…todo grandeza, la misma, la idéntica, la que en otros tiempos nos enseñó que habían héroes, un camino por recorrer, Jack Kerouac, la épica y la existencia de diosas de la lujuria y de la belleza, musas por las que los hombres hacen sacrificios, deidades del pecado y ninfas que simbolizan todo aquello que hay de bello en el mar…
Tras más de dos docenas de audiciones, como requería la ocasión, bien efectuadas, con concentración y abstracción, del nuevo “Modern blues” de Mike “Big” Scott y sus WATERBOYS me he sentido capacitado por fin para escribir unas líneas sobre este trabajo. La verdad, no quería precipitarme, de sobras es conocida entre mis íntimos (y entre los que no son tanto) una confesable devoción por el legado de este artista.
Para que nos hagamos una idea, cuando oigo la voz de Mike Scott se me disparan las alarmas de forma peculiar desde el pabellón auditivo, algo similar a lo que podría ser cuando se cruza con la vista una hembra de buen ver. Estas cosas pasan y tampoco hay que darles mayor importancia. Quizás sea un poco como esos “Destinies entwined”, el hipertemazo con el que abren fuego y la causa sea el azar de la vida que siempre nos aproxima. Porque unidos por el destino nos vende el “big” tal y como otros nos venden sus productos, porque nos gusta que nos ofrezca el “big” tal y como otros nos ofrecen un maravilloso Edén. Nuevos dioses, nuevos guías pero al fin y al cabo lo único claro es que el amor en todas sus manifestaciones es el auténtico motor vital. A los que conocemos y nos congratula el estilo de los Waterboys no nos extraña ese misticismo o espiritualidad que rodea una canción que en cierto modo enlaza con un álbum que no obtuvo buenas críticas, el “Dream harder” de 1993, un disco exquisito pero el primero con el que ciertos sectores se empeñaron en liquidar, desprestigiar, vapulear,…, qué fácil es decir eso de que a fulanito o menganita se le ha pasado el arroz.
Una que no me acaba es “The girl who slept for Scotland”, quizás demasiado ñoña y sensiblera, aunque puedo llegar a entender la necesidad de que un artista de su magnitud necesite transmitir recuerdos de sábanas, de ríos salvajes y de actos de amor entre estrellas, en este caso desde Dublín hasta el amanecer escocés. ¿Qué será de ella? Otra cosa es “Rosalind”, tiene blues y tiene modernidad. Sin duda Rosalind se casó con el hombre equivocado dentro del tema que a mi gusto mejor define los tiros por donde quiere ir ahora Mike Scott con sus Waterboys.
Y llegamos al final, algunos nunca lo entenderán, no profundizarán, a otros no les interesará y otros tantos no lo valorarán. A los suficientes nos da lo mismo, “Long strange golden road” es todo grandeza, la misma, la idéntica, la que en otros tiempos nos enseñó que habían héroes, un camino por recorrer, Jack Kerouac, la épica y la existencia de diosas de la lujuria y de la belleza, musas por las que los hombres hacen sacrificios, deidades del pecado y ninfas que simbolizan todo aquello que hay de bello en el mar.
* Publicado originalmente en el siguiente enlace del ESPACIO WOODY/JAGGER.
Destinies Entwined / 2
November Tale / 3
Still a Freak / 4
I Can See Elvis / 5
The Girl Who Slept for Scotland / 6
Rosalind (You Married the Wrong Guy) / 7
Beautiful Now / 8
Nearest Thing to Hip / 9
Long Strange Golden Road
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Para mi uno de los mejores discos del año y cuento los días para verles en vivo… 5, 4, 3, 2, 1…
Brazzzos truferos.
Siempre a los pies de The Waterboys.
¡Amén!
Me encanta el disco, tiene un componente especial por ser el primero que adquiero y disfruto como fan de Mike, he ido conociendo más y tal vez este no sea de lo más grande pero el disco sigue sonando muy a menudo en casa y lo disfruto.
No se pasan por Bilbao los cabritos.
Un abrazo.
Amigo Johnny, he escuchado a conciencia este disco porque con la voz y la interpretación de Mike Scott me pasa lo mismo que a tí, y lo sabes, también coincido en que el de Mr Yeats es superior tal y como comentamos en su día. y joer, tienen buenas canciones. Pero no es que crea que la producción es fallida porque está trabajada, es que a mi en mis gustos particulares me falla, yo más que compararlo con War On Drugs, del que creo que el parecido es mínimo, lo compararía con lo que pasó con Wrecking Balll de Bruce Springsteen, un buen disco que causó indiferencia entre los fundamentalistas rockeras teniendo grandes canciones. Dicho esto, me postro ante Mike Scott, su manera de galwayizar los versos y lanzarlos en forma de versos estratosféricos me puede y es lo que lo mantiene en mi santoral. Gran reseña, como siempre.
Buff, de los mejores del año, Savoy, bueno, si no te refieres a los 7 u 8 primeros como mínimo aún, a partir de ahí ya podría discutirse, y no sé si estará entre los 20 míos, por ahora sí pero…
Amén, Sergio.
Es un buen disco pero le falta un punto respecto a otras obras, Addison. Vente a Valencia y los fliparás, no te lo pienses.
No, Chals, no lo quise comparar en cuanto a sonido con el de War on Drugs sino en las sensaciones personales que me ha generado, de ir mejorando con las escuchas. Personalmente creo que el de War on Drugs es mejor pero también creo que había que dejar reposar este nuevo de Waterboys. Esta semana me lo he vuelto a poner y me ha encantado, tanto para reconocer nuevamente que envejecerá bien, lo normal con Mike Scott. Estoy de acuerdo en que no es su mejor disco y que hay algo que le falta, quizás esa pasión, ese violín del "An appointment Mr.Yeats" aunque por otra parte veo más accesible este trabajo para los que no han profundizado en su obra.
Abrazos, friends, un placer siempre departir con vosotros de este hobby.