Pues, anda mira que, me ha tocado estrenar la semana stoniana en el Exile… Los Stones y el «dedos pringaos» (pues ese es mi elegido), nada menos… Y como, ya de entrada, no caer en la perogrullada me temo será harto complicado con algo tan megafamoso de cara a la «r’n’r people», estimo necesario despejar cuanto antes todo el tema del anecdotario (y sí, me consta se lo saben muchos/as de memoria pero, entiéndase, que hay contextualizar un algo y tal) no sin antes recordar que: a) decir «los rolling» independientemente de la edad que se gaste es de pureta al mismo nivel que decir «picsa» para referirse al famoso plato de origen italiano o poco menos (la gente auténtica y cool de verdad dice/decimos siempre «los stones» de la misma forma en que, por ejemplo, no se escucha a los Led Zepp… Se escucha a Zep -con una sola «p» y sin el artículo-); y b) su humilde servidor escoge este álbum en concreto por ser al que se le tiene más cariño por una serie de razones personales y apreciaciones variopintas pero, y quede ello diáfano, si pretenden se ejerza aquí y hoy de «mercachifle vende-motos» con el discazo concreto en cuestión déjenlo correr ya que, en verdad, no se me ocurre una argumentación definitiva, o mínimamente sólida, para ponerlo por delante (asi a ciegas) de los -mínimo y según echemos cuentas- cinco studio albums que van antes y, obviamente, el doble tótem que le sucede en la cronología… Y ahora ya sí, dando más que por sentado que aquí no hace falta liarse o perderse para nada en recordar lo básica y enorme que resulta esta formación por y para la historia del Rock (en verdad y en base a mis querencias la única banda que puede compararse a los de Liverpool realmente, de facto y sin gestos a torcer), al tema:
– Es el primer disco tras la tragedia de Altamont y el previo a su Exilio, desde su viejuna England al soleado sur francés, para huir del fisco.
– Aquí aparece por vez primera el legendario logo de la lengua (inspirado en una deidad -creo que hindú que ahora no me acuerdo y no lo pienso buscar- que no en el mismísimo «morritos» como hay quien cree). Dicho logo, a su vez, es obra de John Pasche que no de Warhol (como tampoco falta quien suele suponer).
– El padrino de la familia velvetera de la big apple se encarga (y recuerdo que estamos en «perogrullada mode» de ahí que no me pare mucho) de la cover… En su versión original la bragueta se abría y jodía el vinilo por mucho que lo hicieran coincidir con la parte central del mismo y por eso se pusieron los gallumbos y tal.
– Siguiendo con la portada está más que contrastado que el bultaco en cuestión no pertenece ni a Jagger ni a ningún stone sino a uno de los amiguetes de Andy Warhol.
-Finalmente (con tema portada) el culebrón de la versión española… Que como «spain is different» algún crápula tuvo a bien decidir por todos esa otra portada, que suscita un poster de alguna peli de gore ochentero con los dedos saliendo de la lata de mermelada (aunque el efecto inmediato es y será siempre como bastante más macabro), era de mucho mejor gusto («ande vas a parar»)… Se remató la faena, además, quitando la imprescindible «hermana morfina» en favor de la versión del tema de Berry «Let it Rock» (puede que, en efecto, por ser aquella demasiado explícita pero… ¿cómo qué dejaron «bitch» por esa regla de a tres? ¿pensarían que significaba «playa», directamente, o le darían el significado de «bruja» como en la reina del «Hunky dory» de Bowie?).
– Yendo a lo sónico recordar que el tema colaboraciones en «sticky» roza lo mítico… No está todo cristo pero poco menos. Sin olvidar al fiel y querido (y legendario) Ian Stewart, tenemos a Keys, Preston, Cooder, Jack Nitzsche o, entre varios otros y por ejemplo, a los mismísimos Lane y Townshend prestando ocasionales coros. Casi nada, sí.
