Hiss Golden Messenger vuelven a entregar un delicioso artefacto, sutil y delicado, que nos transporta a un estado atmosférico conocido pero igualmente disfrutable. MC Taylor en plena madurez artística.
Michael Taylor es y será Hiss Golden Messenger. No hay más. Él es el hombre detrás de la banda. Él es la banda. Siempre se hace acompañar a la perfección por talentos sobresalientes como Scott Hirsch, Phil Cook, William Tyler, Brad Cook, Matt McCaughan, Tift Merryt, Aaron Dessner, etc, etc… , para darnos eso que tan bien sabe hacer el multi-instrumentista de Carolina del Norte: un clásico rock americano cercano a grandes talentos como Bonnie «Prince» Billy o Bill Callahan pero siempre dando pinceladas de folk, blues, country y mucha pero que mucha clase, dotando a todo siempre de una atmósfera especial, casi única. Dotando a todas sus composiciones de ese mojo, de esa alquimia que nos da la felicidad.
No tiene disco malo el bueno de MC Taylor pero sin duda la tripleta formada por «Haw» (2013), «Lateness of Dancers» (2014) y «Heart Like a Levee» (2016) no tiene precio.. y no, no me olvido de «Bad Debt» (2010) y «Poor Moon» (2012) ni de «Hallelujah Anyhow» (2017) pero está claro que estos tres son discos menores. Los dos primeros que os comentaba por apuntar a la grandeza que vino después, y el disco del 2017 por caer en una especie de piloto automático, o auto-versión que sin disgustar no caló, y no aguantó el paso de los meses quedando como mera decoración en la colección disquera…
Este año el señor Taylor nos trae una nueva colección de canciones bajo el nombre de «Terms of Surrender» junto a más o menos el personal de siempre, y en mi modesta opinión le pasa algo similar a lo de Jeff Tweedy con Wilco… Sí, parece que han caído en la autocomplaciencia, en ese revolcarse en lo ya creado, en solo darle una vuelta más, queriendo darnos una atmósfera única aunque ya visitada.
Parecen haber entrado en un estado de ánimo algo mortecino que algunos quieren elevar a la categoría de obra maestra pero que siendo justos y sinceros no creo que lo sean pero desde luego con las escuchas atentas todo mejora y, qué cojones, eso realmente importa? Porque, puede que no sea el mejor disco de la historia pero las sensaciones que uno siente al escucharlo pueden simplemente colocarlo a la altura de cualquier disco, pues calidad, desde luego, no le falta.
Tanto el «Ode to Joy» de Wilco como «Terms of surrender» pecan de lo mismo pero para nada son malos discos, ni tan solo regulares (yo creo que son excelentes, así, entre nosotros). Sí puede que menores. Es más, creo que un disco menor de estas dos bandas es mejor que el noventa por ciento del resto pero, sobretodo en el caso de Wilco, hablamos de arte musical, creo sinceramente que el disco de Wilco dentro de unos años se valorará como sobresaliente y el de Hiss Golden como un disco continuísta y bonico, no sé si bonico del to pero sí muy bonico.
Visto así puede ser que penséis que no me ha gustado lo nuevo de Hiss Golden Messenger, pero sí me gusta, sí me está gustando. Me pasa como con los desaparecidos Dire Straits (no, no pongáis esas caras que eran muy grandes): calidad pasmosa, sonido reconocible, melodías exquisitas, instrumentación inmejorable pero poco a poco caen en su autoplagio… en su autoversión… y se repiten y repiten… manteniendo la calidad, la belleza y el agustito que produce escucharles pues eso ya son sus señas de identidad.
Dicho todo lo anterior, me vuelvo a remitir a Wilco pues en ambos casos las escuchas provocan que descubramos matices maravillosos, momentos exquisitos y sonidos que provocan que acabemos amando las nuevas canciones. En ambos casos no estamos ante una escucha rápida, más bien es un enamorarte poco a poco, a fuego lento. «I need a teacher» que abre el disco es un tema notabilísimo pero sí hay repetición en él. Un tema que va creciendo circularmente, que te envuelve con una melodía exquisita.
Por otro lado encontramos la positiva melancolía y belleza de «Bright direction» que me enamora, y es, sin duda, uno de los temas responsables de que este «Terms of my surrender» cada vez me guste más. Pure & Easy…. La entrada de «My Wing» es maravillosa. Esa guitarrita te lleva a los cielos. Sí, así es. MC Taylor al cuadrado…. con una armónica que eriza el bello. «Old enough to wonder why» es de una clase que asusta. Obra de un monstruo. La madurez de Taylor en su estado mayor. Falsetes y belleza absoluta. Chapeau.
«Cat’s eye blue» es un descarado autoplagio, podría estar en cualquiera de sus discos, incluso podríamos decir que esa canción ya la había hecho, ya la había escuchado… y eso pasa con alguna que otra más de este disco. Claro, que lo cortés no quita lo valiente, y es un tema estupendo. Llega «Happy Bithday, baby» que con facilidad se convierte en una de mis favoritas. Cómo canta el gañán! qué clase! Nada que decir, que es estupenda. Vamos llegando a la parte final, primero con «Down at the updown» que se revuelca en el sonido típico de la banda y después con «Katy» que sigue la misma línea aunque con algo más de garra y un buen crescendo.
«Whip» es un pelotazo. Un blues tomwaittiano pero con voces celestiales, un temazo muy ochentero… Y cierra con la canción que la da nombre al disco, con una canción que es gloria. Y sí, el disco me gusta y mucho. Vale, como ya he dicho se repite, se autoplagia y autohomenajea…. vale, es cierto, pero no tiene nada que ver con reconocer que el disco es de una calidad pasmosa, que tiene clase y belleza, y que pocas bandas nos dan lo que nos dan estos Hiss Golden Messenger.
Hiss Golden Messenger – Terms of Surrender (2019)
01.- I Need a Teacher/ 02.- Bright Direction (You’re a Dark Star Now)/ 03.- My Wing/ 04.- Old Enough to Wonder Why (East Side-West Side)/ 05.- Cat’s Eye Blue/ 06.- Happy Birthday, Baby/ 07.- Down at the Uptown/ 08.- Katy (You Don’t Have to Be Good Yet)/ 09.- Whip/ 10.- Terms of Surrender.
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Gran reseña, este disco contra todo pronóstico me gusta mucho. A rodado en el hogar chalsiano a lo tonto esos domingos de poner algo mientras me hago el vermut y la paella, y así a lo tonto ha calado. Es verdad que a veces el ritmo de todo deja maravillas por degustar como toca.
Abrazos.