Críticas Discos

Es bien fácil de suponer que la altivez congénita del gran bigmouth Morrissey, cuyo ego puesto en una bandeja nos deja sin superficie terrestre para poderlo sostener, pueda crear antipatías (gratuitas, mayormente) hacia su obra. Admitido eso, y obviando una carrera en solitario con varias alegrías, nos enfrentamos ahora a los Smiths en general y a su reina extinta en particular… Y la pregunta que me sobreviene es, y cómo me ocurre siempre con aquellas tan señaladas obras que considero más allá de bienes, males y subjetividades de a granel:  ¿Lo -tan socorrido- del 10/10 es realmente suficiente para esto?. Tal cual.
Y es que al englosar las bandas británicas por décadas uno no puede dejar de reconocer la importancia de Marr, Moz y cia… Porque, en efecto, hay cosas noventeras que están muy bien de las facturadas en las islands, no diré que no, pero mayormente me tienen poco (los primeros discos de Suede y Supergrass) o nada (lo realmente grande, claro: la tremenda PJ, Teenage Fanclub, los Auteurs o -por ejemplo de otros posibles- los posteriores Hefner) que ver con aquello que se hizo llamar britpop. Claro que algo sí cabe decir en favor de bandas tan sobredimensionadas como las que ahí/entonces medraron con especial enjundia: lo que sigue es mucho -muchísimo- peor, y al drogota de Doherty y su compinche  les bastarán dos discos meramente interesantes para resultar una mezcla de Beatles, Stones, Mozart y Rita la cantaora, todo junto y revuelto, al comparar con el «»nivelazo»» (atención a las dobles comillas ex profesas, please) imperante… Al mirar antes de esos 80’s, donde habitaron nuestros protagonistas de hoy, el panorama varia en dirección opuesta, por supuesto… No nos liaremos ahora con la insuperable brit invasion sixtie que se nos acaba la semana y, a su vez, en cuanto a los 70’s… Bueno, es la década de la explosión/expansión de géneros definitiva y por definición en esto del rocanrol. Y así, resumiendo lo indecible, llegamos a los ochenta. La «década reivindicable» (recordando ahora que nos estamos ciñendo, en todo momento, a la oferta de la bretañas). Y es que las bandas ahí surgidas, o ahí finalmente cuajadas procedentes del anterior decenio, no son precisamente poca cosa en apreciable (y diversa en estilos) cantidad. Bueno, pues asimilado todo ello te pregunto seguidor rockero: ¿me dices, sin pensar y honestamente -sin parar la décima de segundo necesaria que nos hace caer en la cuenta de las querencias propias-, una banda inglesa de los ochenta?… Está claro, sí y en efecto.
Los Smiths encajaron su obra discográfica de estudio en toda la mitad de aquellos 80’s, rematando con un magnífico (y quizá pelín infravalorado) directo de los de agarrarse fuerte. No se trata, según lo veo, de que fueran los mejores categóricamente de aquella/s camada/s (que habría mucha candela a incluir aquí), pero si fueron/son, a niveles de calidad/popularidad, el punto de encuentro más claro y rápidamente ubicable de críticas y públicos. Y, de entre todo eso, cabe matizar ahora (ni que sea por la cuenta que le trae a este texto) que además está «el asunto Queen is dead»… Se dice, se comenta, que todas las grandes bandas de rock tienen un disco único y puntual donde todas sus grandezas confluyen con especial acierto (que a eso se le puede sacar mucha punta claro: hay bandas que tienen varios de esos o ninguno en realidad, según quien nos explique el cuento… en cualquier caso, ya ha quedado ello como uno de esos tópicos manidos y galopantes del medio, vaya). Pues bien, «la reina muerta» de los Smiths es sin duda, y con el permiso de los fans más militantes dispuestos a tocar la pera, la consabida joya de la corona. Un salto olímpico perfecto y clavado en toda su ejecución que no admite debate (quizá haya a quien no le guste la portada con Delon desde el film «L’Insoumis» de 1964… pero más allá de eso son ganas de gastar saliva o tinta -o lo que toque-, cuando no, pura y llanamente tocar los huevos). Las letras de Morrissey y la música de Marr arrancan desde aquí su justo y más grande pedazo del pastel de la historia, pagando además el peaje de ligereza e inmediatez popera (35′ escasos que dura el asunto) que procede. Desde las cantinelas y percusiones de Mike Joyce del inicio hasta las chicas que son mejores que las otras del cierre. Con tiempo, durante todo lo que va en medio,  para la adictiva chirigota en el «vicar in a tutu» o ese «Mr. Shankly», los inevitables hitazos del bocazas que contraataca o el muchacho con la espina zapatera, sin olvidarnos de la solemnidad de «there is a light…», «never had no one ever» o -la sencillamente preciosa- «I know it’s over» y rematando, of course, con esas puertas del cementerio que cierran la primera cara analógica y son una debilidad personal más que insaltable desde ya ni recuerdo (mi favorita de lote y banda). Todo ello, ni qué decir, regado de referencias literarias y la gloriosa pomposidad inglesa que conviene esperar (y demandar, si me apuran) vertida aquí hasta casi el puro paroxismo. Por todo ello, y más, se puede convenir que estaríamos ante el disco de pop inglés más conseguido/consensuado de los 80’s (ok) pero, sinceramente, siempre me parecerá un error delimitar a eso, a «obra ochentera», algo cuya universalidad (que atraviesa tiempos y espacios cual cuchilla mantequillera) resulta tan sobradamente obvia por pura y dura calidad intrínseca. Clasicazo y a qué más, en cuentas resumidas.

