Críticas Discos

«El mejor disco de soul registrado jamás por un blanco«.
Esa es la frase, con variantes cientos a encaber, que suele acompañar al artefacto de hoy. Y por rimbombante que pueda parecer, y en la humilde perspectiva propia, les confesaré que la cosa estaría en preguntarse si tal andanada (popular o no) resulta quizá algo limitada…  pero no en la dirección que tantos puedan pensar de primeras y precipitadamente, al tanto. Así, donde muchos y muchas verán exageración uno (que soy yo) no puede evitar para sus adentros y cada maldita vez que la aguja abandona definitivamente al último surco de «In the ghetto» algo en la linea de: «Eso… como mínimo, damas y caballeros, como bastante mínimo». Adoro, quiero esta disco y, en verdad, lo considero -entre un potosí de cosas más- la joya mayor de mi modesta pero orgullosa cole vinilera.
«Es más ícono que músico»; «es un tópico, si se analiza no hay para tanto»; «no escribía sus canciones»; «no se puede comparar su importancia en la historia del rock con la de X o Y»; «Sun y demás le promocionaron hasta la extenuación -o/y imposición-«… Largo, larguísimo, etc. (que se nos acaba aquí la semana de seguir) de martíngalas/barbaridades de a granel que se pueden llegar a leer y escuchar. Ahora bien: «¿Sabes?, una vez de niño conocí a un chico que tocaba el acordeón, así que cuando era pequeño yo también quería tocarlo, me encantaba ese sonido. Así que practiqué, practiqué  y practiqué… Pero, nada, cuando aquel chico hacía sonar una sola nota, aquel sonido te hacia llorar»…  Esta frase de la deliciosa «Balas sobre Broadway» del señor Allen es lo que más, y mejor, me sintetiza lo que resulta Elvis Presley en y para la historia del rocanrol. Sencillamente hay un exlusivísimo grupúsculo de gente en la historia, personas concretas y realmente señaladas, que no entran en comparaciones y etiquetajes. Su superioridad manifiesta les hace flotar por encima de narices arrugadas, sesudos comentarios y sinuosos tejemanejes dialécticos con el, poco oculto, fin de ningunear sin, de ser posible, dejar de «quedar bien» (no sea que se piensen que…). Y volviendo al ahora toca cuando, además, señalo que me cuento entre el ingente, nada desdeñable en cantidad, que vive en la convicción de que con «From Elvis in Memphis» estamos ante la mejor grabación que ha quedado acuñada para la historia, forever and ever,  del Rey.
¿Y de verdad que tengo que puntuar esto al final de la entrada?. Quién coño soy yo o nadie para tal fin. Evaluar esto, como aquel directo de su souledad Cooke al que ya metí mano aquí, solo me suscita al cazurro que levantando el melón en la Capilla Sixtina te suelta una perla del tipo: «pos yo que me pensaba que era más grande esto»… Hale, con un par y pa la tienda souvenirs. «FEiM»… «The Return of the King», nada menos…  Elvis vuelve a Memphis, su Gondor particular, una vez finiquitados sus compromisos hollywoodienses y deja para los restos el mejor disco del año en que el hombre llega a la luna lunera, en medio de prodigios de la british invasion, las inolvidables y obligadas referencias yanquis tan variopintas que nutren aquel -muy probablemente- insuperable segundo lustro sesentero, el despegue del zeppelin por ejemplo también, y  entre muchas -muchas- otras cosas la obra de cualquier (cualquier, insisto) artista/músico de los que firman con nombre propio sus discos y que están escribiendo entonces, en riguroso live, buena parte de la historia más necesaria del medio… En medio de todo eso, repito, el Rey se marca su última grandiosa cabalgada de estudio (para muchas personas al menos, que evidentemente se le puede sacar punta a eso hasta la misma ignición) y por la máxima de que la voz és o puede llegar a ser, frecuentemente y a la postre, el más primigenio, directo y emocionante de los instrumentos por su no necesitar de soporte material alguno, y siendo el de Tupelo la Voz por definición del rocanrol, nos encontramos con que, en efecto, estamos ante algo cuyo frío ponderar garrafero se antoja no ya innecesario sino, directamente, poco menos que insultante/faltón.
