Reseña y crítica de ‘The moon and stars: prescriptions for dreamers’, álbum de Valerie June.
…ha abierto más las paleta de tonalidades musicales, entre el pop orquestado, el rhythm&blues y el soul, con una voz cautivadora y a veces etérea que, junto a la coproducción de Jack Splash, puede agradar fácilmente en ámbitos dispares…
Si soy sincero, y aunque la recomendara hasta el mismísimo Bob Dylan, no había conectado mucho con anteriores trabajos de Valerie June, seguramente por ciertos excesos de refinamiento que me resultan cansinos, artificiales o demasiado enfocados al mainstream. Ello no fue óbice para reconocerla como una artista bastante interesante de las últimas generaciones.
El caso es que hace escasas fechas se cruzó entre mis exploraciones musicales de actualidad su último trabajo discográfico y, a partir de su fascinante título cósmico, comencé a sentir una poderosa atracción.
Sin perder esa especie de barroquismo mencionado en el primer párrafo, y que incluso en algunos momentos parece conscientemente agudizado respecto a su anterior «The order of time», la sensación general es que la de Tennessee ha abierto más las paleta de tonalidades musicales, entre el pop orquestado, el rhythm&blues y el soul, con una voz cautivadora y a veces etérea que, junto a la coproducción de Jack Splash, puede agradar fácilmente en ámbitos dispares tras suficientes escuchas.
Aún así me parece que le falta algo de homogeneidad al álbum, partiendo de que hay canciones que marcan considerablemente la diferencia. A destacar el inicio de esa especie de gospel «Stay« que, entre teclas de piano, cuerdas y coros, es celestial, una apuesta segura repleta de amor. O «Colors«, difícil no caer prendado con la magia sixtie de esa declaración existencialista que procede de las más profundas cavidades del corazón. O «Fallin«, un susurro que con la acústica adquiere una grandeza descomunal. O la sorprendente «Two roads«, entre nubes grises que llenan el cielo y que crece poco a poco hacia un country suave y apacible.
Por supuesto, dos de las piezas claves también son «Call me a fool«, en una dirección más sureña y que cuenta con la colaboración de Carla Thomas, la reina del soul de Memphis, y «Smile«, un rhythm&blues muy accesible donde no falta el sentimiento de unas lágrimas en los ojos que no impiden sonreir.
Sin duda «The moon and stars: prescriptions from dreamers« es un trabajo agradable, mi favorito hasta la fecha de Valerie June, de esos que resultan ideales para determinados momentos de refugio y de evasión en un mundo demasiado acelerado.
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