Villagers, de la mano de Conor O’Brien, entregan un disco bellísimo, delicado y melancólico repleto de paisajes poéticos en cada recoveco.
Susurros. Pequeños secretos. Palabras delicadas. Pura artesanía. Conor J O’Brien ha vuelto a reclutar a los aldeanos, pero esta vez en lugar de ir en busca de osos pardos en sueños febriles decide contemplar el vuelo de lepidópteros rememorando tiempos dorados. Sí. Lo ha vuelto a hacer. Con sencillez y suma delicadeza. Villagers firman en «That Golden Time» una colección soberbia de canciones, preciosas y delicadas. Si ya os gustó «Fever Dreams«, lo de ahora, es pura magia.
O’Brien es un artesano de la melodía. Un orfebre de la canción que tanto bebe de las atmósfera pinfloydianas como de, por ejemplo, el dream-pop de Grizzly Bear… y ojo, que esto no lo digo yo, lo dijo Conor en una entrevista lo cual, para seros sincero, me acojonó bastante pero una vez escuchado el disco no puedo estar más de acuerdo con él. Este sexto disco de estudio de la banda tiene todo lo que les caracteriza. No nos engañan, no quieren inventar nada aunque sí se salen un poquito de su zona de confort gracias a una instrumentación moderna y delicada.
Desde la canción inicial somos conscientes de la delicadeza y cariño que ha puesto en las nuevas composiciones, y es que en «Truly Alone» escuchamos el piano caer como gotas de agua sobre la tierra mojada. Qué preciosidad! para enamorarnos inmediatamente con su dulce y cálida voz en «First responder» que a fuego lento y a modo de nana nos embruja. La verdad es que todo el disco transcurre en esa tonalidad, en esa sencillez vestida con arreglos preciosos que dan cohesión a todo el artefacto dando como resultado belleza, melancolía y un derrotado romanticismo.
«I want what I don’t need», «You lucky one» y la canción que da nombre al disco, «That Golden Time» son buenos ejemplos de ello. Tres joyas bonicas del to que no las únicas. Cada canción tiene su momento por descubrir, su paraje delicado gracias a guitarras acústicas y pianos llorosos, y a esa dulce voz que es un regalo para los oídos. En «Brother Hen» hay algo de beatlesque pero es tal vez con «No Drama» cuando vuelve a dar en el clavo. Soberbia.
«Behind the curtain» es la pieza larga del disco que transitando por sonoridades jazz nos lleva de la mano a su final donde la delicada balada «Money on the mind» pone broche de oro a ritmo de nana a un disco precioso de escucha atenta y serena. Sin trucos, sin prisas. Íntimo y personal. Una pequeña joya a disfrutar en soledad. Otro gran disco de Conor O’Brien al que algún día se le reconocerá su talento y su artesanía.
Villagers – That Golden Time (2024)
01.- Truly Alone/ 02.- First Responder/ 03.- I Want What I Don’t Need/ 04.- You Lucky One/ 05.- That Golden Time/ 06.- Keepsake/ 07.- Brother Hen/ 08.- No Drama/ 09.- Behind That Curtain/ 10.- Money On The Mind
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