Reseña de «Technicolour Shakedown», nuevo disco de Christian Gisborne con sus Velvet Starlings repleto de vitalidad, energía y poderío garagero sonando a todo lo conocido pero fresco y sin complejos. Discón.
Agárrense los machos porque estamos ante el mejor disco rocanrolero del año. Un pelotazo de dimensiones galácticas que sin inventar la pólvora y tirando de clásicos como Animals, Stones, Kinks, Who… nos hacen disfrutar de lo lindo. Estos Velvet Starlings son una formación angelina encabezada por el jovencísimo y talentoso Christian Gisborne que influenciado por las míticas bandas antes mencionadas e incorporando pinceladas más actuales al más puro estilo Jack White consigue rememorar el poderoso rock garagero de los sesenta, acercándose sin complejos a la British Invasion.
No es su primer disco, hay que decirlo. No es un debut, hay dos discos más que a este lado del charco pasaron inadvertidos y están francamente bien. «Velvet Starlings» del 2018 y sobretodo «Love everything, love veryone..» del 2019 apuntaban maneras, dejaban claro que Gisborne ha venido para quedarse y nosotros estamos para disfrutarlo. Y no es por ponernos medallas, pero en la Subterranean Homesick Magazine somos de descorchar estas bandas, de celebrarlas e invitar desde el Exilio a sudarlas.
«Technicolour Shakedown» es un descomunal pelotazo de rock garagero y algo vintage. Si obviamos las influencias que de haberlas haylas, lo más parecido sería escuchar el primer disco de los Monos Árticos, aquel «Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not» o el blanquirrojo y sanguinario «White Blood Cells» de The White Stripes. Si Gisborne llega a los niveles de Jack White o Alex Turner ya podemos aplaudir con las orejas y darnos con un canto en los dientes pues estaremos de suerte y disfrutaremos durante años. Mr Gisborne tiene mucho talento, tiene actitud y mucho rocanrol.
Christian Gisborne es oriundo de Venice (L.A), y a sus 18 añitos canta, compone y guitarrea como el más viejo del lugar. Él es Velvet Starlings, pues compone, canta y guitarrea, claro que para darle forma al asunto cuenta con los hermanos Poling como sección rítmica: Foster Poling a la batería y Hudson Poling al bajo. Sí, oficialmente son un trío, o lo eran, y suenan como eso, como un trío, como un cañón. A pesar de todo esto han incorporado para este nuevo disco a Ashton Minnich como segunda guitarra, manteniendo la garra de un trío y dando más cuerpo al asunto como cuarteto.
Un organillo muy «Animals» abre sin complejos el artefacto rocanrolero. Mirando de soslayo en unos segundo también a los Doors pero rápidamente transformarse en los primeros Arctic Monkeys…. Menudo cañonazo es «She Said (She Said)», rememorando, porqué no decirlo, a aquellos primeros y garageros Kinks. «Checkmate» es puro Jack White incluso en esa batería tan simple pero efectiva. No hay queja. Estupendísima. El tercer corte nos recuerda a todo lo escuchado pero sigue sonando fresco, y eso no es nada fácil. Hablamos de «Back on the train», con riff demoledor que se nos mete en la cabeza y nos embruja.
«Can’t Control» tiene ese órgano de puta locura. Pura rabia sesentera, puro garage. Excelente es poco. Del «Louie Louie» al «You’re really got me»…. yeah yeah yeah yeah…. «There’s nobody there» tiene algo más de psicodélia, algo más de Lennon, algo más de Oasis…. Mientras que «Regrets» mantiene la vieja fórmula británica del rocanrol, en estas dos últimas canciones se aproximan más al rock de los noventa y dejan algo de lado el garage pero sigue funcionando todo sin problemas pues es solo rocanrol, pero nos gusta.
Pasado el ecuador y encarando el final de un disco que en media hora lo disfrutamos a tope, llega «Colours of the canvas» para retomar a los «Animals» y porqué no la entrada hacernos acordarnos del «Venus» de Shocking Blue y mezclarlo con puro hippismo y psicodélia. Algo de mis amados Small Faces también encontramos, porqué no?. Ya decimos que no inventan nada pero todo funciona como un reloj. «Young Ideas» nos hace mover de nuevo el esqueleto, a nivel vocal aquí suena muy a Mr White. Otro tema, simple y efectivo.
La canción que da nombre al disco, «Technicolour Shakedown» es un pelotazo descomunal. Una mini joya. Y por supuesto, el final con «Turn it on» nos deja un sabor de boca inmejorable con esas guitarras espeluznantes que tendrían que abordar en más ocasiones y darles más tiempo y recorrido, claro que el organillo doorsiano también le da un empaque que ni os cuento. La banda angelina Velvet Starlings dará que hablar, no lo duden, y este disco será recordado gracias a su decena de singles como ese maravilloso oasis garagero del 2021.
Velvet Starlings – Technicolour Shakedown (2021)
01.- She Said (She Said)/ 02.- Checkmate/ 03.- Back of the Train/ 04.- Can’t Control/ 05.- There’s Nobody There/ 06.- No Regrets/ 07.- Colours of the Canvas/ 08.- Young Ideas/ 09.- Technicolour Shakedown/ 10.- Turn it On.
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