También les digo a todos/as que quien quiera datos sobre quién escribiera las canciones, todas las colaboraciones habidas y por haber (y demás mandangas) puede ir de pesca por las redes que se hartará de datos antes de la hora de la merienda… Paso bastante de  entradas tipo «redacción de la vaca de vuelta al cole» (esas de compilar datos de la wikipedia y similares para hacerse pasar después como propias sin vergüenza a valer). Y especialmente con bichos, tan contadísimos, como el que ocupa. Por ello, en verdad, esto de la bloguería me parece tan vital y necesario… La gente a la que mayormente leo y con la que suelo interactuar, más/menos, abarcan lo que toque desde las sensaciones propias que ello les produce… Que ahí está ya la historia, mejor o peor contada, para echarle mano cuando sea menester, of course. Partiendo de ahí, y seguimos, lo que si debe recordarse para lo que nos ocupa es que lo que sale de aquellas legendarias sesiones del American Sound Studio es de un metal al que llamar oro es hacer ridículamente corto… Ahí tenemos a las «Suspicious minds» barriendo a los Fab4 de las listas, mismamente. Pero, sin más, empieza «Wearin’ That Loved On Look» y… seré desgarradamente honesto y con perdones mil (y millones), cuando suena la voz del King, ya de inicio, ahí que me olvido siempre de todo dios (de los Beatles a Dylan, de los Stones a Young, y todo lo que sea que pille en medio). Este hombre bostezaba en clave de fa y hacia las gárgaras en si bemol… joder, incluso. «I had to leave town for a little while» … La madre que lo parió. Trillones de veces imitado, jamás alcanzado de pleno ese registro. Para «Only The Strong Survive» (y ya dejo por obviado que aquí cada canción es una pedazaco de historia que merece una entrada o diez para ella sola) ya estás irremediablemente derrotado -y qué poco parece costarle al puñetero-… Lo bastante achulapado -para hacerte sonreír- sin caer en lo mundano, lo bastante emocionante -para llegarte de pleno- sin caer en el sobreafectismo barato… Esa cualidad que le permite, como a nadie, fusionarse con el embajale musical sin caer en la mera interpretación/exposición, sin el indispensable ir más allá («sí, soy el que la tiene más gorda pero además soy un músico descomunal, que te quede clarinete» -bravo-). Y por supuesto, de la tremenda melodía y arreglos (y coros) de aquella pasamos al acunado blueseo de «I’ll Hold You In My Heart (Till I Can Hold You In My Arms)«, donde con un soporte mínimo el tipo se sobra lo no escrito en la única pista del disco/milagro que supera los cuatro minutos… Hasta el momento tres canciones, a cual más descomunal, muy diferentes entre si y que son una clase de fundamentos básicos del rocanrol lo mismo que un ejercicio de virtuosismo vocal para el que no hay ni habrán putos cuartos… And now, además, empieza «Long Black Limousine» que resulta, a falta de una semántica más rica en matices, una puta locura de canción (amén de dar nombre a uno de los espacios más queridos del mundillo este de la bloguería que antes mentaba, faltaría). Venga, del blues al gospel, a ritmo creciente y hasta el puro desgatiñe galopante (y sin perder elegancia alguna, claro). Imparable y como el respirar siempre la larga limusina negruzca. Desde ahí, desde la church, nos vamos a una escena de porche sacada de un film de Walsh con «It Keeps Right On A-Hurtin‘»…  Escena calma de ocaso y sombrero calado hasta las napias y otra carta de la sacrosanta baraja en juego… Y ese vibrato de voz por en medio… Cabronazo !, hombre ya.  En cualquier caso se remata la primera cara con una  «I’m Movin’ On» que es un despertarse de la que precede en el rancho hasta que los coros negroides entran en liza y el tipo nos demuestra, con una holgura que intimida, que lo mismo te lo hace por canciones sueltas que te lo junta todo en una… Como quieran uds. Llegado a este punto me gustaría hacer un inciso en un concepto muy manido pero que, a su vez, me resulta interesante… A aquellas gentes que por accidente caigan aquí y tengan a un Elvis ubicado en la «voz entornada», el movimiento de pelvis, el rollo caduco del final en Las Vegas, las películas con cocoteros y camisas hawainas, y demás perifolla estereotipada al uso,  les imploro que cometan (ni que sea una vez) el ejercicio de escuchar este disco como cualquier otro  (espero sepan perdonar la perogrullada, pero creo se entiende el tema)… Y, ojo, lo explico ello