Peter Perrett firma un retazo vital y personal en un disco profundo y verista.
…pensamientos expresados en canciones crudas, sinceras y donde se desnuda ante sí mismo, es lo que da sentido a «The Cleansing»…
Para comprender en su totalidad el último disco del artista británico Peter Perrett, titulado de manera genérica «The Cleansing», es conveniente conocer, siquiera brevemente, la historia vital (y artística) del propio Perrett.
En 1976 funda en Londres la mítica banda The Only Ones, grupo de culto con el que lanzó tres discos y que se separó en 1982. No retorna a la actividad hasta 1994 con un proyecto nuevo denominado The One y que apenas dura un par de años.
Reúne de nuevo para el directo a The Only Ones en 2007 y 2014, aunque es 2017, cuando con su disco debut en solitario, el soberbio «How The West Was Won» (reseña), su vida da un giro del que aún se beneficia en lo personal y también en lo artístico, como se demuestra en esta revisión vital en 20 canciones que es «The Cleansing».
Y es que la biografía de Perrett, además de su música, está plagada de historias de gloria y decadencia, de adicciones y enfermedades (padece una enfermedad pulmonar denominada EPOC como consecuencia de ciertos abusos), de resurrecciones y recaídas, y hoy, con 72 otoños en su haber y limpio desde hace años, Perrett reflexiona sobre su vida, su presencia en el planeta a pesar de los pesares y sobre el futuro, el presente y el significado de la existencia.
Estos pensamientos expresados en canciones crudas, sinceras y donde se desnuda ante sí mismo, es lo que da sentido a «The Cleansing», un sentido profundo, reflexivo, filosófico y sincero para el que cuenta con el concurso de sus hijos Jamie (guitarra) y Peter Jr. (bajo) y con algunos artistas amigos que iremos refiriendo.
Sigue fiel a su estilo, a su forma reptante de cantar, a sus sonoridades oscuras y velvetianas, aunque se aprecia, de manera ocasional, un flujo de luz más acusado que en pretéritas ocasiones. Una música hermosa que asimila una suerte de realismo literario y expresionismo sónico y que alcanza en 2024 algunas cotas ciertamente sobresalientes.
Tan claras son sus intenciones que compone y escribe todas las canciones, aunque deja las labores de producción en manos de su hijo Jamie (con la colaboración de Carlos O’Connell) y se siente en su vocalidad una acción de renacimiento vital y artístico que ya se evidenció en sus dos discos precedentes pero que se amplifica y solidifica aquí.
Colaboran con su arte, aunque claramente al servicio de las composiciones de Perrett, Bobby Gillespie en los coros de varias canciones como la estupenda declaración de intenciones «I Wanna Go With Dignity», en la íntima «Solitary Confinement», en la incisiva y enunciativa «Disinfectant», en la delicada y desnuda «Survival Mode» o en el magnífico tema homónimo.
Por otra parte, Johnny Marr se cuelga la guitarra para hacerla sonar en la pesarosa crónica de actualidad «World in Chains» que Perrett canta junto a Rakel Mjoll. Así mismo, Violeta Vicci interviene en diversos momentos con su viola y su violín, dando un toque poético y un cobrizo sonido de cámara a algunos instantes de gran belleza como «All That Time», «Set The House on Fire» y «Feast For Sore Eyes».
Peter Perrett nos muestra, incrustados en los surcos de «The Cleansing», los resultados de su purificación, y lo hace con pulso firme y belleza musical. Estamos ante un disco con rastro vital y cruda reflexión donde las canciones trascienden lo puramente musical para entrar en el terreno de lo humano y lo filosófico, una auténtica lección de vida y resistencia que en realidad nos purifica un poco a todos.
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