En el concierto que inauguró el ciclo Nits Voramar de València. La incombustible Chrissie Hynde llevó el repertorio de The Pretenders a lo más alto.
Ella es en sí misma un bello canto a la edad de oro, a la feminidad bien entendida y sin complejos, al talento sin edad, y todo sin haberse dejado arrastrar nunca por los patrones infantiloides y estereotipados con los que la industria musical aún nos pretende dar el cambiazo entre la popularidad superflua y la calidad. Quizás Chrissie Hynde no llene estadios, pero su estatus de Diosa de la Música es aún innegociable
Me encanta la voz de Chrissie Hynde, su timbre y su interpretación única, esa manera de cantar entre la reafirmación y la acritud frente a la vida, entre la chulería y el desdén. Me derrite cuando arrastra las palabras finales en cada verso, cuando con su vibrato asilvestrado subraya la emoción, no hay nadie igual. Otra de las cosas que siempre me han provocado una fuerte atracción hacia la líder de The Pretenders es cómo desde el principio huyó de los estereotipos hipersexualizados femeninos que marcaba (y aún marca por desgracia) la industria musical, logrando desarrollar su talento de manera inteligente, libre y sin renunciar a su feminidad y sensualidad a lo largo de una longeva carrera discográfica.
Pero antes de empezar a relatar mis vivencias y mis impresiones sobre The Pretenders es imprescindible hablaros sobre mi sorpresa mayúscula con el grupo que se encargó de calentar el graderío. Ni más ni menos que la formación de Seguridad Social de 1990.
Nos contaba José Manuel Casañ entre canción y canción que este nuevo-viejo proyecto le salvó la vida después de la pandemia. Para quienes no lo sepan, esta formación de la banda valenciana reúne de nuevo a los miembros de Seguridad Social que grabaron el mítico disco punk-rock Introglicerina justo antes de su disolución y de la gran eclosión popular con el hit Chiquilla de su álbum posterior ya con una formación totalmente diferente.
Tengo que confesar que de no haber sido así, nunca se me habría ocurrido pagar una entrada para verlos en directo, pues hasta cierto punto en su momento me hizo cierta gracia su popular mestizaje, pero más allá de alguna que otra canción del disco «Que no se extinga la llama» (1991), la banda dejó de interesarme por completo.
Y la verdad que me alegra haber presenciado el acto, pues en esta reinvención tras el nombre Introglicerina dan vida y revitalizan un cancionero digno de elogio que quedó sepultado por la fama entrados los 90. Sonaron Todo por el Aire, Que te voy a dar, La Bomba, Comerranas, ¿Qué quieres tú?, Acción… entre muchas otras, verdaderos himnos y pepinazos de punk y rockn’roll que deberían figurar en la historia del rock de este país.
La banda formada además de por Casañ, por Cristóbal Perpiñà, Emilio Doceda y Julián Nemesio, sonó engrasada y perfecta. Su líder ataviado con su casaca a cuadros, su cresta y sus tachuelas, demostró actitud y muchas tablas, un concierto que no esperaba y que recomiendo encarecidamente a quien tenga oportunidad. Esta formación sería capaz de incendiar cualquier escenario que se les ponga por delante, sea pequeño o grande como el de este domingo abriendo para The Pretenders, todo un honor además.
Está claro que en un concierto de estas características, evidentemente la nostalgia juega un papel primordial para atraer al público. Dudo que la mayor parte de los allí presentes conozcan su discografía más allá de los hits o hayan escuchado alguna de sus últimas canciones. Y no lo critico ni mucho menos, pues Chrissie Hynde es una de las artistas más grandes que nos ha dado el rock y evidentemente su grandísima obra conocida ha estado presente en la juventud de millones de personas. Y claro que sí! Debe pesar y ser reconocida por lo que significó y aún significa sea de la manera que sea. ¿Quién no es capaz de tararear cualquiera de sus hits?.
Lo mejor de todo esto es que su obra no se limita a un greatest hits y tiene un cancionero imponente y importante. Y aunque el espectáculo tenía su componente nostálgico, ofrecieron un concierto vibrante y contundente de rock guitarrero a la altura del legado que representa el nombre The Pretenders.
Empezó la velada con una de sus últimas grandes canciones Losing My Sense of Taste marcando el territorio con poderío. De su último disco Reslentless continuó con la sensacional A Love, medio tiempo que no desentona con su cancionero clásico, solo que cuenta con la desventaja de haber salido el año pasado. No es que la banda tardara en calentar, pues salieron a por todas y con un sonido de 10, más bien el público en su mayor parte venía a escuchar la gramola de éxitos de su juventud.
