Especiales Discos

Que el ‘St. Louis To Liverpool’ de Chuck Berry es un álbum esencial en la Historia del rock and roll se puede verificar de una manera tan sencilla como es leer el listado de canciones que incluye…

Y ante esta evidencia, rozaría lo irreverente si desde las páginas virtuales del Exile no le dedicásemos un especial en su 60º aniversario a tal disco de quien es, además, uno de los pilares fundamentales del rock and roll: Chuck Berry… Claro, solo viendo las canciones que se incluyen podemos ver la calidad, pero conviene detenerse un poco más, evidentemente. Adelante, vamos allá.

Fue el 1 de noviembre de 1964 cuando ‘St. Louis To Liverpool’ vio la luz del día en el legendario sello Chess de Chicago, un álbum que en su edición original incluía 12 cortes para una duración total de algo más de 31 minutos y medio. Media hora larga de pura delicia.

Chuck Berry

Conviene señalar que por aquellas fechas hacía poco más de un año que Chuck Berry había recuperado la libertad tras una estancia de 20 meses entre rejas -esa es otra historia- y lo que se encontró al salir de prisión, musicalmente hablando, era un mundo dominado por grupos nuevos como por ejemplo The Beach Boys y, muy poco después, la eclosión de grupos llegados de Inglaterra en lo que se dio en llamar la British Invasion, con The Beatles y The Rolling Stones al frente.

Sea como fuere, el caso es que la mayoría de esos grupos nuevos que dominaban las listas de éxitos -por ejemplo los tres citados en el párrafo anterior- no dudaban en rendirle pleitesía, en señalar al de St. Louis como una de sus principales influencias y en versionar algunos de sus viejos hits a la menor ocasión. Chuck Berry, tipo listo, supo ver la ocasión y aprovechar la oportunidad.

Así pues, en noviembre de 1964 la disquera Chess Records ponía en el mercado ‘St. Louis To Liverpool’, un LP que arrancaba con ‘Little Marie’, un más que evidente recuerdo a su viejo ‘Memphis Tennessee’ -el viejo Chuck Berry siempre fue muy cuco con estas cosas- que dejaba ver ya desde los primeros compases que el tipo seguía siendo un fenómeno tocando rock and roll, lo cual certificaba con ‘Our Little Rendezvous’, canción que ocupaba el segundo lugar del tracklist.

Lo que venía a continuación creo que no merece mucha explicación: ‘No Particular Place To Go’. O sea, la leche. Si este no es uno de los mejores rocanroles que se han grabado jamás, yo abandono. Punto.

‘You Two’ ofrecía variedad al rebajar el ritmo pero, por supuesto, sin perder calidad y con un hermoso duelo de solos entre guitarra y piano… Pero atención porque si lo escuchado hasta ahora no era suficiente, a continuación venían curvas para rematar la cara A.

Y es que lo dicho para ‘No Particular Place To Go’ sirve sin la menor duda para ‘Promised Land’, otra canción sencillamente esencial en la historia del buen y viejo rock and roll, en la que ni falta ni sobra nada: es absolutamente perfecta o a mi me lo parece; y el remate del primer lado del LP era para ‘You Never Can Tell’, un twist del que lo mínimo que hay que decir es que es soberbio y que con el paso de los años alcanzó el estatus de básico entre las composiciones de Chuck Berry al ser hiper-popularizado por incluirse en la famosa escena del baile en la genial ‘Pulp Fiction’, la película de Quentin Tarantino.

La cara B arrancaba con ‘Go Bobby Soxer’, otra demostración de que en los 1960’s se seguía haciendo muy buen rock and roll, que los padres fundadores que quedaban en pie todavía estaban en forma y que podían dar la cara frente a las impetuosas nuevas generaciones, con mención especial en este corte, no solo para la guitarra de Chuck Berry, sino también para la brillantez de piano y batería.

En ‘The Things I Used To Do’, el gran Chuck Berry recordaba al mundo que no solo era una figura de primerísima fila en lo que a rock and roll correspondía, sino que además era un bluesman a ser tenido muy en cuenta, al nivel de los mejores. Y si esta reivindicación no era suficiente, en ‘Liverpool Drive’ quien ha sido uno de los mejores letristas de la historia del rock demostraba que podía defender sin el menor problema un tema instrumental… ¡Y es que el fenómeno casi hace hablar a su guitarra! Seguía ‘Night Beat’, de la que puede decirse que era una suma de los dos temas anteriores, dando como resultado un blues instrumental bastante más que notable.

Como en el momento de la publicación del LP faltaban menos de dos meses para las navidades, Chess vio la ocasión de colocar un tema navideño, ‘Merry Christmas Baby’… Pero lo hicieron con estilo, ya lo creo que sí: un blues impecable con los ingredientes que hacían brillar al resto de temas de ‘St. Louis To Liverpool’: guitarra genial, piano perfecto y sección rítmica sobresaliente.

La docena la completaba ‘Brenda Lee’, para la que Chuck Berry y los músicos que le acompañaron retomaban el ritmo del mejor rock and roll y y firmaban una interpretación que quizás no esté entre las más recordadas del repertorio del de St. Louis, pero que no por ello está exenta de calidad. De mucha calidad.

Es adecuado resaltar en este punto que de esos doce cortes, diez habían sido compuestos por el propio Chuck Berry, siendo los únicos temas ajenos ‘Things I Used To Do’ (Eddie Jones) y ‘Merry Christmas Baby’ (Lou Baxter y Johnny Moore). También hay que dar la importancia que merecen, que no es poca, a los músicos que le acompañaron, pues hay nombres de la talla del legendario contrabajista Willie Dixon, el guitarrista Matt «Guitar» Murphy, el pianista Johnny Johnson o el baterista Fred Below Jr. por citar solo unos cuantos.

Creo que no quedan dudas de porqué ‘St. Louis To Liverpool’ de Chuck Berry es un álbum esencial en la historia del rock and roll. Una obra maestra.

Chuck Berry


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