Discos Críticas

Reseña y crítica de Vacaciones Permanentes.

cabalga entre el psychobilly, el cine negro y el minimalismo de una caja de ritmos que nos transporta a la tecnología percusiva electrónica de la década de los setenta u ochenta y que conecta con propuestas vanguardistas de art-punk tipo Suicide…

De vez en cuando me llegan inesperadas y desconocidas sorpresas musicales que resultan muy gratificantes, tal y como sucedió hace escasas fechas con Vacaciones Permanentes, curioso nombre que seguro agradará a más de uno por ese anhelo de ocio duradero, aunque muy posiblemente el proyecto musical del salmantino Iván Andrés tenga bastante que ver en fondo y forma con la ópera prima de Jim Jarmusch, ambientada en New York, y su particular visión de personajes marginales, de situaciones improbables y de cierto halo de inconformismo.

Su álbum homónimo es la continuación de “Dictatoriales aficiones”, un EP de tres canciones con el que se presentó el pasado verano y del que ahora se ha rescatado “Cuchillos”, toda una declaración de intenciones que cabalga entre el psychobilly, el cine negro y el minimalismo de una caja de ritmos que nos transporta a la tecnología percusiva electrónica de la década de los setenta u ochenta y que conecta con propuestas vanguardistas de art-punk tipo Suicide.

En esa línea del mítico dúo neoyorkino formado por Alan Vega y Martin Rev se halla «Eterna», la pieza inicial y la que enciende las luces entre gafas oscuras de sol y caras desencajadas. Ahora bien, si tuviera que escoger una favorita me quedo con ese derroche de originalidad y talento que es “Cegado por la luz”, una especie de cruce imposible (o muy posible) entre Nacha Pop y Jesus And Mary Chain.

En el ecuador “Domingo sangriento”, una locura de contrastes para surfear y hacer el amor en un parque de atracciones, tan desconcertante y turbadora como «El tarot», que discurre entre destellos de Héroes del Silencio, western y el puñal en una noche oscura de una peli de terror.

vaacaciones permanentes

Después, la fiesta nocturna con “Vampiros”, guiño incluido al “Bizarre Love Triangle” de New Order, hasta rematar con “Tu Warhol” o “Vacaciones permanentes”, donde en menos de minuto y medio de esta última se manifiesta de manera notoria la sombra de Suicide con un epitafio intenso y demoledor: “el tiempo se para permanentemente y hoy todo me da igual”.


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