Para prueba la descarga de Turf Accountant Daddy de su disco Hate for Sale, un auténtico pepinazo. Por mantener este nivel a lo largo de los años es por lo que deberíamos llevar a Chrissie Hynde en procesión Marina abajo en barca.
Por supuesto aparecieron sus míticas tonadas y emocionaron con Kids y Message of Love, esta última ejecutada con fuerza y potencia guitarrera. Y no podían faltar Back in the Chain Gang, Don’t Get Me Wrong, Middle of the Road, interpretaciones emocionantes que sin perder su carácter original sonaron más potentes y vitales que nunca. También nos derritió con las baladas Hymn to Her y con I’ll Stand by You. Pelos de punta con su potencia vocal y su capacidad para emocionar. Y aunque gran parte del setlist se centró en sus primeros discos, no le faltó tiempo para taparnos la boca con otras más recientes como Junkie Walk y Let the Sun Come In, otra de sus últimas joyas.
Además, fue un privilegio poder escuchar en directo algunas no tan conocidas por el gran público procedentes de su primer disco como Up the Neck y Mystery Achievement, al igual que la intensa y larga tonada reggae Private Life en una interpretación en la que instrumentalmente jugaron con las intensidades de manera magistral. Recuperó tonadas olvidadas, de su segundo disco la trotona y guitarrera Bad Boys Get Spanked, y las fantásticas Thumbelina y Time the Avenger de su disco Learning to Crawl que por cierto cumple 40 años. Con el clásico Brass in Pocket se despidió con la multitud agradecida por su dedicación y por dejarnos para el recuerdo una noche perfecta.
…Walbourne es un músico fundamental en esta nueva etapa, un virtuoso de la guitarra que no solo supo sustentar el carácter original de cada canción, sino que además las expandió hasta niveles de auténtica épica guitarrera…
Chrissie Hynde fue una jefaza y desde el primer compás equilibró pasado y presente con su voz y un carisma intactos, también con muchas ganas de gustar. Lideró la banda formada por James Walbourne, Dave Page y Kris Sonne, que todo sea dicho aportaron mucha garra y una energía desbordante a través del cancionero pretender.
Nos hicieron vibrar hasta con aquellas canciones menos conocidas y algunas otras más recientes, hasta de su último disco Relentless, disco en el Hynde coescribe todas las canciones con Walbourne, músico fundamental de esta nueva etapa, un virtuoso de la guitarra que no solo supo sustentar el carácter original de cada canción, sino que además las expandió hasta niveles de auténtica épica guitarrera.
Por fín veo cumplido un anhelo de juventud, y si verla a unos pocos metros ya me hubiera bastado, por suerte fue como un sueño, mucho mejor de lo que esperaba. Es todo un privilegio encontrar a una leyenda como Chrissie Hynde en plena forma y con un cancionero imbatible.
Después de verla por primera vez en directo solo puedo decir que la admiro aún más por cómo a sus más de 70 años continúa destilando ese mismo charming que siempre la caracterizó. Ella es en sí misma un bello canto a la edad de oro, a la feminidad bien entendida y sin complejos, al talento sin edad y todo sin haberse dejado arrastrar nunca por los patrones infantiloides y estereotipados con los que la industria musical aún nos pretende dar el cambiazo entre la popularidad superflua y la calidad. Quizás Chrissie Hynde no llene estadios, pero su estatus de Diosa de la Música es aún innegociable.
Es muy grande esta mujer. La admiro profundamente.
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bravo Chals, muy buena crónica y el concierto pues que, ¡que envidia! abrazooo
Gracias Manolo! pues si, fue todo un disfrute. Un fuerte abrazo para tí y toda la playa!
Toda una vida escuchando a Pretenders. Verla a ella, por primera vez , entonando como siempre, como nunca, cada una de sus canciones a tan pocos metros de mi me parece aún un sueño. Me llamo Mar y soy la emocionada mujer de camiseta de rayas en primera fila. Agradecidas hasta el infinito mi amiga Mara y yo, al dirigirse Chrissie hacia nosotras al comenzar «I,ll stand by you» y señalarnos, quizá porque era un mar de lágrimas, pero también seguro porque le llegó de algún modo toda nuestra emoción.
Gracias por este regalo único e inolvidable. LOVE PRETENDERS
Ay Mar! es que fue emocionante. Recuerdo ese momento en el que Chrissie se fijó en vosotras y os cantó, ese momento de I’ll Stand By You fue muy bonito y además que voz!. Yo también estuve en la 2da fila en el otro lado y aunque no lo puedo asegurar, cuando se acercó hacia allí también me señaló y me miró mientras la cantaba, al menos eso quiero pensar 😉 Me emocionó mucho este directo y tuve el nudo en la garganta casi todo el concierto. Gracias por tu aporte Mar. Un abrazo
Gracias a ti por tus palabras Chals!!. Un abrazo