«…. and nobody played synthesizer…..»
Sin duda 1973 supuso en la música el final de muchas historias y el principio de otras. The Who firmaban seguramente su último gran disco: «Quadrophenia», el punk comenzaba a dar sus primeros pasos de la mano de Iggy & The Stooges y como no de New York Dolls que entregaron obras maestras como «Raw Power» y «New York Dolls» respectivamente, era casi también el año del adiós de Led Zeppelin, vale aún quedarían por aparecer grandes trabajos como «Physical Graffiti» pero está claro que con «Houses of the Holy» habían tocado techo. Los Stones cerraban su época gloriosa con el poco valorado aunque glorioso «Goats Head Soup». Otros como Pink Floyd firmaban su POM (The Dark Side of the Moon), genios como Springsteen, Marley, Elton y Browne se afianzaban y prometían una carrera inigualable, y simplemente Bowie y por ejemplo Stevie Wonder convertían en oro todo lo que tocaban. Incluso había lugar para rarezas como el «Tubular Bells» de Oldfield o el magnífico «Selling England by the pound» de los Genesis… Ya digo, un año difícil por la variedad de las propuestas: rock de siempre, reggae, soul, progresivo, punk, glam, hardmetal…. Y en todo este barullo, donde encajaba La Reina? pues tomando el testigo que los Zeppelin parecían cederle, a lo que ayudó la prensa que rápidamente vieron en ellos un relevo más que solvente y prometedor, pero Queen no eran Led Zeppelin ni por asomo, y lo digo tanto en lo bueno como en lo malo. Eran y son dos bandas muy diferentes que además aún siendo yo muy fan de Mercury y Cía, reconozco que la Reina no aguanta la comparación con los Zeppelines, pero ese ya es otro tema. Desde luego, el primer disco de Queen, el álbum de debut que como indicaba la moda aparecía sin título o con el clásico Queen I, tenía muchas cosas de Led Zeppelin, pero también muchas de la épica de los Who, y mucho del Glam. Todo bien mezcladito y servido como ellos decían «sin sintetizadores»… curioso, al menos sabiendo en lo que años más tarde se convirtió la banda, ya en los extraños ochenta.
En décadas pasadas las grandes bandas, los grandes talentos no podían parar su creatividad, y teníamos un disco al año, incluso a veces dos. Queen no es una excepción, el debut que hoy nos ocupa apareció a final de 1973, pero en 1974 aparecieron otros dos discazos: «Queen II», y «Sheer Heart Attack», en el 75 su POM «A Night at the Opera«, en el 76 «One Day at The Races», «News of the World» en el 77, y finalmente, cerrando su época dorada en el 78 «Jazz» con el que su creatividad y su talento comenzaron a difuminarse, concierto de despedida (Killers) y una vuelta al ruedo con «The Game» donde cambiaban de imagen, de estilo, casi de público… Ya nunca más firmaron un disco sobresaliente, canciones buenas de haberlas haylas pero ya nunca fue lo mismo aunque comercialmente les fuese mejor que nunca, y sí, desde entonces sí habían sintetizadores y muchos: Queen, what’s new? Queen, someone still loves you!.. ya me entendéis, verdad?. Recomiendo y reto a cualquier detractor de Queen, de la banda del cuero, del bigote, del gugu gaga, del «me llamo Fermín» y el disco del parchís a que cojan al toro por los cuernos y se metan los cuatro primeros discos de la banda de Federico Mercurio en vena. Sobretodo con este «Queen I» que a más de uno cogerá de improvisto y sorprenderá, o porque no lo conozca o porque acabe redescubriéndolo.
