Críticas Discos

Los rasgos de la música de Nev Cottee son fáciles de reconocer, una interpretación que limita con el recitado sin tocarlo y que puede recordar a Leonard Cohen, unas cadencias en la línea de lo que se espera de los años de gloria de Richard Hawley en su vertiente más contemplativa y un timbre de voz hermanado con el de Mark Lanegan, grave y profundo. Una combinación que me resulta muy atractiva y más cuando la producción pasa por atemporal y exquisita sin irse por los derroteros del revival.

Su anterior disco Broken Flowers me gustó muchísimo (pinchar link para más señas), fue uno de mis grandes destacados el año de su edición. Para este River’s Edge, Nev Cottee apuesta por atmósferas más sencillas y menos instrumentadas con alguna excepción puntual que indicaré, no obstante el resultado es tan bueno como el anterior. No puedo hablar como suele hacerse de evoluciones, ni avances artísticas, ahora mismo no entiendo así la música, si tal vez como instantáneas que retratan un momento determinado. En ese aspecto, este disco tiene en el fondo una intención positiva como quien observa la belleza de la inmensidad desde el borde del precipicio.

Como pasara con su anterior disco, dentro de una composición de canciones que transcurren gráciles, acompasadas y partes de un todo como pueda ser la preciosa tonada inicial Nightingale, no pueden pasar desapercibidas las que destacan si es que alguien en algún momento pretendiera hacer un listado del tipo «Mejores canciones del año». En River’s Edge tenemos esas dos canciones maravillosas, segunda y tercera respectivamente, la delicada Roses cantada a duo con una cantante de la que sólo sé que se llama Veronica, y la catártica y eléctrica Hello Stranger que con mayor dinámica te llevará de menos a más sin que te des cuenta. Son esas tonadas maravillosas e ineludibles en las que tienes que perder el tiempo si estás leyendo este texto.

A partir de aquí el disco transcurre gustoso, entra como un buen vino suave pero con cuerpo, como observar este río de la vida con sus acritudes y alegrías pasar grandioso y solemne ante nuestros ojos, aquí sentados en la ribera ante el caudal de emociones al son de esa pedal que tiene I’m Still Here, un country a ralentí maravilloso. El disco es breve y pasa en un suspiro en poco más de media hora. Cottee no se pierde alargando el dulce, para prueba dos tonadas, River’s Edge y The Hollywood Sign, de apenas pasado el minuto en el ecuador del disco. Y si ha esas alturas el disco te ha atrapado como a mi, aún queda un tramo final con dos joyas, una me recuerda a Neil Young salvando todas las distancias posibles y por supuesto un timbre de voz antagónico, es You Can Help Me que sólo con un par de acústicas se abre paso exquisita en alegre melancolía. En la misma línea cierra el disco Scattered Leaves, más desnuda y espectral.

Si buscas seguir el ritmo de este alocado mundo sólo decirte que éste quizás no sea tu disco. El tono mullido, guiado por pedals, acústicas y teclados, junto con la voz grave y serena del propio Nev Cottee es idóneo si necesitas huir un momento de la sin razón que nos rodea, River’s Edge es un buen rincón donde conseguir unas cuantas píldoras narcotizantes que te hagan retozar en la melancolía más dulce, te mecerá y te hará creer mientras suena que quizás no estás perdido.

Por Chals Roig

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2 comentarios

  1. Desde que lo decubrí en 2015 le había perdido la pista,y es un placer que los recuerdos vuelvan de tu boca/pluma. Un gustazo y maravillosa noticia!!

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