A todo esto yo he venido al Exilio a hablar de mi disco favorito del barbas, ese que me teletransporta a otra galaxia, qué digo, a otra dimensión. Ya su portada llama poderosamente mi/nuestra atención, portada con un guiño o dos al «Tonight’s» de Tito Neil. «Beware» es de esos discos con grandes portadas, eternas, míticas. Y si hablamos de lo que hay dentro… buff, se me eriza el bigote y lo que no es el bigote. Lo escuchaba yo el otro día repanchingado en la playa. No hacía muy buen día pero yo lo escuchaba mirando el mar que comenzaba a ponerse bravo, desafiante… y sólo este «Beware» con sus magnificas canciones o mi mirada arrebatadora o la meteorología o simplemente la casualidad consiguió calmar las olas, dominar la fuerza del mar y poner en calma toda esa fuerza de la naturaleza. Así es «Beware», algo sobrenatural. Como os digo y os repito lo que se marcó el bigotes en el 2009 fue un auténtico discazo de esos insaltables. No dejando duda alguna de su maestría dentro de esa escena folk-country-americana que tan de moda se encuentra, se encontró y se encontrará, y que por otro lado siempre me ha apasionado sobremanera independientemente de si las revistas intentan vender la moto o no, de la moda, de las tendencias y de la madre que parió a Paneque, por cierto quién coño es este Paneque y qué cojones haría su pobre madre, me pregunto a veces contrariado…
Suenan los primeros acordes de “Beware your only friend” y el sol ilumina mi cara, esbozo una sonrisa, y uno podría dejarse caer en el sofá mientras da un trago de Tom Collins y se abandona debido a la belleza de la canción. Me enamoran sus coros femeninos sumamente delicados que rozan la espiritualidad del gospel, y ese regusto a country poderoso que sólo el príncipe sabe darnos, un puto clásico instantáneo. El tipo se recrea en la balada country “You can’t hurt me now” que tiene uno de eso estribillos que canto a pechoplaomo en cuanto se me aparece la oportunidad, la madre que lo parió, qué bueno es, qué difícil es hacerlo fácil y que sueno todo tan de putísima madre… y lo del xilófono es para caerse muerta… En “My life’s work” deja en ridículo sin apenas esfuerzo al idolatrado y tal vez sobrevalorado, también por mi que no se diga, Ryan Adams. Esta canción es simplemente perfecta, con unos coros y un saxo juguetón que me dejan anonadado, dándonos un inicio de disco sobresaliente que sube al excelente con “Death final” que deja el listón muy alto aunque el tipo lo mantiene sin problemas durante todo el disco, disco que aún tiene muchas cosas buenas que darnos y con las que sorprendernos como su «Heart’s Arms» que es uno de esos temas que gana con las escuchas, un pozo inagotable que se hace con su propio hueco en un disco repleto de temazos.
Aparece Bonnie «Prince» Billy con sus violines, sus palmas y sus coros country en la maravillosa «You don’t love me» otra vez con uno de esos estribillos de etiqueta y unos metales suaves como el algodón. «You are lost» nos ofrece esa balada countresca que domina a la perfección el bigotudo Oldham antes de sobrecogernos con la balada “I won’t ask again” muy influenciada por Neil Young donde Bonnie nos ilumina y nos deja boquiabiertos con la sencillez hecha canción. Bonica del to es decir poco. «I don’t belong to anymore» tiene ese regusto a M Ward, o mejor dicho, al maestro Orbison… a melodía perfecta…. con esa mandolina que pone pelos de punta. La parte final no tiene desperdicio, primero con la espectacular «There is something I have to say», delicada, bella, dulce.. y con unos acordes que recuerdan un algo aunque sea poco a los del genial Nick Drake. Con “I am goodbye” nos devuelve algo de alegría para el cuerpo, de las mejores del disco y de las que entran con mayor rapidez, puro Bonnie. El violín de «Without word, you have nothing» nos señala el final del disco, con esa voz femenina otra vez estupenda, preciosa y preciosista. Cierra «Beware» la estupenda “Afraid ain’t me” con esa flautita mágica que nos teletransporta al folk-rock de principio de los setenta y que sin duda es una de las mejores del álbum. Gracias a Bonnie “Prince” Billy me reconcilié con la música de aquel 2009, claro que “Beware” acabó siendo sin duda el mejor disco de aquel año, y me atrevería a decir sin miedo a equivocarme que es el mejor disco de country por etiquetarlo así en muchos años, y difícil será encontrarse un disco mejor en su estilo o en otros que se aproximen a su calidad y a su belleza en poco tiempo desde luego desde entonces no creo haberlo encontrado. De haberlos haylos y habrá sin duda pero este disco es un joya que por suerte para mí no quedará oculta y que espero que ahora tampoco lo esté para vosotros. Gracias Mr. Oldham.
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Pues me pillas con ganas de oirlo, que yo no he profundizado tanto como tú y siempre me ha gustado su estilo. Espero que estés bien. Abrazo!!
Por cierto, en spotify nada de nada.
Este disco es grandísimo, una gran reivindicación, ya sabes que adoro a Oldham. Y Beware es de tener entre toda su discografía. Saludos y abrazos