El canadiense Dan Bejar firma un nuevo disco firmado como Destroyer.
…si bien en esta ocasión se muestra más íntimo y personal que los anteriores esfuerzos, con una temperatura que roza la febrícula…
Posiblemente para estos días extraños que vivimos, lo más adecuado no sea sumergirnos en escuchas musicales de sinuosas texturas de pop ochentero remachadas con textos de cierto tono apocalíptico, pero lo cierto es que esas características son las que encontraremos en el nuevo disco de Destroyer, titulado «Have we met».
Es más recomendable para este encierro un poco de country-rock bailable o un powerpop optimista y desenfadado; incluso algo de rock de tasca y curda podría ayudarnos a sobrellevar la penosa (al menos para mi lo es, y mucho) situación que nos ha tocado arrostrar.
Pero un servidor, que tiene esa tendencia irrefrenable a buscar el acomodo a cada situación en los rincones más oscuros e inhóspitos, esta última semana se ha enfrascado en los torbellinos de sintetizadores, samples de batería, detalles guitarreros que se engarzan al cuerpo de la joya sonora y vaporosidades electrónicas que caracolean alrededor de la satinada y tersa voz de Dan Bejar, nombre real que se esconde tras la nomenclatura Destroyer.
Según parece, «Have we met» estaba pensado para que sonase de otra manera, más rudo en cuanto a sonido y sin tanta carga electrónica y popera, pero al parecer las cosas han desembocado en un nuevo producto marca de la casa, si bien en esta ocasión se muestra más íntimo y personal que los anteriores esfuerzos, con una temperatura que roza la febrícula pero con el sano calor de siempre y la esmerada producción acostumbrada, obra de John Collins.
Tal vez el instrumental que da título al disco resulte excesivamente introvertido y algo recargado y puede que el extraño corte, «The television music supervisor» sea demasiado para mi, por suponer un agujero negro sónico, vocal y melódico que no consigo digerir. Pero en el álbum hay momentos excelsos, con esas melodías hermosas y orgánicas que caracterizan la obra del canadiense.
Escúchese el magnífico y ambicioso tema que abre el disco, «Crimson tide», que por momentos me recuerda al Bowie más experimental.
Bandcamp de Destroyer: https://destroyer.bandcamp.com/
También destacan por diversos conceptos otros momentos del disco: Brumosa y escueta la atmosférica «Kinda dark» o «I just doesnt happen», que es una luminaria de sintetizadores y esencias ochenteras, Interesa «The raven» por la la conjunción de teclas y guitarras, y «Cue synthesizer» es quizás mi tema favorito del disco, por resultar febril y delicado a un tiempo, con unas inquietantes guitarras.
Temas un tanto desconcertantes como «University hill» o el colofón «Foolssong» que incluye una cacofonía al final de su refinada estructura, se combinan con «The Man in black’s blues», una propuesta más ortodoxa y melódica que también destaca en el plano general.
Destroyer vuelve a doblar la apuesta: doble o nada, o lo tomas o lo dejas, yo lo tomo, aunque en esta ocasión debo decir que no todo el metraje me consigue llevar al huerto, pero en cualquier modo estamos hablando de un disco exclusivo y diferente dentro de la oferta actual, como siempre ocurre con este artista.
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Un disco en el que adentrarse, Dan Bejar siempre entrega calidad aunque se escore unas veces más hacia aquí, o más para allá. Gran reseña.
Saludos
Es sinónimo de clase y de buenas melodías, cierto que unas veces se asimila mejor que otras, pero siempre merece la pena. Gracias.
Un abrazo.