Crónica de la fiesta del 35 aniversario de Doctor Divago en 16 Toneladas de València durante el 26 de abril de 2025.
… tres últimas décadas y media de ininterrumpida dedicación, una entusiasmada entrega que los ha convertido en uno de los bastiones de nuestro mejor rock alternativo…
Todavía noqueados y recuperándonos auditivamente del descomunal concierto que, unas horas antes, ofrecieron los japoneses Acid Mothers Temple en 16 Toneladas, volvimos al templo rocanrolero con buen ánimo para celebrar el 35 aniversario del Doctor Divago, la muy querida banda para una legión de suficientes seguidores que reconocen el valor y la grandeza del quinteto valenciano, tal y como apuntaron en varias ocasiones los egregios presentadores de cada bloque del magno evento, como fueron César Campoy y Javi Gafotas.
Comenzó el tributo con Lanuca y doy fe que, entre sus “Ríos de plata” y la atmosférica revisión de la “Madre de todas las demencias” del Doctor, resultó una bendición celestial para cambiar el chip de todo lo que allí había acontecido unas horas antes. Después, Gilbertástico confirmó lo que nos acababa de anticipar en privado, que lo suyó iba a ser como una especie de karaoke, donde su fenomenal versión divaguiana “Gracia Imperio” y su “Culo de mono” consiguieron sacar la mejor de las sonrisas entre la privilegiada concurrencia.
En la línea de las sonrisas también prosiguió el insigne Luis Prado con su simpática mordacidad y su genialidad al piano, tanto en “Jugar a pillar en el limbo”, con guiño incluido al “If I Needed Someone” de los Beatles, como con ese otro sorprendente regalito del universo divaguiano que fue “Sobrevolábamos”.
A partir de ahí el acontecimiento dio un giro de modo más guitarrero, aunque el núcleo central se mantuvo con las versiones incluidas en el reciente disco tributo “Una vida es demasiado poco”, como por ejemplo “Eva” por FaNáticos, “Ligero como una pluma” por Ambros Chapel y “A la vez” por Los Radiadores, donde Toni Gominola y Manolo Bertrán pusieron la guinda en el escenario al rememorar el periplo radiofónico de Toni antes de cerrar esa ronda de actuaciones previas y que culminó con Raúl Tamarit reivindicando la amistad y admiración hacia el Doctor hasta desembocar en el pepinazo radiador “Moriré más por tí”.
Y llegó el turno de los protagonistas de la velada Manolo Bertrán (compositor, voz y guitarra), Edu Cerdá (bajo y coros), Antonio Chumillas (armónica y coros), David Vie (guitarra) y Wally (batería), dispuestos a recordar momentos claves de las tres últimas décadas y media de ininterrumpida dedicación, una entusiasmada entrega que los ha convertido en uno de los bastiones de nuestro mejor rock alternativo.
Indudablemente, uno de los detalles más relevantes de su actuación fue la inclusión de dos canciones nuevas que formarán parte del ya ansiado próximo álbum del Doctor, como “Bendita dispersión” que actuó de pistoletazo de salida y “Siempre había alguien más”.
Del repertorio más clásico no faltaron “Clínica del alma en Navidad”, No necesito más reproches”, “Los tontos buenos tiempos”, “Al cuarto día”, “La mala herencia” (con recuerdo y dedicatoria incluida a Víctor Ortíz, leyenda valenciana del rock con Los Pantalones Azules y Los Huracanes), “Silencio” y las tres que me pareció que hubo mayor comunión con los asistentes: “Frunciendo el ceño”, “La habitación de Charo” y “Tirando a dar”, esta última con la participación de Juancho Plaza que disparó oportunas balas de cumpleaños para destrozar trincheras hechas de realidad.
Como una especie de auto-reivindicación de su incombustible escuela emocional y de lo vivos que se hallan a tenor de sus publicaciones más recientes, hizo acto de presencia el tema que da título al más reciente trabajo discográfico “La Tierra prometida”, así como también “Ojos de serrín”, “El día después”, “Al cuarto día” y, en otro de los momentos claves y más conmovedores de la velada, con los miembros de Cándida, como fue “El viaje largo”, donde Candi ejerció de vocalista principal y Juan Barcala se incorporó a la percusión.
La recta final con bises incluidos fue trepidante. Reapareció Toni Gominola en el escenario para rememorar los tiempos de los Impostores en 2001, todo ello con una versión muy punk blusera y rocanrolera de la inolvidable “Vicky” de Alaska y Los Pegamoides.
Como colofón cuatro piezas de mis favoritas del Doctor. De fantasía “El vertiginoso atleta moral”, “La deriva continental”, “No tan bueno” y a grito pelao por la selecta concurrencia “La resaca”, esa que siempre hace tanto bien. Ahora, a por los 40, ojalá volvamos a estar todos los presentes. Per molts anys més, Doctor!!!
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Gracias por la crónica Juanjo, no sabes lo que lamentamos no estar presentes, fuimos fila 0. Un abrazo