Discos Críticas

Reseña y crítica sobre los neoyorkinos Daddy Long Legs y su álbum ‘Street Sermons’

… otra barbaridad de rhythm&blues indómito, feelgodiano y callejero, aliñado con detalles de punk-blues, pub-rock o stonianos…

Cuatro años después del ►“Lowdown Ways◄, al que sigo considerando como uno de los clarísimos mejores discos del 2019 en que se publicó, así como de los más destacables que se han parido en su estilo durante la última década, llega ahora “Street Sermons”, cuarto álbum de los Daddy Long Legs y nuevamente nos hallamos ante otra barbaridad de rhythm&blues indómito, feelgodiano y callejero, aliñado con detalles de punk-blues, pub-rock o stonianos.

La homilía musical en la vía pública del trío neoyorkino formado por Brian Hurd (voz, armónica, guitarra, piano, banjo…), Josh Styles (batería, percusión, coros) y Murat Aktürk (guitarra, coros), se inicia con “Street Sermon”, uno de los tres temas que sirvieron de avanzadillas y seguramente la canción estrella del disco por su relación directa con el concepto del título y porque contiene un mensaje de solidaridad para los trabajadores frente a los grandes poderes políticos y económicos, aunque en otro como “You’ll Die Too” también exista su punto de conciencia social: «… un día verás el valor que tiene la fama… algún día tú también vas a morir…»

En cuanto a las otras dos que se utilizaron para calentar motores,“Nightmare” es la pesadilla de un mundo condenado entre aproximaciones guitarreras a Sus Majestades los Stones, mientras que “Silver Satin” contiene algo camufladamente un homenaje al «Jack O’Diamonds» de John Lee Hooker. En ambas colabora en los coros la leyenda británica de la new wave y del punk Wreckless Eric.

Del resto, en el instrumental “Harmonica Razor” suena abrupto, rudo y espectacular el pequeño instrumento de viento protagonista, el cual sirve también para introducir la más entrañable “Been A Fool Once” en la que el amor tiene un precio, donde ella podrá romper el corazón pero nunca el alma.

Mención aparte para dos ambrosías como la más acústica, dulce y cósmica “Star”, donde sobresale el vozarrón de Brian (Daddy), o ese plus primitivo característico en la ardiente y suplicante “Stop What You’Re Doing”.

daddy long legs street sermons

Finalmente nos quedan las más bluseras “Two Dollar Holler” y “Rockin’ My Boogie” que tienen como complemento el saxo de Tovey Halleck, la más country y tabernera “Ding Ding Man” con esa escolta guitarrera de John Sebastian, y un “Electro Motive Blues” mucho más vintage, que parece traída del delta  del Mississippi en ferrocarril.  

daddy long legs street sermons

Aunque no inventan nada, suenan diferente a todo lo que se cuece en la actualidad, cual si fuesen la natural evolución de nombres como Bo Diddley, Dr.Feelgood, Jim Jones Revue, Stray Cats o los Flamin Groovies. Pero lo mejor es que el disco no tiene ni un milímetro de desperdicio, y que dejan claro que siguen avanzando en la línea que les está convirtiendo en unos referentes del rock ‘n’ roll de casta, ese que nos sigue gustando.


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