no por ir de enteraillo de gratis, sino por ser un pecado en el que yo también caí… Hasta algún momento sobre los ya respetablemente lejanos veinticinco, tenía a Presley por todo lo sugerido o poco más… Escuchar este disco, ni qué decir, me prendió la mecha, encontró el hilo suelto desde el que desbrozar la madeja, etc… Básicamente, que aunque me avergüence en cierta medida confesarlo lo cierto es que el recuerdo todavía escuece, fue un sentirme (así de golpe) un ignorante de proporciones épicas. «From Elvis in Memphis» es un pasarte el camión de la historia del rock yanqui del pasado siglo, con prácticamente todas sus variaciones a encaber, por encima y dejarte caido, derrotado en el suelo, por siempre jamás. Amén… or, oooh yeah baby, si prefieren.
La B side. No, no son los Stones, es Elvis lo que escucharás tras el inicio de manual R&B de «Power Of My Love«. Y lo sabrás porque Jagger es el tigre bengalí más grande y fotografiado del zoo, como debe ser, el puto amo sin más… A Presley no lo han cazado, por eso, y sigue campando a sus anchas por donde le rota… Pero, caray, es que «Gentle On My Mind» es «mi momento» del disco… Qué curiosa esa relación que alcanzamos a veces con algunas canciones, frecuentemente menos obvias, de los artistas que nos hacen quererlas y abrazarlas de forma especial desde la perspectiva propia. La linea de bajo, la melodía de la que el tipo entra y sale como le da la gana, los tenues punteos en primer plano… Algo de difícil narrar me tiene esta pista que me deja siempre mejor de lo que estaba (hay  un grupo exclusivo, y minúsculo, de canciones concretas que, miren uds, sean más buenas o malas me dan eso… me acuerdo ahora del «watch your step» del otro Elvis, del «Cupid» del live de Cooke o de aquella «you tore me down» de los Groovies… cada uno/a tiene las suyas, está claro, sí). Tiempo para  el «After Loving You» que es más soul calentorro untado por la Route con nueva intensidad de menos a más  y un nuevo muestrario de tonos de todos los tamaños y colores… Y qué corta que es la puñetera (qué cortas son todas en realidad, qué narices). Vuelta de tuerca para «True Love Travels On A Gravel Road«, con más coros gospelianos de esos que inundan, que llegan al tuétano. Ya había abierto para siempre los ventanales de la iglesia hacia más de un lustro el que te dije (está claro) y, para mi, nadie entendió el «chiste» más y mejor que Presley. Casi al final «And day now«, y esto puede ser controvertido, es el ejemplo perfecto de porque prefiero a Cooke como n.1 incuestionable del soul a los también titánicos y primordiales Redding o Gaye (etc)… Lo que hace uno me parece único e inimitable, lo que hacen los otros se puede alcanzar por jodido que pueda ello resultar (y ni que sea con cada pasar del Halley, más o menos) y a priori. E incluso (siempre para el menda) superar, como hace aquí este legendario  descafeinado de Memphis. Y para casa que nos vamos ya, sea como fuere, con la archiconocida «In the guetto» (que la ha versionado, en la lectura del Rey, hasta el gato), que nos mece hasta la orilla de inmejorable forma aunque, que me sumo a ello, para muchos sea la canción que menos encandila, aún siendo incuestionable, por precisamente esa incalculable popularidad que con ella rige (nos la han rebozado desde el jardín de infancia, más allá de generaciones y procedencias, está claro). En resumen y despedida: historia del s. XX, del rock en particular y de la música en general… Y de paso (que casi se me pasa) ya aclaro que el posteo, casi extinto, se basa en la compilación original del álbum (que me consta hay versiones varias por ahí con todo lo que salió de aquellas sesiones y demás golosinas). Que puntue otro, ahora ya sí  en definitiva total, que a mi me da la risa y… por descontado, en efecto: alives forever & god save the King !
Elvis Presley – «From Elvis in Memphis» (1969) : ∞/10
01. «Wearin’ That Loved On Look»/ 02. «Only The Strong Survive»/ 03. «I’ll Hold You In My Heart (Till I Can Hold You In My Arms)»/ 04. «Long Black Limousine»/ 05. «It Keeps Right On A-Hurtin'»/ 06. «I’m Movin’ On»/ 07. «Power Of My Love»/ 08. «Gentle On My Mind»/ 09. «After Loving You»/ 10. «True Love Travels On A Gravel Road»/ 11. «Any Day Now»/ 12. «In The Ghetto».

