La banda canadiense The Bad Beats publica su tercer disco y vuelven a triunfar.
Las sensaciones adrenalinitas que rezuma el sonido del Fuzz y el órgano de acetona parten como los principales factores identificativos del sonido del grupo…
Hoy en el Exile vamos con uno de esos discos que se circunscriben dentro de un abanico de géneros muy concreto y que nace destinado a ser acogido, casi de manera exclusiva, por los más encarnizados militantes de los sonidos que de forma cuasi testicular articula.
En el caso de la banda de Vancouver The Bad Beats estos géneros son el garage-punk sesentero que da pie al proto-punk y que influye en la década de los ochenta para propiciar el revival que estos sonidos experimentan durante aquellos años y que enriquecen y amplían su paleta musical.
Las sensaciones adrenalinitas que rezuma el sonido del Fuzz y el órgano de acetona parten como los principales factores identificativos del sonido del grupo, así como una hipnótica simbiosis de los reflejos sónicos de los años sesenta y ochenta, todo ello para fabricar un puñado de temas de fuerte carga estilística y atinadas melodías, que en esta tercera intentona en el estudio, agrupan bajo el título: «Gotta Get Loose!».
Siete temas de composición propia más tres versiones de esas que rebuscan en las catacumbas del género y sacan a la luz joyas ocultas al gran público como el tema de la formación americana de los sesenta The Brigands titulado «(Would I Still Be) Her Big Man» y que pasamos a escuchar.
También la sensacional y revisitada de manera furiosa por The Bad Beats «Monkey Man», sobre un original de 1965 de Baby Huey & The Babysitters, así como otro corte sesentero original de The Gants titulado «(You Can’t Blow) Smoke Rings» que los canadienses hacen pasar por el tamiz de su estilo y por la armónica y la voz de Cam Alexander, son motivos más que sobrados para no perderse este «Gotta Get Loose!».
Pero no faltan temas propios que también dan carta de naturaleza a este extraordinario y ambiental recorrido por los sonidos viscosos y grasientos propios de las cavernas más humeantes de la historia del rock: «Don’t Call Me No More» con un órgano de trazo fuerte; la poderosa y exuberante «Drive Slow»; la menos corrosiva «Gotta Get Loose» o la frenética «I Get Close» justifican el dejarse caer por las grutas más sombrías y permitir ser absorbidos por esta potente espiral sónica.
Si gustan de perderse en las oscuras y grasientas soflamas musicales de The Sonics, The Fuzztones o The Creeps, por poner tres ejemplos obvios, no creo que puedan evitar disfrutar del tercer disco de la banda de Vancouver The Bad Beats titulado «Gotta Get Loose!», auspiciado por el sello Soundflat Records y que hoy he decidido traer al Exile SH Magazine.
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