– Con este álbum, que fue «nº 1 a ambos lados de», se prende la mecha de la futura ruptura con el muy honorable Mick Taylor que por lo visto contribuyó como bastante en la composición (el que más junto a Jagger si se da pábulo a las afirmaciones muchas) pero cuyo figureo final quedó en dique seco constando, como siempre, los glimmer twins como co-autores principales de todo el lote (exceptuando, obvio, la cover que cerraba la primera cara y co-firmando con la Faithfull la antes ya mentada «sister morphine» -de hecho ese tema es mucho más de ella que suyo… no creo se lleve nadie las manos a la almendra ni se indigne por ello a estas alturas-). Sin olvidar, ojo al tanto que supongo es lo que haría que al rubio guitarrista se le hincharan ya en demasia, que Kiz estaba entonces en unos momentos como especialmente «dispersos» en el tema adicciones…
… y more, más, plus… la de dios en verdad. Así que quien guste de refrescar o ampliar detalles mil de cómo esta masterpiece del rocanrol fue concebida puede liarse a buscar info por las redes que, posiblemente, puede que les falte semana antes de terminar. O, mejor incluso, agenciarse el libro «Cómo se hizo Sticky Fingers » de Javier Cosmen, cuyo título no deja mucho lugar a la imaginación y lo explica todo la mar de bien. Particularmente, solo me queda ya pues, y al fin, liarme (torpemente o no, que eso queda al gusto de quien toque) con lo que ese imperecedero cancionero me supone…
Cara A. «Brown Sugar«. La madre que los parió. En «la escapada de la calle Mayor» están los «tumbling dice», aquí tenemos esta. Canto al jaco que juega con la dualidad de significados con esta dulce chica de piel morena (¿o es al revés esto?) y que es toda la garra, fuerza, potencia y chulería stoniana afilada hasta la ignición. A qué más. Se la conoce hasta el gato y, en verdad, reventó los charts de medio mundo y parte del extranjero (lo mismito que el elepé). Y aprovecho, desde ya, para dejar explicado que no pienso referir la palabra «clásico» con cada stone del camino que hoy toca… El disco entero lo és y fin con esto. «Sway» es un top-5 de la banda para mi, claramente y con todo lo que ello supone. Blues arrastrado, con el piano, los coros, la sección de cuerda y esa épica de calle en el estribillo que suena a orgulloso triunfo por mucho que diversos pasajes de la letra nos lo nieguen. A tambalearse forever… y esa guitarrita del final… A ver, qué estoy por dejarlo, caray… Qué es el «Sticky fingers» por el amor de satanás y el vecino de arriba. Bueno, mejor me calmo un algo y no me dejo llevar, que soy conocedor de mi devoción enfermiza por esa track… Secamos sudores, nos calmamos, y a ver cual toca… Ah, mira, «Wild horses«… Tócate los cojones. Y qué bonita la versión que se toma prestada Parsons, pero los caballos salvajes, los auténticos y genuinos, son los de aquí de todas ídem, no se dude. En pleno cuelgue Kiz se descuelga con una reposada melodia eterna que explota en el cielo de hermosa para esta nueva referencia drogota apenas disimulada que su socio acaba por convertir en uno/otro de los picos, never better said, más elevados… Imprescindible no es hacer corto aquí, es -directamente- ni salir de casa. Toca, en cualquier caso, volver a subir octanaje con la juguetona guitarra de la tan rápidamente ubicable «Can ‘t you hear me knocking» y su transmutar, según transcurre, de poderoso blues rock a una de las partes instrumentales más escandalosamente enormes en el medio siglo que contempla a la formación. Lo que hace Bobby Keys al arrancar dicha sección ahí queda (con ese tono pseudojazzístico que es para morirse aplaudiendo), pero las partes de guitarra de Taylor… joooder, y ahí lo dejamos que la liamos. Cierra el primer acto la versión del disco «You gotta move» (original de Fred McDowell y el Reverendo Davis -de los que no me pregunten más pero tanto tiempo viendo sus nombres en la carpeta interior del disco que al final les cogí cariño y todo-) y con esto no estamos ante otro blues arrastrado, no… Esto es, atención, blues «agonizante». De ciénaga, porche y caimán. De Jack y tabaco mascado. Impecable ejercicio estilístico con el que, cómo no, los puñeteros logran hacer suya la canción de facto, como si la original fuese un mito tal que el Yeti o el Chupacabras.
Cara B. «Bitch«. La madre que los parió again. Esa sección de vientos, tan memorable y que caracteriza al temazo, es patrimonio de lo que se quiera ya por derecho propio. La cara b del single del «azúcar moreno» sigue funcionando tan ricamente y no hay selección, oficial u oficiosa, que no se las apañe para guardarle siempre su indebatible hueco. «I got the blues«, con nuevos pitos celestiales y ese órgano esporádico a traición, es el baladón por excelencia del álbum… Además, siempre le encuentro un cierto poso, -que se admite sin problema que seguramente son cosas mías-, a algunos momentos del «between» y, ni qué decir, yo soy mucho de ese disco también (otro top 5 en mis querencias, puestos a confesar). «Sister morphine» de Marianne Faithfull, la ex de Mick, es el momento folk rock total del álbum (parece más, según cómo, del Neil más íntimo y cercano que suya pero la facilidad -y naturalidad- para extrapolar a su terreno vuelve a triunfar sin mácula). El dolor, obviamente (no olvidemos: la historia de un tipo que entra por sobredosis en el hospital y lo que se nos relata no és sino su desesperación por conseguir el «preciado manjar»), rige aquí y queda, además, inmejorablemente subrayado con la slide de Cooder que nos lleva de la mano de orilla a orilla. Casi al final nos toca ya pagar el peaje countresco del folletín con esta «Dead flowers» que, aún admitiendo que siempre la he visto como un 9 -nunca menos- entre puros dieces y matrículas, nos devuelve el marchamo necesario para poder afrontar, como procede y merece, esa maravilla que nos aguarda al final del viaje… Preciosa es poco lo de «Moonlight mile«. Por cosas así me tocan la pera las verbenas estas de los tops y similares (y con cosas de este nivelón ya ni cuento)… La descuide en el top de la casa de hace unos días (demasiadas canciones, demasiados discos y demasiada banda… entiéndase por lo menos en esta caso) y aunque no sé si en el top-20 la hubiera metido que lo dudo, joder, entre las 30 si que le hubiera buscado sitio y por mucho que, lógico, el tema descuidos es inesquivable con esta gente… ¿Razón?. Esa otra sección de cuerda, los giros que pega, como la canta el pájaro… Todo. Increible broche a un irrepetible disco, en resumen.
Y ya estaría la cosa (que pase el siguiente). Los Stones entraban en los 70’s, ya sin la sombra escarabaja, con la ausencia todavía sangrante del amigo (y descomunal músico) perdido, con Zep y Purple, el progresivo, el auge del glam rock, el proto-punk y la madre que los parió a todos juntos y, qué cosas, decidieron que el cetro se lo seguían guardando ellos. Hacían valer su putoamismo absoluto one more time y, como son/eran así de chulos, lo hacían marcando paquete. Medio siglo después su manera de concebir el blues negroide para fusionarlo con la estridencia del rocanrol sigue, y sin sudores a mediar, constando en la carpeta de «pendiente de superar». Tal cual. Con el único permiso de los de siempre, se insiste, no «a bigger band», no… The biggest band y que, mientras quede mundo, vivan los Rolling !
The Rolling Stones – «Sticky fingers» (1971) : 10/10
01. Brown Sugar/ 02. Sway/ 03. Wild Horses/ 04. Can’t You hear me Knocking/ 05. You Gotta Move/ 06. Bitch/ 07. I Got the Blues/ 08. Sister Morphine/ 09. Dead Flowers/ 10. Moonlight Mile.
Por Guzz
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Primera parte de obviedades genial e hilarante, grande Don Guzz, segunda de, perdoneme vd. mas obviedades pero no es culpa del brillante escribiente, es que ya esta casi todo dicho ,y como todo bicho viviente que de esto sepa un poco va a decir lo mismo en cuanto a la gradeza de la materia prima que conforma el album, pues un savio como vos hace lo propio y nos explica muy bien explicado lo inmensos que son todos y cada uno de los cortes que constitullen esta POM. grandísimo, el disco y la reseña.
Abrazo
Mi favorito
No solamente es para mí el mejor disco de los Stones, querido don Guzz sino que lo tengo a la diestra del platanazo velvetiano que se introdujo por el ojal de la historia del rock. Con eso entenderá Vd. cuánto amo el "Sticky fingers".
Más cosas, me alegra que resaltes lo de John Pasche de la lengua, precisamente hace poco le escuché a un tipo decir en el otro sentido que mencionas. Lo que no hay dudas de autoría de Andy Warhol (o factoría) es la portada de la que no has mencionado que en la edición original se bajaba la cremallera (conseguí muchas años después la edición remasterizada que la tenía y cometí el error de vender el vinilo), igual que los calzoncillos y la entrepierna con toda la huevada marcando en la portada interior, detalles que junto a la censura de mi tema preferido del disco Sister Morphine se encargó Paquito El Bajito y sus secuaces de borrar.
Reciba mi abrazo agradecido mientras me acaba de recordar que tengo que planchar mi camiseta de la lengua y mis jeans para el enorme evento que se me avecina.
Mi trilogía del olimpo como he dicho más de una vez para mi de los Stones es Let it bleed, Sticky fingers y Exile on Main Street, y se puede poner en el orden que se quiera. Desde luego Guzz tu disección concuerda bastante con mi visión… ese Wild horses… Tócate los cojones… si, porque para mi es la mejor canción de los Stones (así fue en mi lista)…o Bitch o Brown sugar en La madre que los parió, si… pero eso son los Stones, rock and roll en su mejor momento y para mi muy destacable en esta época el trabajo a la guitarra de Mick Taylor, francamente genial.
Abrazos truferos.
Una Biblia. Un disco antologico. Cosido a mi adn. La gran obra maestra de los Stones junto al Exile, el Beggars y el Let It Bleed. La serie de discos mas grande que ninguna banda a firmado jamas. Los Stones en la cima. Los autenticos reyes del rock.
Brown Sugar, Sway, Can´t You Hear Me Knockin, Dead Flowers, Wild Horses, Moonligh Mile…..Dios mio!!!
Brillante amigo Guzz, brillante comienzo del serial.Es el mejor disco de los Stones, sin duda, pero no es el mejor disco de la historia del rock and roll que también es de ellos. Me tiembla todo de la responsabilidad…deme algún consejo maestro, aunque siempre tiro "pa Murcia" y mi rollo mimoso.Argggh los Stones son un puto vicio, son droga dura,siempre te la ponen dura.Abrazo! Feliz en este limbo lenguetero! A planchar mi camiseta de la gira 1990, primera vez que les ví y levité.
Por cierto, el Jueves que viene estaré en Madrid para rendirles pleitesia eterna.
Dios salve a sus satanicas majestades. A los dioses del rock. A los reyes del olimpo.
Un discazo. Yo no me decido por cual es emjro. Siento debilidad por Main Street ya sabéis… pero desde Aftermath a Exile todo es POM. Después el de la "cabra" es de 9,5 pero hay muchachada cabrona que no lo cree así. La época post Exile es de cagarse, con perdón.
Por otro lado, adoro "Dead Flowers" es de mis favoritas y punto pelota. Discazo eterno. Y postazo, como no.
PD: a todos los que iréis a Madrid…. Cabrones!!!! qué envidia!!! disfrutar porque esta vez si parece ser la última o no.
certifico tus palabras Niko…¡Cabrones!!!
Disfrutar mientras otros rabiamos de envidia
Para mí, este es El disco. Bitch es imparable. Y Can't you hear me knocking… No sé por qué, a los demás siempre les encuentro algún pero, algún altibajo, algún estilismo en el que no coincido, pero en este no. Este es El disco.
Ya le dedicado una entrada, ya he opinado sobré él en cientos de ocasiones, pero no me canso de gritar que esto es UNA OBRA MAESTRA ABSOLUTA. Y que junto a "Tago Mago", "Highway To Hell", "Ziggy Stardust" y "Fun House" bien podría formar mi top five de los setenta. Pues eso, Guzz, que un abrazo.
De cagarse, no se puede en este universo estilizar el blues ni el rock'n'roll más, que bien, que Exile y el country, pero de ser soy de ambos pero más de Sticky Fingers, me gusta eso de que no se puede meter por delante así definitivamente de los cinco anteriores, pienso igual, aftermath, beggars y el bleed no son tan perfectos ni falta que les hace… pero es que este Sticky!!!!! mare meua! Excelente reseña. Saludos Don Guzz
Muy bueno, no lo pude leer en su momento por problemas con la ventilación en mi ordenador, pero TREMENDO…
Me gusta como empiezas diciendo lo de "pureta" al que diga Rolling y acabas con ese fenomenal " vivan los Rolling " jejeje.
De ellos no digo nada, porque ¿que puedo decir…?
Saludos