Críticas Discos

…un maestro dando su barniz orgánico a todo lo que toca, tejiendo ambientes que huyen de la complejidad, elegante y fácil de digerir, con el contrapunto de unas letras que abren en canal sus sentimientos y reflexiones vitales, todo a su cargo, casi en soledad, como suelen venir este tipo de canciones…

Para hablar de Gurf Morlix no podría hacerlo en términos de mejores discos o poms, más que nada porque desluciría un recorrido de fondo y no es mi intención. Es un unsung hero con un cancionero a sus espaldas importante, presente desde los 70 junto al malogrado Blaze Foley, y que se extiende por los 80 sirviendo a las grandes causas siempre con los mejores, o mejor, los mejores siempre han visto en él la garantía del trabajo bien hecho, puede que justo o no, es mayormente reconocido por los proyectos donde participa que por sus propios discos, pues no ha dejado su huella en cualquier parte, además seguirle el rastro a través de sus colaboraciones es una buena manera de descubrir grandes discos. En mi caso descubrí su música gracias a una de esas causas de nombre Lucinda Williams, a parte dejo el tema de como acabó el asunto por no venir a cuento. Eso sí, habrá que reconocerle tarde o temprano que desde que empezó el nuevo milenio ha ido desarrollando una carrera más que sólida a su nombre con nueve discos exquisitos y donde no me quedaré sin recomedar al menos un par de ellos, Diamond to Dust y Last Exit To Happyland que podría situarlos como favoritos.
Pero hoy lo he exiliado por su último disco Eatin’ At Me, puede que destinado a pasar como muchos otros sin pena ni gloria, por lo que comentaba antes, ¿quien sabe?.  Yo por mi parte, sin clavar un bandera en el montículo anual de lo imprescindible, pues si hablamos de gustos a muchos se les pueden escapar ambrosías como ésta, al menos en mi caso, lo tendré en mi alcoba a altas horas de la noche, un disco que me ha atrapado, por desgracia, por el desaliento y por esa pérdida de esperanza que desprende, pero que a su vez acompaña, por ese mascar los sueños como humo que se desvanece ante verdades que golpean o que alivian, a base de una esencia concentrada en gotas de descontento, o puede que sea mi descontento el que fácilmente se vea reflejado, profundo, desarraigo, la soledad, o no sentirse parte de nada. Y en ese Fuck Off! impotente que me dan ganas de gritar muchas veces, al final me da por ensimismarme en canciones como estas que dan por hecho que pocas cosas tienen sentido, y las que lo tienen, poco peso suelen tener, que todo está en los detalles pequeños, todo, y aquí veo muchos que me tienden la mano y me lo hacen todo más transparente, más claro.

De las canciones, «Dirty Old Buffalo» recuerdos de niñez felices pero que duelen por lo lejano, perfecta para inaugurar este recorrido entre el recuerdo y la mirada hacia un futuro incierto, en «50 years» es imposible no dejarse llevar por esa melancolía a veces melosa, a veces agria, incluso me reprimo para no dejar que el perro muerda como lo hace «The dog I am»«Blue Smoke» es una tonada preciosa y ligera que no esconde su alineación con el universo de Blaze Foley aunque fuera solo en espíritu, amigo del alma a quien por cierto le dedicó un disco fenomenal, en momentos como la intensa «Last Call» deja ir la desesperanza con desdén y sin rodeos. Da un respiro «Dinah», desenfadado blues-roots donde demuestra su maestría en la producción, riffs concisos y órgano dando el detalle de color. La minimalista «Grab The Wheel» sobrecoge con su aferrarse a la vida como única opción pese a los twists of fate. Bueno, pinceladas. ¿Hablo de música? Pues hablemos. Lo podríamos llamar americana, adjetivo sobresaturado, aunque realmente cogerme a él lo que me da es pereza, sólo que aquí Morlix le da el sentido que busco, el de los grandes discos de Country actual de las últimas dos décadas, llámalo alternativo, y que igual puede recoger a grupos como Centromatic, que me recuerda un algo a Vic Chesnutt en su matar el orgullo para matar a la autocompasión por pura necesidad, como puede recordarnos a Blaze Foley, también encontraremos ese blues del que Steve Earle sabe, y el mismo siempre ha confesado admirar el sentido americano de la música de Dylan por la elegancia y por ese condensar todo en un mismo andar en el difuso terreno entre el rock y la música tradicional, arreglos cuidados como suele ser normal en Morlix, un maestro dando su barniz orgánico a todo lo que toca, tejiendo ambientes que huyen de la complejidad, elegante y fácil de digerir, con el contrapunto de unas letras que abren en canal sus sentimientos y reflexiones vitales, todo a su cargo, casi en soledad, como suelen venir este tipo de canciones.

Si es que hay discos que no están hechos para cualquier momento, este es uno de ellos, y si se trata de un disco que debiera recomendar para más gloria de mi credibilidad o de aquello tan en voga llamado ego, puede que ni lo intentara, pero si se trata de unas canciones que en ciertos momentos del día me salvan y que me hablan con sinceridad y sin grandes pretensiones como lo hacen las canciones de Williams, de Townes o de Foley, pues os diré que sí, que para mi son cosa seria y que de tener un disco en lo alto este año desde la fuente tradicional americana, este debería ser el elegido.  Sólo una recomendación, no os dejéis arrastrar del todo al fondo de la ciénaga, al final siempre puede verse un poquito de luz por esta rendija en forma de canciones.

 Gurf Morlix – Eatin’ At Me (2015) 8/10
1.-Dirty Old Buffalo / 2.-Grab The Wheel / 3.-Elephant’s Graveyard / 4.-Orphan Tears / 5.-The Dog I Am / 6.-50 Years / 7.-Dinah / 8.-Last Call / 9.-Born In Lackawanna / 10.-Blue Smoke


4 respuestas

  1. Estupenda reseña de un disco fantástico, como todo lo que hace Morlix, soy fan rendido de Gurf y es de los que no defrauda, ha trabajado para los mejores sin darse cuenta nadie, ni el, de que también merece ese calificativo, de los mejores.
    Adjunto la reseña que escribí en su dia en Rock and more para quien pueda interesar, aunque esta es magnífica.
    Un abrazo.
    http://rockmorebyaddisondewitt.blogspot.com.es/2015/03/gurf-morlix-eatin-at-me-2015.html

    1. El tipo tiene mucho gusto, yo creo que uno de los elementos diferenciadores respecto a todos los artistas que pululan por las mismas latitudes es la elegancia que imprime a todo lo que hace. Te gustará, aunque tiene un trasfondo un poco tirando a oscuro, al menos esa sensación me ha dado a mi, te tiene que pillar. Saludos my King, gracias por pasar.

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