Discos Críticas

Reseña y crítica de ‘As Night Fades’, el álbum debut de Stephie James.

… se distingue cierta atmósfera vintage de pop sixtie onda Spector, a la que se suma una luminosa aureola de folk-rock americano con algún que otro matiz surfero…

No me cabe la menor duda que una de las sorpresas más fascinantes de esta añada ha sido el debut de Stephie James, compositora nacida en Detroit y residente en Nashville, este último detalle es el que motiva que en la grabación de “As Night Fades” aparezcan músicos relevantes de la capital de Tennessee, como por ejemplo Billy Contreras o Dennis Crounch, así como que el encargado de la producción sea Andrija Tokic, conocido por sus colaboraciones con Alabama Shakes.

La descubrí de manera casual durante el pasado mes de febrero por un par de vídeos de youtube como “Lost With You” y “These Days”, incluidos en su EP de 2020. Casi de manera simultánea, alrededor de quince días después si la memoria no me falla, leía el magnífico artículo de mi apreciado Javier Casamor en Dirty Rock, el primero que creo se había escrito en España sobre ella hasta ese momento, donde hablaba de un debut a lo grande y señalaba detalles de su trayectoria musical anterior junto a nombres como Anita Baker, Black Keys o Nikki Lane. Con la escucha de las tres primeras canciones fue suficiente para que, cual si fueran una señal cósmica, saltaran mis alarmas y, a través de sucesivas audiciones, se haya convertido desde entonces en uno de los discos de 2024 que más estoy gozando.

stephie james

A lo largo de sus diez cortes se distingue cierta atmósfera vintage de pop sixtie onda Spector, a la que se suma una luminosa aureola de folk-rock americano con algún que otro matiz surfero, como por ejemplo en ese delicioso, absorbente e inesperado instrumental “Surf” que, a buen seguro, recibiría la bendición si la escuchasen Dick Dale o los Surfaris.

stephie james

Más allá de ese arrebato surfero, la voz de Stephie es la clave y la gran protagonista, tanto que me atrevería a afirmar que nos puede dar grandes alegrías futuras. Dicho lo cual, el disco se inicia con “Company”, del que resulta prácticamente imposible no quedarse prendado, es todo romanticismo aunque la noche engañe, con precisos y luminosos arreglos acompañantes del violín. Después la adicción se intensifica con champagne hasta la madrugada y con el dolor de corazón en “Party Doll”.

Aunque no existe morralla ni nada desechable, resulta evidente que hay picos melódicos que ayudan a valorar más positivamente todo el álbum, empezando por la canción que habla de la vida en pareja y del sueño americano, la que tiene un puntillo que puede evocar a Amy Winehouse, y la que lleva como telón de fondo y en el título al actor “Steve McQueen”. Si hubiera justicia musical en el mundo actual debería ser un incontestable hit mundial, igual que la muy contagiosa “Five & Dimer”.

Decía antes lo de que no hay nada superfluo ni residual por temas soberbios, que parecen camuflados, como “Losing Side”, provisto de una extraordinaria lírica, ideal para perdedores en el amor y en la vida, del mismo modo que puedan sugerir piezas como “Hard Place”, “Will You Be”, “Silent Film” o la que da título al álbum, fabulosas melodías entre la sinceridad, la honestidad y la soledad, dignas muestras evolutivas de, por ejemplo, aquel singular estilo de las Shangri-Las.

Mientras la noche se desvanece, mientras sigue avanzando inflexible e ineludiblemente un 2024 que se está erigiendo como uno de los mejores años musicales femeninos que se recuerdan (Hurray for The Riff Raff, Waxahatchee, Sarah Shook, Sierra Ferrell… y Stephie James), los suficientes estamos ahí, gozando de artefactos sonoros encantadores como un «As Night Fades» que debería obtener reconocimiento generalizado y no quedarse entre minoritarias pero suertudas y agraciadas élites.


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