la-excavadora

Discos Críticas

Con este disco se presenta el super-grupo La Excavadora: fuerza, determinación y pensamiento.

…un conglomerado de rock, punk y metal en el que las melodías son protagonistas de excepción, tanto es así que merecen capítulo aparte…

Cuando en 2019 Evaristo resucita a La Polla Records, reconvertida en banda llena estadios y fenómeno sociocultural, santo y seña de una época; su banda de los últimos años, Gatillazo, detiene de manera supuestamente momentánea su actividad.

Mientras el de Salvatierra se sentaba en los sofás de los platós de los late night para contestar a las inspiradas y efímeras preguntas de las estrellas nocturnas de la televisión, recibiendo tratamiento de estrella mediática; tres miembros de Gatillazo: Txiki (guitarra), Angelillo (guitarra) y Buton (bajo) formaban un nuevo proyecto que sería bautizado como La Excavadora.

Se escapaba 2019 y la nueva banda se completaba con la incorporación del vocalista Pela (Sumisión City  Blues, Marky Ramone, Víctimas Club) y el baterista Mikel (Childrain, Vicepresidentes). Juntos empiezan a trabajar con un ramillete de canciones en lo que habría de ser su disco debut.

La Excavadora
La Excavadora

El Covid retrasó el lanzamiento de este primer intento discográfico, se agotó 2020 y finalmente ve la luz en los primeros compases de 2021, bautizado con el mismo nombre de la formación, a saber qué fue antes: el huevo o la gallina.

El resultado final no podía ser más apabullante. Bien es cierto que el adelanto «Ceniza» ya daba pistas claras de por donde podían ir los tiros, es decir: un conglomerado de rock, punk y metal en el que las melodías son protagonistas de excepción, tanto es así que merecen capítulo aparte, pues difícilmente podrán resistirse los más afines a estos sonidos ante las líneas melódicas que se disparan fluidas y potentes y menos aún ante unos estribillos con vocación de himno, que encima vienen cargados con demoledores textos marca de la casa.

Con el punk un tanto apartado, el rock urbano de carácter social y proletario se hace protagonista del lote. Las guitarras suenan afiladas y fibrosas, la base rítmica es dura y contundente y los coros suenan encendidos y orgullosos en los inflamables y apoteósicos estribillos. Sirva como botón de muestra el otro single que hace de abanderado del álbum y que lleva por título: «Futuro».

El resultado es un bronco rock de tintes metaleros que parece llevar una tenebrosa carga de nitroglicerina en la mochila, que escupe soflamas nihilistas y exigencias sociales, además de apreciaciones generales y reflexiones nacidas en las aceras salpicadas de lluvia del norte de la península, poniendo el acento en algunos problemas y actitudes que nunca parecen querer desaparecer.

Doce temas que no dan tregua, que pelean y no se esconden y que se muestran con la cabeza alta y el rostro crispado bramando su mensaje suburbial. No me resisto a destacar algún tema ciertamente destacable, como la visualización que se plasta de los que viven en la calle en «La Excavadora», la proliferación de las mentiras en la actual sociedad, incluyendo las RRSS en «Viejas mentiras de viernes», el recuerdo a alguien que tal vez vivió demasiado deprisa en mi favorita personal del lote, «Contra el suelo» o la mención de la droga como auténtica «Reina de la fiesta».

Significa también, al menos para mi, un viaje a los ochenta, a mi adolescencia, a la auténtica semilla de mi melomanía, al verdadero y seminal yo musical, al chico que sentía la deflagración de esta música amenazando a su corazón en los garitos del Casco Viejo bilbaíno, cuando parecía que podríamos vencer todas las batallas, un disco para resucitar de las cenizas mojadas pero aún calientes. Por todo lo dicho, me permito recomendarlo sin reservas.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar