Discos Críticas

Sé de buena tinta que las canciones de «Kingdom in my mind» el nuevo y flamante disco de los hermanos Chris y Oliver Wood, no cambiarán el mundo. Sé que no serán tendencia las próximas semanas y mucho menos que estarán presentes en la boca de musiqueros ni en los blogs más influyentes pero sin duda sí estarán entre mis favoritos a final de año. La nuevas canciones de los hermanos Wood son pura humanidad. Son vida y son verdad. Son el aire que uno respira y la sonrisa de lo confortable. Son todo lo que a mi me gusta y por eso hablo de mi disco favorito de estas primeras semanas del año. Bien poco me importa que nadie se acuerde de ellos en diciembre ni que, como dije antes, nadie hable de ellos a todas horas ni rompa una lanza en favor de un disco que nadie debería pasar por alto. Un servidor simplemente piensa que es un disco descomunal y que ustedes se lo pierden si no lo hacen suyo, sino le dan un poco de tiempo, si no acaban por amarlo locamente. Estamos ante un trío de americana. Sí, así sin más. Puede que con más referencias y guiños que uno a la primera escucha se pueda percatar. Hay folk, hay tradición, también country, blues e incluso algo de jazz y ramalazos al rock stoniano del Exilio… Hay voces que empastan a la perfección, que maravillan, que emanan magia. Hay simplicidad y frescura, y allí encontramos la grandeza y la belleza.

No son este trío precisamente unos recién llegados al mundillo. Tienen muchos tiros pegados. Mucha carretera y manta. Muchos conciertos a sus espaldas… y se nota. Maduros como  la buena fruta, con ese toque de buen vino reposado. Ya la estupenda portada nos lo dice todo. Puro clasicismo americano que hace que a un servidor le venga la estética «Allman» a la cabeza, y porqué no, también, la portada del último disco de Drive by Truckers, «The Unraveling«, reseñado en esta santa casa hace unos días. Prefiero la portada de los Wood antes que la de los Truckers, y prefiero también el contenido, no os voy a engañar. Oliver y Chris Wood se complementan a la perfección, pero sin duda nada sería igual sin el multi-instrumentista Jano Rix. Un lujo. Estos tipos nacidos en Colorado y crecidos e instalados en NY y Atlanta han conseguido crear una colección de canciones imprescindibles. Un discón sin duda. Un imprescindible. Un favorito de este año. Su octavo disco es, perdónenme ustedes o no, la reostia puta. No sé si su mejor disco, puede que sí (para mi) pero siendo su octavo trabajo de estudio podemos decir, por suerte, que en eso de «su mejor», tiene buenos competidores. Todos tienen un nivel sobresaliente pero tal vez «The Muse» del 2013 y «Loaded» del 2008 sean mis otros favoritos, claro que no tienen esa magia de este «Kingdom in my heart».

El inicio no puede ser más emotivo. La magistral «Alabaster» con una narrativa fascinante luce clase y voces preciosas que encajan como anillo al dedo. Avanzo tranquila, con pereza y firmeza. Un buen pedazo de tradición americana. «Littel beat sweet» es un pelotazo de esos antológicos. Uno cierra los ojos y escucha esas cuerdas dando calidez, aportando magia.. y esos coros… ese trote cochinero guitarrero… Definitivamente me tienen en el bolsillo. «Jitterbug Love» … joder, qué decir?! es sin duda una de las mejores canciones del disco, pues resume a la perfección todo lo que a mi me gusta, hasta tiene uno de esos versos amorosos que me encantan:

I’m crazy for you, I’m crazy for you. There’s a kingdom in my mind where I find you all the time. I’m crazy for you, I’m crazy for you. And I hope that you are crazy for me too!

«Cry over nothing» es esa balada de rompe y rasga. Bonica del to, con ese gospelito de soslayo. Maravillosa. Vuelven al nervio con «Don’t think about my death» sacando el rock americano a pasear por las zona sureñas mientras que en «Littel bit broken» el blues se hace poderoso con unos coros negroides de traca i mocador. «The one I love» conecta con ese country-rock que los Stones sacaron a pasear por Main Street en el Exilio… y eso se hace todavía más presente en «Little Blue», que es simplemente acojonante…. La recta final comienza con «A dream’s a dream» en una demostración de rock de carretera de toma pan y moja. Un spoken-blues con, otra vez, esas reminiscencias stonianas….. Oh! qué lujo!. Seguimos hacia el final con «Satisfied» con la excelencia vocal por montera, la clase y el boniquismo. Decir que es estupenda es quedarse corto. El cierre total es con el «reprise» de «Little Blue», un pequeño caramelito gospeliano. Y sí, este «Kingdom in my Mind» es un artefacto descomunal, una obra sobresaliente de música y raíces americanas. No dejen de escucharlo.

The Wood Brothers – Kingdom In My Mind (2020)
01.- Alabaster/ 02.- Little Bit Sweet/ 03.- Jitterbug Love/ 04.- Cry Over Nothing/ 05.- Don’t Think About My Death/ 06.- Little Bit Broken/ 07.- The One I Love/ 08.- Little Blue/ 09.- A Dream’s A Dream/ 10.- Satisfied/ 11.- Little Blue (Reprise)
*por Nikochan


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