Enfermedades raras, de Cisco Fran

31 de octubre de 2014
Autor: Exile SH Magazine.

Cisco Fran es el alma matter de La Gran Espereanza Blanca, uno de los secretos mejor guardados de la capital del Turia. Pero Cisco Fran además de cantante, compositor y uno de los mayores expertos del universo Dylan, es escritor. Nos presenta en noviembre Enfermedades raras, una colección de cuentos que intenta mostrar aquello que de anómalo tiene la conducta humana, enfermedades del alma, en realidad, a la vez que apunta a lo natural de las mismas. Un besador compulsivo, un hijo que se arranca la piel, un soñador que prefiere morir a despertar, el amor vivido a cámara lenta en una burbuja, vampiros de energía, cobardes, mujeres volcánicas o procaces, suicidas, un padre redimido por el barro y la música, panaderos que hablan desde el más allá, asesinos y policías puteros, todos conformando una galería de freaks, auténticos como la vida misma. Atrévete a entrar en las cenagosas aguas de Enfermedades Raras, un volumen que te hará reflexionar y preguntarte si tu enfermedad es realmente rara o quizá lo sea la de los demás.

«Permitidme que os hable, que os lleve a las tierras desoladas, vacuas y solitarias de la imaginación, del futuro, pasado y presente simultáneos. Que os lleve al páramo fértil que anhela que lo inunden riadas de locura y belleza. Dejad a un lado vuestros menesteres cotidianos, prescindibles todos ellos, estoy seguro. Tomad el tiempo necesario de la estantería de la voluntad, de la repisa de lo satisfactorio, del rincón escondido de la curiosidad. No necesitáis una entrada, ya estáis dentro de la carpa, donde los fenómenos humanos se dejan ver impúdicamente, ganándose una vida como la vuestra. Dejad a un lado vuestras pequeñas mentiras, ésas que os permiten miraros al espejo cada mañana. Dejad a un lado el trapo sucio con el que os secáis las manos tras haber vaciado el interior del pavo y haberlo llenado de guindas y manjares de las mil y una noches, pasas, ciruelas y cognac. Tomad con las manos ya secas y limpias este trozo de vida que os pongo en ellas, tomadlo y permitidme hablaros … « (*)