Copernicus Dreams - Santander

Conciertos

Crónica del concierto de Copernicus Dreams en la Plaza Porticada de Santander.

La ciudad de Santander cede la Plaza Porticada un año más para que en la misma se celebre la anual Feria del Libro de Santander y Cantabria «Felisa». Entre el programa de actividades no puede faltar la música y en la tarde/noche del viernes 4 de julio y dentro de estos fastos, la banda cántabra de Castro Urdiales Copernicus Dreams presentó su excelente y reciente nuevo álbum titulado «El Viaje» del que no hace mucho hablamos aquí,

La limitación en cuanto a tiempo no permitía extender el concierto más allá de las fronteras temporales que delimita la publicación de su último disco, eso sí, «El Viaje» sonó entero, sus diez cortes.

Sonaron decía las diez canciones y lo hicieron con vigor y precisión, sin que esta última cualidad envare ni reste frescura a ninguna de las composiciones del elepé, que se sintieron limpias al tiempo de contundentes, con presencia de todos los matices incluidos en las tomas de estudio, como se quedó claro desde el principio con las teclas gaseosas y psicodélicas de Pablo Gil en la progresiva «Llámame».

La reconversión de Copernicus Dreams hacia el castellano como idioma de comunicación textual y a texturas más blues, soul y rock – sin dejar caer en el olvido su innato folk, pop o sonido americana – ponen en el centro del círculo de luz del foco al guitarrista Joseba Vinatea que estuvo fino y con mordiente en todas sus intervenciones como solista,

Chus canta muy bien, mejor que nunca, adecúa la interpretación y fraseo según el género sugerido en cada canción, y «El Viaje» toca varios palos estilísticos de la baraja musical, y la base rítmica a cargo de José Ochoa (batería) y Carlos Markina (bajo) aporta solidez y empaque a un directo que con vientos hubiese sido totalmente determinante.

Y con estas bases bien fijadas y sobradamente ensayadas, fueron pasando los diez temas del disco con momentos álgidos como «Cruce de caminos» con la que comenzó el lío y que también cerró el pase en un bis final; «Luna de miel» que nos llevó de viaje por los USA o «Tracy» y su luminosa melancolía.

Mi momento favorito, no obstante, llegó con la pantanosa y sugerente «Ruleta vudú» que gustó de manera especial a gran parte del público y así me lo comentaron alguno de los amigos con los que disfruté del bolo.

Buena comunicación ante un respetable bastante heterogéneo que disfrutó del concierto sentado y con actitud respetuosa y un grupo sobre el escenario que está en uno de sus mejores momentos, con un repertorio y una estructura sónica renovada y que lo saben articular con virtuosismo, pujanza y actitud. Espero que no tarde mucho el próximo encuentro.


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