Especiales Críticas Discos

…aún resulta desafiante, transgresor incluso desde un punto de vista actual y obliga al oyente a derribar ciertos prejuicios estilísticos. Un disco que no podría concebirse de otra manera que no fuera ésta con sus tres discos y con sus marcianadas.

Como el ser nostálgico que soy me encanta rememorar otras épocas, sobretodo cuando lleva una banda sonora que nos puede hacer renovar los votos, y por supuesto tomar medida a la actualidad. Todo en su justa medida puede ser gratificante incluso en el territorio de los aniversarios que se ha convertido en casi un estilo en si mismo, eso por no hablar que nuestra agradecida nostalgia supone un gran porcentaje de los dividendos de la gran maquinaria de la industria musical actual.
Pero no voy a ser yo quien censure estos movimientos si al final va a enriquecer (y se van a enriquecer a nuestra costa, no lo obviaré) un presente muchas veces falto de originalidad y de actitud al menos en los canales más mayoritarios. Tampoco niego que puede ser por la omnipresente herencia católica que arrastramos, que a ciertas generaciones nos encanta quedarnos con esa otra parte más espiritual que nos empuja a rememorar la pasión y muerte de nuestos ídolos con total devoción. Y la verdad es que no hay año que no nos de la oportunidad de celebrar una gran cantidad de discos que van cumpliendo 30, 40, 50, incluso 60 años.
El año pasado fue London Calling uno de los que se llevó el gato al agua en cuanto a rememoraciones de capilla sacra se refiere. Este año viene marcado por el cuarenta aniversario de Sandinista!, con menor éxito y repercusión que aquel pero no menos esencial. Con los Clash muchos aprendimos a romper barreras estilísticas, además nos hicieron ver a golpe de genialidad que la actitud no viene definida por el volumen de las guitarras, no tiene que ver con tribus urbanas porque principalmente trata de compromiso con tu entorno, que lo realmente punk independientemente del lenguaje utilizado, es hacerlo saltándote cualquier forma políticamente corrrecta que pretenda amarrarnos a la norma, y si al final se trata de denunciar todo aquello que convierte a la gente a pie de calle en borregos, desde la política, pasando por el rock y hasta la cultura, pues bienvenido sea.
Si, este año Sandinista! cumple los 40. Este triple disco de 36 canciones fue la manera de los Clash de protestar contra su sello por ponerles tantas trabas en la edición de London Calling. Unos dicen que consiguieron engañar a la todopoderosa CBS con trucos promocionales, otros que tuvieron que renunciar a gran parte de sus ganancias. No sé si algún dia llegaremos a saber que pasó realmente o que se les pasó por la cabeza realmente a Strummer, Jones, Simonon y Headon. Disco atípico en su concepción por diversos motivos, por la participación de Mikey Dread, productor y músico jamaicano en alza, también por la ausencia de Paul Simonon en gran parte del disco, que por aquellos tiempos andaba en otros asuntos, y particular por la interpretación vocal de invitados diversos. Una grabación deslocalizada pues en febrero empezaron a Pluto Studios de Manchester; en marzo fueron hasta The Power Station y los Electric Lady Studios de Nueva York; mayo a los Channel One Studios de Kingston en Jamaica; para finalizar en agosto en los Wessex Studios de Londres.
Pero no es mi intención aburrir al personal con datos que se pueden encontrar en la web, eso si, recomendaros que consigáis el boxset The Clash On Broadway, por los extras que lleva, las fotos y libreto donde cuentan en primera persona y a través de algunos periodistas musicales la relación de la banda con Nueva York a lo largo de su historia como grupo, concretamente en este periodo pues todos los testimonios dan a entender la gran facilidad que tenían para absorver y empaparse de nuevas formas musicales, siempre buscando los sustratos culturales menos obvios y pasándose por el forro de los cjones cualquier expectativa que pudiera tenerse de ellos y de su estatus. Una actitud que continuaban manteniendo desde el título mismo del disco, las letras, pero sobretodo porque es un disco muy diverso, que si ya se habían aventurado en territorios reggae y jazz, en Sandinista! van más allá adentrándose en sonoridades desconocidas al menos por lo que suele pensarse que tiene que ser un grupo de rock. Dub, calypso, disco, funk e incluso rap y gospel, muchos se descolocaron. Lo que hace que este disco junto con Cut The Crap sea los menos preciados por sus fans. Bien pensado de estas treinta y seis canciones se habría podido sacar un gran LP de rock, también he de confesar (y creo que no habré sido el único) que siendo un pipiolo me hice una cinta de cassette con todas aquellas tonadas que no se salían del canon de guitarras.
Aún así este Sandinista! es el disco que con el tiempo ha ido ganado más escuchas entre mis predilectos de la banda, pues aún resulta desafiante, transgresor incluso desde un punto de vista actual y obliga al oyente a derribar ciertos prejuicios estilísticos. Un disco que no podría concebirse de otra manera que no fuera ésta con sus tres discos y con sus marcianadas.
A las grandes conocidas como The Magnificent Seven, Hitsville UK y The Call Up, o la versión Police On My Back de los Equals. añadiría entre mis favoritas otras como The Leader donde se rinden a los cánones del rockabilly. También esas otras tonadas menos conocidas y que han ido ganando mi aprecio con los años como Something About England, o la magnífica Lightning Strike con más funky que la mierda, su sonido arquetípico acercándose al pop en Up In Heaven y Somebody Got Murdered, sensacional y combativa Washington Bullets, un clásico total, el encanto del reggae Corner Soul, la vacilada gospel de The Sound Of Sinners, dando el pego con el jazz en Look Here con total naturalidad. No me dejo las canciones cantadas por invitados, como la voz femenina de Lose This Skin a cargo de Ellen Foley, la novia de Jones, y el niño, hijo del teclista en Career Opportunities que no pierde ese punto combativo, es más, el protagonismo infantil lo amplifica. Incluso las canciones más alejadas del rock, aquellas que pasábamos de largo, ahora resultan estimulantes, como Junco Partner y Ivan Meets GI Joe, de arreglos alocados eso sí.
Son muchas canciones y esto podría hacerse eterno en formato reseña canción a canción. Lo que estaría bien sería poder escuchar de nuevo todo el disco con unas cervezas y entre amigos comentando cada tonada y celebrando la genialidad de uno de los grupos más grandes que han existido nunca. Me declaro sandinista!.

Por Chals Roig


2 comentarios

  1. Pues no lo oigo hace lustros, no suelo pasar de los tres primeros y esenciales, sus cláshicos. Habrá que volver a paladear "Sandinista" en tu honor.

    Un abrazo, Chals.

    1. Gracias Gonzalo. Hace bien poco recuperé este disco gracias a la box-set que comento. A mi modo de ver, este disco ofrece una escucha desenfadada, gamberra y atrevida, es más, lo que más me gusta de este disco es que de haber salido en estos días el talibanismo rockero se lo hubiera llevado por delante seguro, dicho lo cual, cumple su función je je je.
      Saludos Gomzalo y gracias por la parte que me toca.

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