Discos

Honey Harper nos atrapa suavemente con un estupendo artefacto sonoro tan grande como el cielo infinito.

El cielo infinito es otro de esos discos que desgraciadamente llegaron tarde a los favoritos del Exilio y al hogar Nikochiano. Nunca es tarde si la dicha es buena suelen decir y, en el caso que nos ocupa, no puede el refrán estar más cargado de razón. Detrás de Honey Harper se encuentra el cantautor country William Fussell, originario de Adel, Georgia (USA) con residencia en Atlanta, ciudad en la que se dio a conocer en sus inicios como componente de una banda de post-punk sin mucho éxito llamada Mood Rings.

William Fussell o mejor dicho Honey Harper se pasó al country en 2020 con un excelente disco titulado «Starmaker» que me alegro de haber descubierto también en este final del 2022 inicio del 2023. Una pequeña joyita con tonadas tan estupendas como «The day it rained forever», «Something relative» y «Vaguely satisfied» aunque cualquiera de sus canciones son estupendas. Un disco muy compacto y notable. Un disco a RE-descubrir. A RE-disfrutar y a RE-comendar.

Y llega el paso definitivo, el importante gran paso. Ese segundo disco que tiene que acabar de darte el empujoncito final o hundirte en la mediocridad absoluta, y por eso Harper cuenta con la banda de apoyo, The Infinite Sky, que también dará nombre al disco y que está formada por Alana Pagnutti a los teclados y voces, y Mick Mayer al bajo (ambos componen junto a Harper) y cuenta también con John Carroll Kirby (piano), Alex Fischel (teclado), Jackson MacIntosh (guitarra), Connor Gallaher (pedal steeel) y Riley Fleck a la batería.

Honey Harper nos atrapa suavemente con un estupendo artefacto sonoro tan grande como el cielo infinito
Harper & Alana

La dupla inicial nos hace acariciar el cielo. Maravilla cósmica. Primero con esa joya de reminiscencias clásicas e imperecederas de puro sabor campestre americano que responde por «Reflections» y abre de maravilla el disco, mirando de soslayo a MC Taylor y sus His Golden Messenger. Todo lujo, todo divino. Y después, de segundas nos hace soñar y nos embruja con «Ain’t no cowboys in Georgia», con melodías de gancho imbatible a los Ryan Adams, y como él, bebiendo o «robando» de todo lo que pueden y más, cosa que no nos importa con tan gigantesco resultado.

No piensen ustedes que esto se queda en dos canciones y ya. Es un disco para escuchar plácidamente y que nos permite descubrir nuevas piedras preciosas a cada escucha. Así pues encontramos ese blues ensoñador heredero de los Allman en «Broken Token», puro supersonido de los setenta. También delicatessen country como «One thing» y «Tired of feeling good». Un poco de Kevin Morby en por ejemplo «The world moves» y de radiofonismo en «Boot mine gold», que es estupendísima.

La última parte del disco sigue sin tener desperdicio y tiene en «Hard to make a living» su gran tesoro a descubrir, aunque la dupla «Lake song» y «Crystal heart» no sean mancas precisamente pero sí necesiten de una escucha más concentrada. Finaliza con esa tremendidad que es «Big Sky», muy hippiesca ella o muy The Band según se mire, aunque antes nos haya regalado ese temón que es «Heaven knows I won’t be there». Aplausos y reverencias al señor Harper, y perdón por haber dejado el disco relegado en un cajón.

Honey Harper – Honey Harper & The Infinite Sky (2022)

The Infinite Sky

01.- Reflections/ 02.- Ain’t No Cowboys In Georgia/ 03.- Broken Token/ 04.- One Thing/ 05.- Tired of Feeling Good/ 06.- The World Moves/ 07.- Boots Mine Gold/ 08.- Hard To Make A Living/ 09.- Lake Song/ 10.- Crystal Heart/ 11.- Heaven Knows I Won’t Be There/ 12.- Big Sky


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar