Entrevistas

Doctor DivagoEntrevista a Manolo Bertrán tras la publicación del álbum ‘La Tierra Prometida’.

… vivimos en esa época de bulos, noticias falsas, etc. con medios esclavos del clickbait o intoxicadores profesionales, oficialistas o no, dispuestos a propagarlas…

J.J.: Hola Manolo. Ya estamos otra vez frente a frente por una novedad musical del Doctor Divago. Digamos que es una buena costumbre, aunque lo más importante en primer lugar es que estamos vivos y, lo segundo, que seguimos motivados para reivindicar entre minorías selectas un espacio artístico de calidad, ¿no?

M.B.: Sí, bueno, nuestro propio espacio. Como siempre, nos gustaría ensancharlo y que fuera menos minoritario, aunque es una tarea difícil.  También existe la motivación de llevar estas canciones al directo. La necesidad de expresión y la ilusión sigue ahí después de tantos años. No diría que intacta, pero sí sobrada. Hace mucho tiempo que sabemos que todo esto no tiene más sentido que la satisfacción personal que nos reporta y los buenos ratos que podamos pasar con gente que valora nuestro trabajo. Todo eso nos da vida y, personalmente, nos ha cubierto una necesidad fundamental y nos ha permitido mantener un ápice de cordura. No está mal.

J.J.: Han transcurrido cinco años desde ‘Complejo Alquería Frailes 13’ y pocos conciertos en directo durante este tiempo. Sí, ya sé que la pandemia, pero ¿qué ha pasado durante este lustro en el seno y en ese universo tan peculiar del Doctor?

M.B.: Básicamente, lo que hemos hecho es trabajar en el local de ensayo las canciones de este disco. Una vez terminaron los conciertos de presentación del disco anterior, tenía algunas canciones nuevas y empezamos a trabajarlas. Es difícil de explicar a la gente, porque parece que hayamos estado de vacaciones 4 años y que hayamos hecho el disco en los últimos meses. Pero nada más lejos de la realidad. En este tiempo hemos hecho el trabajo minucioso que nos gusta hacer con cada nueva remesa de canciones. Tranquilamente.

Hubo los parones de rigor por la pandemia, pero volvimos al ensayo en cuanto pudimos para arreglar las canciones y ensayarlas para su grabación. La pandemia lo retrasó todo por el palo que supuso a todos los niveles y porque no queríamos sacar un disco y presentarlo en directo con limitaciones de aforo y el resto de restricciones vividas. No tenía sentido. Eso quizá jugó a nuestro favor porque, si ya trabajamos con mucha calma, todavía nos quitó de encima la presión de pensar en una fecha de salida durante muchos meses. “Ya saldrá”, pensaba yo. Mientras tanto, aparte de grabar, pulimos las mezclas, Chumi tuvo tiempo para preparar bien las gráficas, encargamos el master, contactamos con las fábricas, etc., con el mínimo agobio posible. Las circunstancias han dejado reposar el trabajo como toca y yo creo que le ha venido bien.

Manolo Bertran y Doctor Divago - La Tierra Prometida
Doctor Divago. Imagen de Josep Escuin

J.J.: Sin embargo, aparecéis ahora de nuevo como si nada, como recordando a los suficientes que los mismos cinco de los últimos 20 años seguís vivos y coleando. 

M.B.: Bueno, como te digo, en realidad no hemos parado de trabajar, aunque con calma y sin ninguna prisa en absoluto. No es una reaparición por nunca nos fuimos. Aunque siempre hemos trabajado de forma muy libre, ahora lo hacemos con mi propia discográfica, Bonavena Música (que comparto con Raúl de Los Radiadores), así que nosotros marcamos totalmente los ritmos. Y los ritmos propios de un grupo absolutamente independiente e inusualmente longevo como Doctor Divago son muy relajados, lentos en el mejor sentido de la palabra.

Cocinamos a fuego lento y saboreamos a conciencia cada bocado y cada trago. Es lo que nos toca. Y es cierto, la formación actual es la misma desde hace ya 20 años (quién lo hubiera dicho en 2001, en nuestra época dispersa, con aquel vaivén continuo de componentes), estamos compenetrados, nos llevamos razonablemente bien y disfrutamos haciendo música juntos. Además, muy satisfechos con el resultado de este nuevo trabajo, aunque suene tópico decirlo. Pero es la verdad.

J.J.: Pero con un cambio bastante importante que, además, se percibe en algunos detalles del resultado respecto a antecesores. Más de un cuarto de siglo con Dani Cardona y ahora con David Garzinsky. ¿Por qué ese cambio y dónde ves que mayormente se manifiesta en el disco?

