Discos Críticas

Reseña y crítica sobre The Clientele y su álbum ‘I Am Not There Anymore’.

… despliegan una gigantesca y artesanal capacidad melódica con detalles minimalistas y jazzísticos que se hallan relucientemente aderezados de concienzudos y cuidadosos arreglos de violines, piano, trompeta, trompa…

Cuando en 2017, siete años después de «Minotaur”, se produjo el retorno de los londinenses The Clientele, unos pocos alabamos la enorme riqueza que siempre atesora esta banda de culto que posee un universo muy personal y que suena distinto a todo.

Han transcurrido seis años más y, nuevamente en edición física a través del sello Merge Records, vuelve a demostrarse que la regulación dosificada en el tiempo les otorga un estado de excelencia que debería ser reconocido en su justa medida y unánimemente.

The Clientele

Sin superar la asombrosa y predecesora exquisitez “Music for the Age of Miracles”, a la que sigo considerando la gran obra maestra de Alasdair MacLean y compañía, en “I Am Not There Anymore” despliegan una gigantesca y artesanal capacidad melódica con detalles minimalistas y jazzísticos que se hallan relucientemente aderezados de concienzudos y cuidadosos arreglos de violines, piano, trompeta, trompa…

Brilla desmesuradamente la inicial “Fables Of The Silverlink”, una sinfonía de pop lisérgico y de cámara con más de ocho minutos de magia, y que todavía hechiza más cuando participa la voz de Alicia Macanás (incluido algún verso en castellano). O por supuesto también deslumbran los dos temas que sirvieron de avanzadillas: la maravillosa “Lady Grey” con ese glorioso estribillo de “todas las cosas bellas son opacas”, o “Blue Over Blue” con esos justos y efectivos efectos añadidos de psycho-pop.

Del resto, la orquestación de “Garden Eye Mantra” es inmejorable, la sensibilidad y finura de “Chalk Flowers” es para postrarse, o el flirteo inicial con la bossanova de “Claire’s Not Real” es sorprendente, pero si he de destacar me quedo con la muy cósmica y ensoñadora “I Dreamed of You, Maria” y, muy especialmente, con “Dying in May” que me recuerda los mejores tiempos de The Real People, la banda de Liverpool que convivió con los sonidos de Manchester a principios de los noventa.

Ahora bien, si tuviera que ponerle alguna pega es el muy excesivo contenido, aparenta demasiado forzado para lograr un disco doble. De las diecinueve piezas me sobra tanto interludio (“Radial B”, “Segue 4 (IV), “Radial C (Nocturne for Three Trees)”,“Radial E”, “Radial H”), o rellenos como “Conjuring Summer In” y “My Childhood”.

Eso sí, aunque podamos visualizar conexiones con Love, Zombies, The Left Bank, Kinks, Felt, Belle & Sebastian, Dean Wareham, The High Llamas… lo cierto es que The Clientele poseen un sonido muy propio que les identifica, que les dignifica y que les honra como a pocos.


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