El cuarteto londinense formado por el showman e increíble cantante y compositor Freddie Mercury, poseedor de un instrumento vocal inigualable, el genial guitarrista permanentado Brian May, con un estilo propio e inconfundible a las seis cuerdas y unos riffs reconocibles de aquí a Lima, el bajista John Deacon y el, aunque hoy odiado por un servidor, brutal batería Roger Taylor, dotado de un falsete espectacular. Todos ellos compositores, todos con éxitos propios dentro de la banda, todos con un talentazo demoledor pero nadie con el mojo de Mercury, porque Freddie sí tenía la magia. Era único. Pues bien, 1973 es la fecha de su debut oficial. Un debut homónimo formado por diez temas que nos enseñan un poco de donde vienen y a donde van, sus influencias y su estilo propio que aunque todavía está en pañales ya comienza a enseñar las uñas. Un ejemplo de lo dicho es el temón que abre el disco, «Keep Yourself Alive», con una riff de guitarra impresionante, la sección rítmica a todo trapo y Freddie en su salsa, luciéndose como siempre. Mil capas instrumentales que se convertirían en santo y seña y se triplicarían, voces dobladas, riffs que van y vienen…. temas más allá del rock, con toques líricos y cabaretescos, y un poco de rock de siempre, adornado con un glam-progresivo…. «Keep yoursef alive» es un despiporre, eso es incuestionable, un tema increíble de May, que también firma la autoría junto a Tim Stafell (anterior vocalista de la banda cuando eran Smile) del bellísimo tema «Doing all right», con cambios de ritmo y estilo en el mismo tema que les acercaban a los Zeppelin del «III»… y una explosión eléctrica genial. La opereta «Great King Rat» de Mercury ya apuntaba hacía donde querían ir como banda, es sin duda uno de mis temas fetiche, con él confieso me enamoré de esta magnífica banda. Un tema difícil a todos los niveles que mostraba las cualidades de Freddie como vocalista y compositor. «My Fairy King» es otro tema de Mercury. Por esa época más o menos se repartían él y May casi al 50% la composición de los temas como en «Queen II» donde podríamos decir que cada uno se ocupa de una cara del disco. Tanto «My Fairy King» como «The Night Comes Down» encajarían perfectamente en el «II» pero aquí están. La primera con su faceta operística, es una balada dulce y preciosa que le pone algo de calma y sofisticación al disco, y la segunda, esa estupenda «The Night Comes Down», es puro Zeppelin, una progresión hard-rockera al inicio que firmaría Page al más puro estilo «Baby, I’m gonna leave you» que se va transformando gracias a May en una increíble balada. Y en medio de ambas, otro trallazo como «Liar». Mercury en todo su esplendor. Abrumadora, excesiva, deslumbrante, operística, glamera y putera. Liar es una joya, uno de los grandes temas ocultos de esta imprescindible banda. «Modern Times of Rok’n’Roll» es la cuota que le daban al bueno de Taylor, en los primeros discos siempre tiene tema reservado, compuesto y cantado por él. En este caso se marca un rocanrol clásico, acelerado y apuntado hacia el punk, pero sin más historia que la de ser el séptimo tema del disco debut de Queen. «Son and Daughter» es, otra vez, mucho Zeppelin. De principio a fin, de proa a popa, de la quilla a la perilla… hijo e hija de Page y Plant pasado por el filtro de La Reina, y como no, está firmado por May que no podía ocultar su devoción por los Zeppelin. Antes del final con la brutal instrumental «The Seven Seas of Rhye» que luego aparecería con letra y bien acabada en «Queen II» nos encontramos con otro tema de Freddie, «Jesus», con unas guitarras muy durillas para lo que es Queen, pero magníficas, May se luce. Y nada más, nos quedamos con el regusto de los «siete mares», espero que redescubráis o retoméis este gran disco de una grandiosa banda que por unas cosas u otras a veces no es valorada como se merece.
Queen – «Queen I» (1973)
8,5/10
01.- Keep Yourself Alive/ 02.- Doing Allright/ 03.- Great King Rat/ 04.- My Fairy King/ 05.- Liar/ 06.- The Night Comes Down/ 07.- Modern Times of Rock’n’Roll/ 08.- Son & Daughter/ 09.- Jesus/ 10.- Seven Seas of Rhye.
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Estupenda entrada, Niko. Ya sabes que soy fan de los Queen de los setenta, así que estoy de acuerdo en casi todo lo que dices.
Abrazos.