Por Guzz


11 comentarios

  1. Para mí es el mejor disco de Elvis junto al primero, aunque el homónimo del 56 digamos que juega más con los factores sorpresa y de la historia. Al hilo de su texto Elvis es como los Pistols, cada uno en su parcela, se les puede reprochar pero son impepinables. Hoy ha hecho más grande Vd. este discazo de un artista al que popularmente se conocen principalmente los recopilatorios de "grandes éxitos". Yo sí que me mojo en la puntuación, un 9'5. Reciba un abrazo.

    P.D.: por cierto Don Guzz, le envié un regalo galáctico, confirme cuando pueda que todo llegó bien.

  2. Su capacidad de síntesis me tiene abrumado desde hace tiempo Don Guzz ; más si cabe al leer este texto del que quizá sea el disco de mayor aportación al sedimento cultural del siglo XX al lograr catalizar distintos y dispersos alientos musicales que de otra manera hubiesen quedado en la marginalidad ; no quería extenderme , de hecho sólo quería decir un 10 para esta obra magna y otro para usted por su arrojo y valentía , admiro sinceramente su osadía .
    Ah , sólo una reflexión acerca de la época que lo alumbró ; los esquemas mentales eran otros y lo que importaba eran las canciones ; no existía esa idea preestablecida de que el que las interpretaba debía ser el creador de ellas como hoy ocurre , había una sinergia nada egoista entre el gremio que hacia que todos saliesen beneficiados , sobre todo el intérprete , claro ; Elvis demostró ser en este sentido muy intuitivo ; y es que el rock´n´roll , en su estadio más primario era puro instinto .Para mí el mejor disco del Rey .
    Enhorabuena Guzz , a ver si tenemos oportunidad de conocernos que he oido algo por ahí de que hay movimientos para poder volvernos a ver todos .
    Un Abrazo !

  3. Si señor Don Guzz, Elvis, a parte de singles también hizo discos, y este que podríamos decir es de segunda época, es realmente fastuoso, evidentemente era un Presley mejor músico, ya no mueve tanto las caderas… pero se adentra en terrenos donde quizás antes nunca se habría atrevido como el soul y le queda de vicio.
    El otro día, permitidme, me contaban una anécdota sacada de la biografía de Elvis… cuando los Beatles y el Rey del Rock se conocieron… a pesar de ciertas reticencias iniciales… hicieron buenas migas e incluso tocaron temas juntos… pero ya se ponen a hablar y Lennon le dice "¿porqué no vuelves a la época de la Sun Records?" En ese momento Elvis se empezó a poner como un volcán en erupción y aquello se convirtió en un silencio sepulcral… ni que decir tiene que se acabó el "encuentro".

    Abrazos truferos.

  4. Jose Luis Perales, La Oreja de Van Gogh, etc. escriben sus propias canciones por lo tanto deben ser mejores artistas que Elvis, ¿nooo?… aaaay, estos críticos 'sesudos'…
    Como -al igual que el disco- la entrada, Guzz, es de 11 pues me limito a firmar debajo y a recomendar "Back In Memphis", el disco en el que se incluyeron las demás canciones registradas durante esa mágica estancia en los American Studios. Habría estado bien asistir a la 'audiencia real' con los Beatles aunque solo fuese por oir a Elvis metiéndose con Lennon llamándole John Lenin je je je

    Abrazos!

  5. Entrada magistral, como es habitual, y obra de Elvis en la que no me he detenido nunca pero que consumaré cuando se me materialice en formato vinilo. De acuerdo en todo, y cuanta razón en cuanto a que los que somos tirando a mediocres en esto del bloguerío solemos apoyarnos en el dato como inspiración y para salir del paso, mu grande y mu agradecido de compartir exilio con vos, Don Guzz (algo se me pegará). Saludos

  6. Buzzlight Year total, infinito y más allá. Soul is the answer. Un crossroads eterno como el de Robert Johnson. Fdo: su groupie bilbaina.
    P.D: cuando hablabamos de valoraciones hay dieces y hay infinitos: Blonde on Blonde, éste, What´s Going On, Marquee Moon, Revolver, Astral Weeks, Music From The Big Pink, etc… esos son infinito coño!

  7. Estoy con Coop, "Back in Memphis" es un complemento ideal y a la altura, sus dos primeros discos y el gran "King Creole" hacen mi quinteto irresistible.
    Gran entrada…
    Abrazos.

  8. Estupenda entrada, Guzz, sobre un disco tan abrumador. Prefiero los dos primeros de Elvis, pero, en fin, estamos antes una obra maestra absoluta, joder, cómo canta Elvis aquí.

    Un abrazo.

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