Alice Cooper vuelve con su primera encarnación como banda tras más de cinco décadas.
La naturaleza teatral, humorísitica, macabra y glam de sus textos y su sonido, sumado a la simbiosis estilística, crea un mantra donde las canciones se presentan como una explosión escénica…
Si bien Alice Cooper lleva desde el año 1974 paseando una exitosa carrera como solista, lo cierto es que desde finales de los sesenta y con siete discos como bagaje, la nomenclatura Alice Cooper correspondía a una banda que facturó sorprendentes y excepcionales trabajos como «Love it to death», Killer», «School’s out» o «Billion Dollar Babies».
Poco hacía suponer que a estas alturas de la película y transcurrido más de medio siglo desde la separación tras el estupendo «Muscle of love», Alice Cooper iba a volver a agrupar a Michael Bruce (guitarra), Dennis Dunaway (bajo), Neal Smith (batería) e incluso, gracias a la magia de la tecnología, al caido en combate Glen Buxton (guitarra), para grabar un nuevo capítulo de Alice Cooper formato banda. El título de este sorprendente y celebrable retorno: «The Revenge of Alice Cooper».
Pero no podemos continuar sin mencionar a otro elemento determinante de aquellos primeros años discográficos de Alice Cooper como es Bob Ezrin, productor y creador en cierto modo del sonido del grupo, que también está presente en esta resurrección.
Y Como si las últimas cinco décadas hubiesen caído en un agujero negro mientras Alice Cooper Group se hubiesen quedado en la orilla del mismo mirando como todo se fusionaba con la nada, las catorce canciones que completan esta vuelta desde antes de la era analógica, suenan y resuenan a lo que es la esencia inciática de Alice Cooper.
La naturaleza teatral, humorísitica, macabra y glam de sus textos y su sonido, sumado a la simbiosis estilística, crea un mantra donde las canciones se presentan como una explosión escénica que se expresa en clave de rock, glam, hard-rock o shock rock.
La cohesión de estos músicos después de tantos años puede parecer un hechizo o pacto secreto con algún líder del averno, pero así se evidencia en canciones como la siniestra «Black mamba» con la que comienza la película.
La inflamada velócidad de «Wild ones» que en otros tiempos sería un hit por fibra, dinamismo y textura. «Up all night» es un hard-rock de manual con un arrebatador riff y un coreable estribillo de estadio.
Pero en «The Revenge of Alice Cooper» no se da tregua al oyente y los diversos perfiles de la representación hacen su aparición en pelotazos puramente rock-blueseros, con Alice Cooper recuperando su armónica, como «Intergalactic vagabod blues», rocks farragosos de carretera como «What happened to you». Por otra parte «Crap that gets in the way of your dreams», «Money streams» o «One night strand» funcionan a la perfección con ese toque marca de la casa capaz de hacer de la bifurcación virtud.
La magnífica «Blood on the sun» (mi momento favorito del disco) es una pequeña ópera rock que recuerda por momentos a The Who, «Famous face» es un viscoso recorrido por la parte siniestra y el final insinúa una nostálgica despedida titulada «See you in the other side».
Extraordinario retorno desde las catacumbas del pasado, el espectáculo nunca debe detenerse y siempre es suceptible de volverse a alzar el telón, Alice Cooper vuelve con la energía y personalidad de siempre, con un ramillete de excelsas canciones y el show que hizo de ellos leyenda cuando todo empezó hace casi seis décadas. Desde las páginas del Exile, les recomiendo volver a la fantasía y al rock, a los riffs y a los estribillos; al teatro y el glamour.
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