The Smiths – «The Queen is Dead» (1986):
10/10
01. The Queen Is Dead/ 02. Frankly, Mr Shankly/ 03. I Know It’s Over/ 04. Never Had No One Ever/ 05. Cemetry Gates/ 06. Bigmouth Strikes Again/ 07. The Boy with the Thorn in His Side/ 08. Vicar in a Tutu/ 09. There Is a Light That Never Goes Out/ 10. Some Girls Are Bigger Than Others

Por Guzz

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6 respuestas

  1. En mi modesta opinión este disco, es el disco de los 80's. Y me cuesta decirlo porque no soy precisamente un fan de los Smiths, grupo que creo está algo sobrevalorado, pero sí es verdad que la calidad de este disco es superior, POM total, las letras, la música, los riffs, la portada… todo, lo tiene todo. El resto de discos de la banda, no bajan de 7 por decirlo así pero no creo que lleguen a la altura de esta obra maestra. El bigmouth me cae fatal y eso acaba pesando sin querer en mi calificación pero es un genio, un genio agilipollao pero un genio, y eso al final se nota, pues de ese nivel hay pocos.

  2. Gran disco y mira que el amigo Morrisey me cae mal, mal, mal….Aunque mi disco favorito de The Smiths es "Strangeways, Here We Come"…Pero ya se sabe, es para llevar la contraria!
    A+

  3. Estoy con el maestro TSI, mi disco de The Smiths es su último lp, y yo soy mas que fan de la banda, soy obsesivo…
    Me uno a las felicitaciones por esta nueva publicación, mas curro y mas aprender…
    Abrazos a todos.

  4. Esa misma conversación de lo mal que vcae Moz la he tenido con más de uno, amen de que pocos conocen bien su obra. La obra smithiana fue un punto cero en el pop británico. Los dos primeros discos me pueden, aunque en una discografía tan concisa, concreta y excelente como la de los Batamantas hablar de un mejor disco sería difícil. Excelente post Guzz

  5. Pues estoy plenamente de acuerdo con Vd. en todo. Es la joya, es la banda de los 80 más rompedora, es la década reivindicable, es el gran disco sin desmerecer el resto. Vd. y yo, Don Guzz, difícilmente nos podemos llevar mal. Un placer leerle por aquí y Smiths forever. Abrazo.

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