M.B.: Bueno, sobre todo porque la vida lleva su curso. Hay que tener en cuenta que Dani cerró su estudio, así que se produjo un cambio natural. Aunque lo llamamos en 2017 para que se encargara del disco anterior y firmó un buen trabajo produciendo en otro estudio, la sensación era un poco de estar forzando las cosas. Pasó el tiempo, vimos las cosas de otra forma y nos planteamos otras posibilidades.

Estudiamos opciones y nos pareció que con David Garzinsky podíamos trabajar bien. Es un gran músico y un excelente técnico de sonido. Aunque nosotros llegamos siempre con todo muy currado al estudio, ha ayudado en algunos arreglos y, en especial, en algunos aspectos de guitarras y armonías. Las cosas necesitan perspectiva temporal para valorarse, pero encuentro en este disco una luminosidad especial. No sé si es mérito de Garzinsky o de nosotros, seguramente de todos y de las propias canciones que han llegado esta vez. Más allá de su trabajo estrictamente profesional o musical, quizá lo más importante es que en el estudio siempre había tranquilidad y buen ambiente -que seguro David propiciaba- y eso nos ha favorecido.

Manolo Bertran y Doctor Divago - La Tierra Prometida

David Vie (guitarra), Manolo Bertrán (voz i guitarra), Edu Cerdá (bajo y coros), Asensio ‘Wally’ Ros (bateria) Antonio Chumillas (armónica y coros). Imagen de Josep Escuin.

J.J.: Bien, entramos en el flamante álbum con una curiosidad que me perturba. Dos personajes, uno fantástico, literario (o fílmico) como la leyenda de la selva Mowgli que se cruza con un actor real como Sal Mineo, asesinado por un repartidor de pizzas y resucitado para la ocasión. Descíframe, dame algunas claves de la travesía hacia La Tierra Prometida.

M.B.: En la canción de “La tierra prometida” está claro que hay una búsqueda de felicidad que, tras una larga travesía, nunca llega. Una especie de estafa al final del camino, quizá demasiadas expectativas… Estos dos personajes que citas, que son muy atractivos y tienen mucha miga, llegan, como tantos otros, porque se te cruzan por lo que sea cuando estás en fase de composición y acaban formando parte de la letra. Suele pasar. Cuando relees lo que has escrito ves cómo vibran los significados entre sí, y cada uno de estos personajes cumple una simbología y encaja como un guante en la historia.

J.J.: Oye, y reaparece “El vertiginoso atleta moral”, protagonista de un tema histórico del Doctor en “El loco del chandal”. Igual que ayer pero diferente, ¿no?

M.B.: Me gusta meter este tipo de referencias. Supongo que al situar la historia en alguien del pasado que vuelve, me la dejé botando para hacer una referencia a mi propio pasado y a una canción antigua. Hay cosas que uno no sabe exactamente por qué las escribe ni tiene por qué saberlo. Las canciones tienen su propia vida. También te digo que “diferente” rimaba con el verso anterior, así que algo influiría.

J.J.: Decía también lo del vertiginoso atleta moral porque en los últimos tiempos han aparecido muchos ultras o cuentistas religiosos de la angustia que me parece que, en la evolución de la especie humana, quieren que caminemos como los cangrejos. En cortes como “Tan ocupado” o “La verdadera luz” aparece la radical devoción religiosa desde esa camuflada perspectiva tan crítica y peculiar que representa al Doctor.

M.B.: Sí, los cuentistas ultras parecen dispuestos a dar la tabarra y hay muchos dispuestos a amplificar sus mensajes dislocados, es un incordio. Lo de las referencias religiosas enfocadas como dices siempre se me han colado, no lo puedo evitar. Será que tienen buena rima (risas). 

J.J.: Incluso en algún corte observo actualidad de los últimos tiempos en que se han disparado los negacionistas, los bulos, las fake-news… ¿O acaso piensas que siempre han estado pero no tenían tantas herramientas mediáticas como ahora?

M.B.: Vivimos en esa época de bulos, noticias falsas, etc. con medios esclavos del clickbait o intoxicadores profesionales, oficialistas o no, dispuestos a propagarlas. Tan a la orden del día que fue imposible no referirse a ello en tiempos pandémicos. O a ellos. Se unen a los falsificadores, los sembradores de discordia, timadores, embusteros y estafadores que ya okuparon otra de mis canciones hace años, cuando todavía no era un fenómeno tan relevante como ahora.

