Thomas Hine – Ledgers and Stones (2020)

El nuevo trabajo del cantautor de Golden (Colorado) es oro puro. Oro de 24 quilates. Sin duda «Ledgers and Stones» estará entre mis diez discos favoritos del año pues lo tiene todo. Tiene canciones, tiene unas letras reflexivas y personales, tiene esa instrumentación y arreglos de ensueño, y tiene esa magia, ese mojo, esa ambientación que lo hacen único. Tiene también ese vago recuerdo a Bonnie «Prince» Billy cuando el príncipe estaba en su mejor estado de lucidez e inspiración. Tiene algo del maestro Cohen, y toda América en sus surcos. No me ha cogido por sorpresa porque su anterior disco, su «Some notion or novelty» (2016), ya me pareció estupendo pero creedme cuando os digo que su nuevo trabajo supera todas las expectativas. Claro está que Thomas Hine no está entre los grandes nombres de la americana, del folk y de las raíces, pero debería.. Al menos sus dos discos así lo atestiguan. No tiene nada que envidiar a nadie y puede que como todo en esta vida necesite de algo de suerte, de ese no sé qué para que los astros queden alineados y así se dé todo para que sus canciones sean reconocidas como lo que son, grandiosas y bellas. Esta vez cuenta con una colaboración que resulta crucial para el sonido final del disco. La aportación al violín de Sarah Winter resulta vital. Hacen que todo cobre sentido, que suba de nivel, dándole esa atmósfera mágica que uno podría sentir delante de una fogata nocturna en los bosques de Colorado. Ambos no están solos, y tenemos que destacar el excepcional trabajo de sus colaboradores habituales, Mike Pearson y Jason Wheeler, quienes acaban por dotar a las canciones de ese plus que las hacen pasar de notables a sobresalientes.

Oro de 24 quilates. Ecos a Bonnie «Prince», a la familia Earle, al Ryan Adams más cálido. Hay belleza, sentido y sensibilidad. Thomas Hine firma un sublime disco de los que dejan huella

Es escuchar los primeros compases que abren el disco, que dan pistoletazo a la maravillosa «Walking Through» y caer rendidos a los pies de Mr Hine. Ecos a «Bonnie» Prince. Delicadeza americana. Belleza absoluta que alcanza cotas inalcanzables gracias al mágico violín y la voz de apoyo de Sarah Winter. Melodía estupenda que da sentido a todo un álbum, y que en palabras de su autor es la auténtica columna vertebral del disco, lo que le da tono y sentido. Canción magistral, una de mis favoritas de este 2020. En «Cemented» la sombra de la familia Earle me viene a la cabeza, más de Justin que de Steve, en cualquier caso hablamos de una canción descomunal donde destaca esa impresionante batería de manos de Jason Wheeler. Cuando llega la canción que da nombre al disco, «Ledgers and Stones», un servidor ya está totalmente embrujado, pero es que este tema folk es tan, tan maravilloso que pone los pelos de punta. El trío inicial ya hace que piense que estamos ante un disco sobresaliente, lo mejor de Hine. Ese pasito extra que necesitaba, más maduro, más certero, más inspirado…. El country-folk americano deja su sello en «Barren Daughters», un temazo de tomo y lomo, una canción extraordinaria, otra vez con el sello de Justin Townes Earle en el retrovisor.

«Abandon» es esa canción que le gustaría hacer ahora mismo a Will Oldham, esa que intenta hacer pero que no concreta porque la inspiración le dio esquinazo. Estupenda de principio a fin y que sirve de puente hacia una de las canciones del disco. Junto a «Walking Through» esta «Doorstep (Dark of December)» es mi favorita. Preciosa, bella, impresionante, bonica del to….  Delicadeza en el violín, en los acordes…. en la forma como es cantada por Thomas Hine… Una magistral canción realizada por un orfebre musical. Canción que marca la diferencia entre un disco notable y uno excelente. El final con la armónica de «52» es también un lujo, como lo es «Back to life (February’s end)», muy en la línea ambas de Ryan Adams cuando se calza la botas vaqueras y le da por el country bonito. Cierra el disco Thomas Hine con una delicada pieza de las que dejan huella, de las que hacen que tengamos esa sensación de haber escuchado un disco inmenso. Thomas Hine firma un disco excepcional. Una colección de canciones que no tienen que enviar a las de los más famosos cantautores a los que sin duda remite.