta a todo o poco menos y aún recuerdo andar como un panoli por las disqueras del centro en pos de ese «Medusa Ep» tras la irrupción del «Super 8» (que «De viaje, «Jesus», «Rey sombra» o «Desorden» -mi predilecta-, etc., fueron y son reclamos para ello y más) para llevarme chasco tras chasco…
Y tras la «intro» de rigor toca párrafo reivindicante, está claro… Me da igual lo de que «a J no se le entiende» (si nos ponemos en ese plan tenemos que cargarnos tantas cosas que nos quedamos sin horas) o que «solo tienen unos pocos singles y no hay para tanto» (bien pocas de mis canciones favoritas de este personal fueron lanzadas como sencillo)… Tenían un trabajo de guitarras, una coraza sónica con matices ingentes y una entidad que, aunque perdieron por la inercia exploradora autoimpuesta con los años (demasiado perseguir sonidos y olvidarse de «las canciones» en la humilde opinión personal), se podían retar a toñas contra quien fuese en aquellos años de fulgor total.  Fulgor que acabaría por estallar del todo en esta «Unidad de desplazamiento» con la que despedían el último año del pasado siglo. Trabajo que, y cuidado que no es esto un manía personal (resulta más común de lo que pareciere por lo que me he ido encontrando por parte de simpatizantes o/y fans de los granadinos), recoge el guante del magnífico «autobús» que precede («Toxicosmos» is the song, si) y, si cabe, aumenta la apuesta a un nivel de órbita al que, hoy lo dilucido yo al menos, jamás se acercaran de nuevo again. No perdamos esperanza, me parece J una persona de talento y cualquier día se deja de flamencodélias, dúos y martingalas a tutiplén (para sentirse más realizado como artista y tal -imagino, vaya-) para continuar el viaje que aquí nos dejara (tan brillantemente) aparcado a unos cuantos.
Empieza el disco, yendo ya a contenidos, con aquella «Flotando sobre Loscos» que se levanta calma, desperezándose, con el acompañamiento vocal etéreo de la tal Veronika (cantante de la formación Meteosat) y el ya esperable posterior relevo «jotiense» en entrañable concurso por averiguar quien puede cantar más lento… Coñas al margen, plausible introducción en el que ya aclaran que este no és «un disco más». Es el trabajo que, en efecto, les tiene que dar el salto definitivo desde lo tanto avanzado (y reconocido) del anterior álbum. Hasta el punto, que así lo entiendo, de marcarse un prólogo sónico para la ocasión (y ocasión en la que -aquí sí- la artimaña calza perfectamente con lo que sigue/acompaña) y eso me parece de siempre la razón de ser de este inicial tema. Más porque, en contraste, tan nebular paseo cósmico da perfecta  entrada a «Santos que yo te pinté«, claro. Uno de los mejores temas planetarios y, de alguna manera, la «Segundo premio» de «Unidad de desplazamiento»… Comparte el tono crescendo a la búsqueda -indisimulada- de la conseguida épica postrera con los demonios que se tienen que volver y tal… Cojonuda y menos remiendos, vaya. Seguimos sumando con otro sencillo como fue «Maniobra de evasión«. Muy chula, sin duda que se lo prometo por el fantasma de Bruce Lee. Buenísima melodía que denota lo mucho aprendido desde las «nuevas sensaciones» o «qué puedo hacer» (molestando cero pero para mi la más prescindible de las canciones del estreno a pesar de ser de las más veneradas y, en verdad, a la que debieron buena parte de su fama en aquellos primeros pasos)… Sacrifican octanaje, que no velocidad, en favor de reforzar dicha melodía y el resultado, -y obviando lo tanto mejorado en letras-, es más limpio y mejor. Si la canción es buena, y esta lo és, no hay porque disfrazarla con distorsiones eléctricas gratuitas (si la canción lo demanda como en la intocable «De viaje» ok, pero si no acaba por cansar un poco el recurso, la verdad) que vendría a ser un poco la lección aprendida. Sea como fuere, además, llega ya «Anuncio para coches«. Mi tema predilecto del combo de la mano con la ya mentada «Desorden» del estreno y «Parte de lo que me debes» del disco que precede. Tal cual. Más que bonita canción a pesar del despecho (cómo no) que rige por enésima desde la tan meritoria letra a la que ni el más tocacojones de los detractores de J puede aquí chistar un ápice. Y para reforzar el macizo castillo que ya vamos tomando conciencia se viene aquí construyendo, de seguidilla y porqué sí, otro sencillo como lo fue «Vas a verme por la tele«. Aquí ya más que mero despecho tenemos lindeces del calibre «puede que no esté mal que alguien te rompa las piernas» embutidas en una de las más dinámicas piezas del lote. Cojonuda de por si con sus emblemáticas guitarras como