Reseña y crítica sobre Treaty Oak Revival sobre el álbum ‘West Texas Degenerate’, publicado en 2025.
… el disco que debe colocarlos en la élite del rock sureño, donde mezclan sin ningún tipo de rubor la sonoridad del country, el virtuosismo del hard rock y la fuerza y energía del punk…
Hace un par de años, siguiendo la estela de nuevas bandas de Rock americano como los Red Clay Strays, descubrí a unos texanos que me encantaron, y de los que no tenía referencias. Desde Odessa, Texas, los Treaty Oak Revival, una banda que hasta entonces sólo había tocado en bares, y que se formó en 2018 precisamente para eso, para tocar versiones de Rock sureño en cualquier garito de Texas y alrededores.
Los años han pasado muy deprisa para ellos. En 2021 se dieron a conocer con un disco, No Vacancy, repleto de himnos Country Rock cerveceros, que les sacó de su zona de confort al empezar a tocar cada vez más lejos. En 2023 llegaría Have A Nice Day, y con él los garitos cada vez más grandes, hasta que se les quedaron pequeños y dieron el paso, poco a poco, pero sin pausa, hacia las grandes salas de conciertos, tanto rockeras como country.
Este mismo año publicaron hace unos meses un mini LP acústico en directo, llamado The Talco Tapes, con versiones de algunos de sus temas más conocidos, y que es una delicia. La expectación era muy grande ante la publicación de su tercer álbum de estudio, los dos adelantos publicados como single, Happy Face y Bad State Of Mind, habían funcionado muy bien, y así, hace unos días, ha visto la luz West Texas Degenerate, el disco que debe colocarlos en la élite del Rock sureño, donde mezclan sin ningún tipo de rubor la sonoridad del Country, el virtuosismo del hard rock y la fuerza y energía del Punk.
El grupo debe su nombre al último de los 14 robles sagrados para los Comanches y los Tonkawa. Sam Canty es el vocalista y toca la guitarra acústica, Jeremiah Vanley es el guitarra solista principal, y su tío, Lance Vanley es el guitarrista rítmico, además de hacer los coros. Cody Holloway se ocupa de la batería, y Dakota Hernández del bajo. Aunque en el disco el bajista ha sido Andrew Carey, que dejó la banda el pasado verano.

Comienza con una introducción muy original, una conversación sobre los primeros conciertos y héroes musicales con Edgar Viveros del grupo de Oklahoma Ben Quad. Port A entra como un cañón con unas guitarras que echan fuego, para contarnos cómo fueron unos modestos días de vacaciones de Sam Canty. El tema que da título al disco, West Texas Degenerate, es un dueto con el músico texano William Clark Green. Va a convertirse en su nuevo himno, ya que es una canción con un estribillo irresistible, en el que se habla de identidad y de los vicios que todo degenerado del oeste de Texas arrastra consigo.
Shit Hill baja un poco las revoluciones con su inicio de batería sincopado, hasta que un redoble cambia completamente el tema y lo convierte en una canción hard rockera con fuerte acento sureño. En Withdrawals se acompañan de otro de los músicos con los que se han pateado los locales del sur de los USA, Gannon Fremin & CCRV. El de Oklahoma empasta perfectamente con los texanos para ofrecer un temazo que bien podrían haber firmado los mismísimos Blackberry Smoke.
El momento álgido del disco llega con su canción más escuchada hasta el momento en plataformas, Bad State Of Mine, clásico southern rock en el que la voz de Sam Canty destaca especialmente, con su acento sureño tan marcado, y en el que las guitarras de los Vanley echan humo. En Dosin nos hablan de una pérdida amorosa y de lamerse las heridas. En Misery colabora Gary Stanton, otro colega de escenarios, que los ha acompañado varias veces con su banda Muscadine Bloodline, gran canción con otro estribillo irresistible marca de la casa.
Stay A While marca un ritmo trotón para llevarnos a un bombazo Hard Rockero con unas guitarras incendiarias que en los solos recuerdan al añorado Eddie Van Halen, Naders. No hay disco clásico de buen rock americano que no tenga su bonita canción de amor, Sunflower es más un medio tiempo que una balada, pero cumple con creces su función en el disco, y es que no todo puede ser intensidad. Happy Face fue el primer adelanto del disco, se publicó en 2024 con la banda en plena expansión, y provocó mucha expectación. Gran canción sobre una ruptura y el engañarse a uno mismo poniendo buena cara cuando estás destrozado.
Blue Star es la última del disco, y es otro temazo de Rock sureño que te hace desear el momento en que se decidan a cruzar el charco y venir a tocar por aquí. Sus directos tienen fama de incendiarios con Stage Divin’ y gente lanzando cervezas por los aires en modo die hard fan. West Texas Degenerate se cierra con un apunte acústico que sirve para presentar al nuevo bajista, Dakota Hernández.
Todo el disco ha sido producido por los propios Treaty Oak Revival con la ayuda de Taylor Kimball. Sam Canty ha dejado el alcohol y dice que sus letras están madurando un poco, también dice que intenta fijarse en gente como Reckless Kelly o Ryan Bingham, pero lo que no ha perdido es la fuerza y el descaro. Y es que está al frente de una de las mejores bandas de Rock americano del momento. Esperemos que dure y que podamos constatarlo en nuestros escenarios.
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