Críticas Discos

Reconozco con cierto rubor descubrir la música de Jim Lauderdale algo tarde, por casualidad y de rebote. Todo en realidad gracias a la conexión Costello, concretamente y aunque había colaborado en innumerables ocasiones con él fue en aquel magnífico «Secret, Profane & Sugarcane» del 2009 que di con la pista adecuada. Un disco aquel del otro Elvis de nivel superior, siguiendo la estela de otro sobresaliente como fue «Momofuku», demostrando que Costello estaba a otro nivel y en racha, además de saber rodearse de gente talentosa como Lauderdale, Loretta Lynn, T Bone Burnett, y la banda habitual cuando toca bordar la «americana», para eso Lauderdale es el mejor escudero. Y eso precisamente era lo que yo pensaba de Jim, que era un magnífico escudero, un actor secundario de lujo hasta que llegó a mis manos y oídos su «Patchwork River» y quedé totalmente rendido a sus pies. Desconocía que su carrera en solitario constaba de tantos discos, no tenía ni puñetera idea pero puse remedio a lo de antes y a lo de después, y a día de hoy os puedo asegurar que soy un auténtico fan de Lauderdale. De lo antiguo me quedo sin duda con sus dos primeros trabajos: «Planet of Love» y «Pretty close to the truth», y luego creo yo que desde el disco que hoy nos ocupa muestra un nivel notabilísimo, por ejemplo «Carolina Moonrise» del 2012 y «Black Roses» del año siguiente me parecen de una calidad fuera de toda duda.
En mis discos favoritos de Lauderdale hay un factor que se repite y que creo yo es de suma importancia. Obviando sus dos primeros trabajos creo que en aquellos donde está presente Robert Hunter es en los que encuentro el mayor placer. Hablo de «Headed for the Hill», «Patchwork River», «Reason and Rhyme», «Caroline Sunrise», «Black Roses»…. Sí, el ex-Grateful Dead forma un binomio de auténtico lujo con Lauderdale. Hunter es un gran compositor y un músico de altísimo nivel cosa que ha demostrado toda su vida junto a los Grateful Dead y en sus colaboraciones que incluyen al maestro entre maestros Dylan. Así que entre esto y aquello, y que cada día estoy más fuera de la modernindad no sé si es por ser cada día más viejuno, por tener cada vez más canas
en mi gran cabeza dominada por las entradas y salidas, si por mi
doble paternidad o simplemente debido a la casualidad más casual, creo yo haber encontrado el tipo de música que más me satisface. No reniego del
rock de guitarras setenteras, de los magníficos sesenta ni de los grupos
y cantantes que todos sabemos que están por encima del bien y del mal, a
esos ni tocarlos pues forman parte de la banda sonora de mi vida y de
la de muchos. Ahora cuando escucho cosicas nuevas encuentro que hay
pocas que me den trempera y si recapitulo de cien discos por poner un
ejemplo que me han gustado seguro sin exagerar que la mitad pertenecen a
ese sonido americano que juega con el country-rock y con el soul, con
el sonido de raíces donde hay por supuesto guitarras pero caben los
banjos, los violines, las mandolinas o los ukeleles.
Cuando hablamos de “Patchwork River”, hablamos de un grandísmo disco de Jim Lauderdale al que considero uno de los
mejores cantautores de Nashville y es sin duda de los más reconocidos cantantes
country del lugar. Si he
de resaltar especialmente algo es que Lauderdale toca muchos palos y nos lleva río
abajo mostrándonos un gran abanico de sonidos americanos que van desde
el country al bluegrass, al rock e incluso al soul tanto al blanco como
al negro. Y no os asustéis los que os decidáis por darle una oportunidad
al disquito ya que la canción que abre el disco y le da título al mismo
es countril al ciento por ciento, a mi me vale pero entiendo que la
muchachada incrédula y algo gilipuá detenga el disco a la voz de ya, gran error, pero si miramos más allá de nuestras narices y rascamos un poco encontraremos multitud de matices e influencias, por ejemplo en ese estribillo/puente tan Costelliano. La
verdad es que lo que viene luego es de traca, por ejemplo tenemos el
medio tiempo rockero, sucio y tabernero de “Jawbone”, el soul blanquito
que recuerda al magnífico y mítico Van Morrison en “Good Together” o el
soul negrito con sus vientos y su voz rugosa en “Louisville rock”, la
tremendísima “Alligator Alley” que es de lo mejorcito del disco, la
balada de las baladas “Tall eyes”, el country más comercial y juguetón
con “Turn the stone” o el rock de “Winnona” que es otro de los puntos
álgidos del disco. Si bien es cierto que el disco empieza apabullante
para ir perdiendo hacia el final algo de pistonada también es verdad que
gana con cada escucha. Lauderdale con este disco me engatusó, me llevó al
huerto o mejor dicho al río. Discazo que te crío.

Jim Lauderdale –  «Patchwork River» (2010)

9/10
01.- Patchwork River/ 02.- Jawbone/ 03.- Good
Together/ 04.- Alligator Alley/ 05.- Louisville Rock/ 06.- Tall Eyes/ 07.-
Turn to Stone/ 08.- El Dorado/ 09.- Up My Sleeve/ 10.- Far in the Far
Away/ 11.- Between Your Heart and Mine/ 12.- Winnona/ 13.- My Lips are
Sealed.

*post aparecido originalmente en Nikochan Island recauchutado en versión extendida por Nikochan  


2 comentarios

  1. Jim Laudderdale es un grande entre grandes y este un discazo desomunal, ahora que lo dices creo que nunca he escrito nada sobre este crack, creo que merece algo…
    Muy buen post.
    Abrazo.

  2. También descubrí a Lauderdale hace poco tiempo, 2 ó 3 años y, también como tú, me gustó desde el primer momento. Me hice con su última colaboración con Buudy Miller y su "Black Roses" y pienso seguirle la pista. Ya tengo desde hace tiempo este "Patchwork" en la mirilla y me haré con él en cuanto surja la oportunidad.
    Saludos,
    JdG

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