bandera y con puente intermedio quilatero a juego. Deciden, entonces, tirar del freno de mano con esa «Flotando sobre Loscos II» que tras unos segundos de sonidos marcianos se alza, esta vez, en intermedio o separación en un ejercicio que puede significarse como boutade gratuita de autor o como acertado lance para reforzar la idea de viaje, de movimiento, que también posee el disco si se toma como todo que no solo por partes… A discreción de simpatías, antipatías y subjetividades que queda abierta la cosa, me temo (particularmente, como tengo en gran estima el artilugio en cuestión -creo está ya claro-, soy de los segundos, vaya). Cierra el primer acto, en cualquier caso (y tomando como pista para afirmar ello esa reedición en vinilo que J lanzó en su sello hace pocos años), una «Tierras altas» que está fetén. La canción más breve del disco que, a pesar de lo poco dado a variaciones y lineal que és, siempre me ha agradado bastante, desde su ligera propuesta, por parecerme una parada que se dejaron de enseñarnos en la cojonuda «Toxicosmos» del autobús (por letra y forma siempre la imagino emparedada antes de volver al último verso-estrofa de aquella… paridas de uno, no se puede evitar ello, mire usté).
Y vuelta a la carga al abordar este segundo acto con otra de las mejores canciones del combo. «Que no sea Kang, por favor«, seguramente una de las piezas más hermosas de Los Planetas. Con su sección de cuerda e intachable bonitez por montera este folletín intergaláctico a costa del heredero temporal del Dr. Muerte, y con la misma Antorcha Humana en danza, se descubre como uno de los grandes triunfos del álbum. En contraste «Plan de fuga«, a pesar de su despistante inicio, se abre de nuevo a maneras más dinámicas. Ritmo incesante a lo Devo y chimes espaciales para una de las piezas más largas del lote. Algo «machacona» según pille pero, qué narices, casa muy bien con el espíritu del disco… Cosa de la que no puede presumir «Un buen día«, por otro lado. La canción más conocida de esta «unidad» es casi una rareza al compararse con el resto. A pesar de que nunca he congeniado con buena parte de la letra (a mi esto de Mendieta y los cuatro millones de rallas siempre me ha sonado algo chorras , la verdad), sí aprecio -y bastante- la propuesta musical. Es buena canción, manías personales sobre las lyrics al margen y no cabe duda,  pasa que siempre lo he intuido como un single independiente que se cuela de rondón y por la curra en el álbum. No me pega con el resto, vaya… Pero, qué narices, varios de los miles de copias que se vendieron del disco son (fácil es de imaginar) culpa de esto y, por ende, les aproveche. En cualquier caso, que todo es relativo, llega «La cara de Niki Lauda» otra de las «tapadas» de disco y formación. Muy apreciable fandango galáctico con bonita melodía (otra más -no se me despisten con los ruiditos espaciales que las hay bastantes y muy buenas en este trabajo-) que por desgracia, ay, no goza de la continuidad merecida con esa «Canción para ligar (o para que no me dejes)» que me resulta, muy marcadamente además, la gran derrapada/cagada del disco… Muy ñoña, demasiado, en formas… Bueno, honestamente, en verdad me parece tonta de cojones (puro hipsterismo insufriblemente cursi mucho antes de que se oyera del concepto). Corramos un velo tupido mejor, -y con doble forro-, para abrazar ya ese instrumental «Paseo por el parque» que sabe despedir el álbum con sus silbidos y ruidos pajariles (más ocasional guitarra pasajera a modo nubarrón).
Resumen: un señor disco, no me cabía ni cabe duda… Si esto te viene de otro lado me se de algunos medios tendenciosos de nuestras latitudes que te lo ponían al nivel de sabe dios que animalada pretérita… Particularmente, me cargo inefablemente la penúltima e insufrible pieza y, según me de, dejo a veces su sencillo más conocido en la cuneta (por cortarme el rollo en relación al resto) y me queda un viaje de narices: hermético, con garra, melosas preciosuras y denotada personalidad, al que sigo recurriendo con cierta y nada desdeñable asiduidad a día presente (tocando ya los tres lustros de existencia del bicho). De nota aquí J y cia… que les pongan una estatua, incluso.
Los Planetas – Unidad de desplazamiento (2000) : 8’4 / 10
01. Flotando sobre Loscos/ 02. Santos que yo te pinté/ 03. Maniobra de evasión/ 04. Anuncio para coches/ 05. Vas a verme por la tele/ 06. Flotando sobre Loscos II/ 07. Tierras altas/ 08. Que no sea Kang, por favor/ 09. Plan de fuga/ 10. Un buen día/ 11. La cara de Niki Lauda/ 12. Canción para ligar (o para que no me dejes)/ 13. Paseo por el parque.

Por Guzz

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8 comentarios

  1. Me encanta este disco, Guzz. A personas que les gustaba "Un buen día" les he puesto el disco entero y no les ha gustado, cuánta razón tienes en que no tiene nada que ver con el resto del álbum, a pesar de ser una canción adorable en mi opinión. Discrepo en cuanto a la producción posterior de Los Planetas, pues "Encuentros con entidades", "La leyenda del espacio" y "Una ópera egipcia" me parecen excelentes vías de exploración.

    Un abrazo.

    1. Entiendo que lo de "Un buen día" y su letra es, básicamente, asunto personal (no puedo con ello y mira que musicalmente, insisto, me parece muy notable a pesar de su aparente sencillez). Del resto de discos… Hombre, me quejo mucho pero con la tontería menos el último par los tengo todos originales (los tres primeros también en musicasette !) y de verdad que veo buenos temas puntuales por ahí intercalando pero ya como global, a "nivel disco", los pierdo irremediablemente (cada disco, además, me gusta menos que el anterior… y me da igual que "El golpe de gracia" empiece exactamente igual que "I am the walrus", que soy así de cabrito, jajaja).

      Abrazo planetario, Gonzalo.

      Pd. De verdad que la letra de "Anuncio para coches" me parece su mejor logro en esa dirección y que este lo de "un buen día" en el mismo artilugio, según me pille, hasta me fastidia un algo…

  2. Por lo que sea este grupo nunca me ha entrado, de hecho creo que no tengo nada de ellos.
    Aún así una reseña como siemre muy interesante my friend.
    Abrazo.

    1. Yo es que los iré perdiendo con el tiempo y, egoístamente, hasta que vuelvan a las maneras de su tercer y cuarto disco (que hay que respetar al artista y tal, ok, pero yo como gualtrapa que se deja los cuartos en su obra también me autoendilgo derechos, estaríamos buenos). Y pienso que esos dos, de la mano con el estreno, si merecen la atención que se les da… Muy buenas canciones, y diversas, tenemos en esos discos,o según lo entiendo uno, vaya.

      Abrazo, Addison.

  3. Lo siento, pero no puedo con ellos, me gustan canciones sueltas, pero nada más, de hecho el único disco que soy capaz de oír de vez en cuando, y que además es el único que tengo original, es "Una semana en el motor de un autobús".

    Abrazos truferos.

    1. Pues este es como el siamés del autobús Savoy. Como hay más gustos y disgustos que botellines sino te acaban pues no hay más que hablar pero, de verdad, si te mola "la semana" este le tiene que hacer compañia.
      Abrazo guzzero.

  4. Don Guzz, quiero destacar esa frase de “Si esto te viene de otro lado me se de algunos medios tendenciosos de nuestras latitudes que te lo ponían al nivel de sabe dios que animalada pretérita…” Efectivamente, si esto viniera de países anglosajones mucha gente se subiría al carro, está más claro que el agua.
    Ahora bien, no me parece tan gran disco respecto a la discografía planetaria y eso que le dediqué muchas horas, creo que me lo compré el mismo día de su publicación oficial, tiene temitas que sí pero no lo veo a la altura del primero o el “pop”, no me parece que envejezca muy bien, o como dice Gonzalo los últimos, con especial mención a la “opera egipcia”, como álbum me parece bastante superior, aunque ya sabe que para gustos… Ojo, no le quito meritos a la unidad de desplazamiento y no le quito la razón respecto a su reflexión sobre “un buen día” pero yo no lo veo tan gran disco (planetario). Abrazos.

    1. Pues desavenencia aquí Cosmic Master que ya puede pasar alguna vez, si. Para mi desde este disco empieza una espiral que, como comentaba a Gonzalo, cada disco me parece peor que el anterior hasta llevarme al mismo sopor y, repito, veo una distancia absolutamente sideral entre el estreno, el motor y este de hoy para con el resto… Y si me permite ud la chanza no veo nada que habite en el mismo universo en toda su discografía posterior que lo ofertado desde unas tres cuartas partes de este álbum.., Pero es que ni borracho perdío, vaya. Abrazo cósmico, eso por supuesto.

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