Conciertos Críticas

…toda la actuación fue un derroche de talento, espontaneidad y simpatía…

Por Juanjo Mestre

El concierto de los Surfing Magazines en la Sala Loco Club de Valencia sirvió para pasar un rato muy, muy, muy (al cubo) ameno y, además, para comprender lo que ya pudimos constatar en el álbum de estudio con el que debutaron el pasado año. Me refiero al talento eclécticamente rocanrolero de David Tattersall y  de que este alternativo proyecto musical, con algunas lógicas coincidencias, va más allá de la línea marcada por sus Wave Pictures.

Junto a su inseparable bajista Franic Rozycki el cuarteto se completaba con Charles Watson de la banda Slow Club y Dominic Brider, quienes dejaron patente sus tablas y lo bien que saben alternarse tanto como protagonistas vocales como con sus instrumentos (guitarra y batería respectivamente). Ejemplo de ello fue la pegadiza y más garagera «New day« o el pop exquisito de «Lines & shadows«.

A nivel general decir que sonaron todavía más crudos e inmediatos que en el mencionado disco homónimo, quizás por la ausencia de los teclados, saxos y arreglos que aparecen en el mismo. Entre los temas que también desfilaron destacaría por encima de todos la armonía vocal de David y Charles en «One of these days«, pura fantasía.
No faltó la influencia del gran Bo Diddley en un «Goose feathered bed« que sonó de fábula, esas tendencias más bluseras de «Sawdust in my eyes« o «Summer«, una inclinación hacia el country-rock más alternativo en «Voices carry through the mist« o la richmaníaca «You could never come to me too soon«. Y por supuesto desbordaron exagerado buenrollismo con los dos temas de surf instrumental, «Peeping dom» «A Fran escaped«. 

A ellas se sumaron un puñado de versiones, destacando el «Roll over Beethoven« de Chuck Berry, la festiva «I’m a little airplane» del tito Jojo con los Modern Lovers, o muy especialmente «You ain’t goin nowhere« de las basement tapes de Bob Dylan con The Band pero recordando más la adaptación a The Byrds.

Toda la actuación fue un derroche de talento, espontaneidad y simpatía, en la que sus protagonistas no dejaron de sonreir, detalle que no pasó inadvertido por los asistentes hasta el punto de que al finalizar hubo una sonrisa generalizada en la gran mayoría del público, cosa que siempre es motivo de regocijo y satisfacción. Que vuelvan pronto!

* Texto: Juanjo Mestre. Crónica para el Espacio Woody/Jagger y para el Exile Magazine.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar