…incombustible, manteniéndose alejado de la popularidad pero mostrando la actitud de antaño con una regularidad de calidad que ya les gustaría a muchos. En su nuevo disco se acerca a Kinks, Stones y al malditismo de Peter Perrett o Nikki Sudden…
No conozco gente que haya escuchado a Wreckless Eric. En realidad creo recordar solamente a una persona que lo mentó hace algunos años en una de las redes sociales respecto a su primer single «Whole wide world» y su álbum homónimo, cuando el británico era un adolescente en tiempos de punk y de new wave, entre 1977 y 1978.
Pero ahí está Eric Goulden, con su nombre artístico, sin hacer mucho ruido, incombustible, manteniéndose alejado de la popularidad pero mostrando la actitud de antaño con una regularidad de calidad rocanrolera que ya les gustaría a muchos. En su nuevo trabajo se acerca a Kinks, Stones y al malditismo de Peter Perrett o Nikki Sudden.
Abre el disco una preciosidad melódica como «Father to the man«, un tema con el que muchos nos podemos identificar, el amor por el padre y las diferencias respecto a él. Acto seguido, en «Strange locomotion« exhibe una faceta de rock clásico más stoniano, algo que sucede de forma similar en «Tiny house«, mientras que son «Dead end« y «Creepy people (in the middle of the night)« donde muestra la cara más accesible.
Uno de los temas más brillantes de este último trabajo es «The half of it«, canción extensa y densa, de siete minutos de duración, muy elaborada entre guitarra acústica y efectos electrónicos, con menciones incluidas para Ray Davies o Neil Young. En una línea similar está «Indelible stain« o en ese largo y dilatado colofón que es «California/Handyman«.
Pues eso, más de 40 años después, es el turno ahora de «Transience«, me atrevería a apostar como uno de los mejores trabajos en su dilatada trayectoria.