Bonzos - Songs about cars, girls & broken hearts (2021)

Críticas Discos

La banda vizcaína Bonzos, vuelve con su tercer disco en cuatro años.

…la mirada fija en el punk, el rock high energy y el power-pop de electricidad infecciosa, atiborrado todo ello de ritmos anárquicos y frenéticos, riffs trepidantes, melodías adherentes y dislocadas y estribillos contagiosos…

Siempre es motivo de celebración la aparición de un nuevo disco de los getxotarras Bonzos. Es por ello que la reciente publicación de «Songs about cars, girls & broken hearts», tercer elepé del grupo tras el retorno de 2017, sea acogida en esta casa con furiosa algarabía.

¿Los Bonzos de siempre?… ¡Sí!, y aún más: unos Bonzos que recuerdan a aquellos que irrumpieron en la segunda mitad de los noventa emulando a los Ramones y cantando en inglés, derrochando energía, canciones urgentes y afiladas, y dejándose la piel en cada estrofa y en cada estribillo.

Y es que en este nuevo catálogo, los de Juan Carlos Parlange se miran fijamente en el espejo de su primer disco, y debemos decir que la imagen que les devuelve el mercurio es mucho más que favorecedora, pues parece que el tiempo no ha transcurrido a tenor de lo que despiden los surcos de este nuevo trabajo.

Juancar Parlange de Bonzos
Juancar Parlange de Bonzos

Se decantan por el formato trío, también por la vuelta al inglés y a un sonido más sucio y apremiante. Estos factores recuperan las impresiones de los inicios y da la sensación de que reafirman la personalidad de la banda, el poso de verdad y autenticidad de los orígenes, cuando estos no son contaminados, es una aventura que entra en los terrenos de la nostalgia, pero también de la recuperación de la fiereza juvenil, y esto es parte del germen del rock and roll.

Con la mirada fija en el punk, el rock high energy y el power-pop de electricidad infecciosa, atiborrado todo ello de ritmos anárquicos y frenéticos, riffs trepidantes, melodías adherentes y dislocadas y estribillos contagiosos, la alusión a Ramones, The Boys o a los más actuales Brad Marino o Kurt Baker, se torna irremediable a la vez que féliz. 

Resulta imposible no sentirse impulsado al desagañitamiento tras el tránsito de los dieciocho trallazos que rellenan la escasa media hora en la que Bonzos despachan este torbellino de actitud, diversión y pureza bautizado como «Songs about cars, girls & broken hearts».

No voy a aburrir al personal narrando las bondades de tal o cual canción, quédense con este botón de muestra y no tengan la más mínima duda de que el resto del trabajo transita por idénticos senderos de bacanal sonora.

Festejemos la vuelta de Bonzos como la ocasión lo merece, con la escucha en bucle del mejor disco (en mi opinión) desde su regreso. Ojalá pronto podamos relatar aquí las hazañas derivadas de este álbum en vivo, donde sin la más mínima duda la cosa ganará, aún más, en intensidad y actitud.

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