Conciertos

La primera vez que pude asistir a un concierto de Elvis Costello quedé totalmente a sus pies. Sin duda superó mis expectativas, no como showman pero sí a  nivel de calidad donde sin discusión alguna lo coloqué entre los más grandes. Mejor cantante y, sobretodo, mejor guitarrista de lo que imaginaba. Además, claro está, de su increíble e inacabable cancionero. Y a pesar que el cambio de la sala no gustó a nadie ni mucho menos a Costello, del Poble Espanyol a Razzmatazz, el concierto fue abrasador con versión stoniana final para quitar el hipo. Aquella «Costellada» fue efectivamente en Razz allá por finales de julio del 2013, y sí, su recuerdo aún me produce piel de gallina, así que pensar que le vería otra vez y que esta vez el enclave sería precioso, pues me ponía todo de punta. Nada más y nada menos que en Els Jardins de Pedralbes, lugar algo clasista y con toques woodyallenescos, y además con la presencia de mi queridísimo archienemigo Don Guzz, qué más podía pedir? Pues además de un cancionero abrasador y una actuación impecable, una duración del concierto a la altura del personaje, una gran sobredosis de clásicos, al menos un final de fiesta de esos de trempera inolvidable, alguna versión de postín y …. nada más, lástima que aquí en Barcelona no estuviese Seu Jorge de telonero cantando covers de Bowie como sí en Madrid, pero bueno, lo importante es ver a este monstruo del rock, a este grande entre los grandes, sin discusión alguna.

La banda con la que se presentaba el señor MacManus, The Imposters, contaba con el mítico Steve Nieve a los teclados y Pete Thomas a la batería. Ambos excepcionales y energéticos a pesar de su edad. Les acompañaba el bajista ex-Cracker Davey Faragher, cumplidor pero sin mucho brillo y un par de coristas celestiales, de esas que hacen que el cancionero se vista de soul. En cuanto al setlist hubo poca o ninguna sorpresa respecto a otros conciertos en festivales de similar pelaje. El inicio soulero con «Wonder Woman» y «Girls Talk» resultó maravilloso, y luego fueron cayendo temas (espero no dejarme ninguno ni inventarme otros) como «King Horse», «Tears Before Bedtime», «Shabby Doll», etc, etc… Pero todos esperábamos sus clásicos, y el primero en aparecer fue una, en mi opinión, discreta «(I don’t want to go to) Chelsea», una muy reggae «Watching the detectives» y una «Everyday I write the book» que sirvió para presentar a la banda. Un tema ya clásico en sus conciertos a pesar que lo tuvo ninguneado hasta que su buen alumno Ron Sexsmith lo versionara ante el maestro e hiciese que éste se volviese a encaprichar de su obra. Luego vinieron muchos momentos «crooner», tal vez demasiados, esa es mi queja, mi única queja. Yo quería más guitarra y nos dio mucho mimosín. «Alison» fue bonica del to, él solo arropado íntimamente por sus dos coristas, en la misma línea «Accidents will happen» y «She», ambas con banda. Pero mi cuerpo pedía más «Pump it up» y «I want you» que otra cosa, pedía «Beyond Belief» y nos las ofreció de categoría, para cerrar con la clásica «(What’s so funny about) Peace Love and Understanding». Exceptuando el exceso de «croonismo» y algún problema puntual con el sonido, en mi opinión debido a la mala acústica del lugar pensado para otros menesteres que los conciertos delicatessen, Costello ofreció un concierto sobresaliente, dejándome la clara convicción que si vuelve por aquí le volveré a ver, porque es un grande entre los grandes.


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