Manolo Bertran y Doctor Divago - La Tierra Prometida
Doctor Divago. Imagen de Josep Escuin

J.J.: El insomnio fue una parte fundamental de la Revuelta Elemental. Ahora vuelve a aparecer en los “Ojos de serrín”. ¿Se amontonan muchas noches sin dormir o es una manera de alejarse de la morralla y liberar espacio, cosa que me identificaría muchísimo como refugio de tanta chorrada que nos acosa?

M.B.: Yo lo que veo en esa canción, que tiene su punto enigmático, es una profunda renuncia por parte del personaje. Deja atrás algo de capital importancia en su mundo, es casi un sacrificio. Seguramente es una renuncia forzosa, porque la canción sugiere que el tiempo le ha pasado por encima, ahora este mundo ya no es para él, pero “nadie notará el matiz”. De la ausencia de matices y del trazo grueso con el que se enfocan las cosas a nivel mediático y general también podríamos hablar. Pero la canción dice también que ya “no valen las palabras”. Así que…

J.J.: Y en aquel “Insomnio” además había una referencia explícita al Toro Moreno, personaje de la peli de Mark Robson “Más dura será la caída”, con Humphrey Bogart como principal protagonista. En uno de los nuevos temas aparece el Gigante Molina. ¿Es otro guiño boxístico?

M.B.: Vas bien encaminado. En la película el boxeador se llama Toro Moreno, pero hace unos años compré la novela de Budd Schulberg en la que se basó la película y el mismo personaje se llama en el libro Toro Molina. En algunos pasajes se refiere a él como Gigante Molina, así que acabó sentado en el tren que llega lento, lento, loco por volver a su casa después de la salvaje explotación a la que se le ha sometido.

J.J.: Oye ¿Y qué te ha dicho otro gigante como Cisco Fran al aparecer también su nombre en «La gloria y los insultos”?

M.B.: No he tenido ocasión de hablarlo en persona con él. Ahora está en Argentina, siguiendo el rastro del Toro Molina, Luis Ángel Firpo y Óscar Bonavena. Se ha enterado allí y por WhatsApp me dijo: “¡Caray! Me quedo alucinando”.

Bueno, Morcillo cantaba aquello de “Es difícil olvidar que ellos lo hicieron primero”. Pues eso, Fran es uno de los mejores escritores de canciones que tenemos. Cuando yo empecé en esto él ya llevaba muchas horas de vuelo y sigue haciendo grandes canciones. No necesitan que alguien como yo los reivindique, no lo hago tanto por ellos sino por cubrir mi propia necesidad de expresarlo, pero es la misma clase de reconocimiento que quise hacer con Julio Galcerá cuando lo incluí en el estribillo de otra canción, aunque Galcerá sea de una generación anterior a Fran. Lo mismo que merecen, como mínimo, otros músicos veteranos de la city, más mayores que yo, a los que vi tocar de chaval unas cuantas veces y los sigo viendo hoy en día, como por ejemplo Julio Bustamante o Burguitos, por nombrar dos casos evidentes y de indiscutible calidad. Sin duda, el trabajo de todos ellos abrió camino. Aunque haya quien siga sin enterarse.

J.J.: Supongo que a estas alturas alguien te habrá dicho que “El día después” y “De puntillas” apuntan a himnos clásicos del Doctor, ¿no?

M.B.: Pues no, han elogiado las canciones, pero no en esos términos. Tú eres el primero que me lo dice. Lo veremos.

J.J.: Un detalle genérico e inevitable. Los suficientes somos conscientes de que los discos de Doctor Divago necesitan una implicación especial por parte del oyente para llegar a gran cantidad de escondrijos y ángulos. ¿Crees que hay más o menos gente preparada que antaño para esta aventura discográfica?

M.B.: Sinceramente, no lo sé. Más o menos la misma, supongo. Los suficientes, como dices tú.

J.J.: Háblame de primicias, presentaciones y conciertos a la vista.

M.B.: Ahora mismo, preparamos un vídeo de “El día después”, con el trabajo de ilustración que ha hecho Chumi para este disco, con montaje de Laura PB, que se ha encargado también de los vídeos de “Ojos de serrín” y “De puntillas…”

La presentación oficial de “La tierra prometida”, disco editado en vinilo, cd y plataformas digitales, será el 31 de marzo en Loco Club. Después hay alguna cosa más mirada, pero es pronto para contarla.

J.J.: Bien Manolo, pues ya sabes que es un placer para mí seguir las aventuras del Doctor Divago y encomendarme a sus terapias. Enhorabuena por el nuevo disco. Nos vemos pronto. 

M.B.: Muchas gracias por tu apoyo. Un placer.


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