Críticas Discos

Lou Reed – «New York» (1989) 10/10
01. «Romeo Had Juliette»/ 02. «Halloween Parade»/ 03. «Dirty Blvd.»/ 04. «Endless Cycle»/ 05. «There Is No Time»/ 06. «Last Great American Whale»/ 07. «Beginning of a Great Adventure»/ 08. «Busload of Faith»/ 09. «Sick of You»/ 10. «Hold On»/ 11. «Good Evening Mr. Waldheim»/ 12. «Xmas in February»/ 13. «Strawman»/ 14. «Dime Store Mystery».
Puede que «Romeo had Juliette» no tenga el gancho de «Vicious» o «Crazy Feeling» puestos a empezar un álbum pero es una «típica canción» de Lou Reed, con su recitar callejero y su marcheta rocanrolera a la manera que solo el aterciopelao mayor puede y, claro, tiene bicho escondido en esa guitarrilla erizada de fondo que aparece y desparece a su antojo. Ya gusta la primera vez y más nos gustará. «Halloween parade» es más de lo mismo, levemente más tranquila en apariencia pero, que cabrón, esos coros «transformeros» del final…no hay derecho, no se puede ser tan bueno…»Dirty Blvd.» fue el single estrella, la canción que más se conoce del disco y ni que sea por aquel elegante clip que ponían hasta en la carta de ajuste de la época. Ya nos la sabemos de memoria, brutal perse, ¿para qué hablar más de ella?, solo decir que aquellos «agraciados» con mi nivel de inglés («camping level») ya deberían tener el Collins en el regazo a estas alturas de álbum porque, al igual que ocurre con Dylan -como ejemplo más claro que se me ocurre de primeras-, por bien que suene esto, sin echar mano a las letras te pierdes de la misa la mitad y media. «Endless Cycle», como ocurría con la segunda, se aparece algo reposada (más tras los «fly, fly away» del final de la otra), pero de nuevo el factor guitarra melismática de aparece/desaparece (ahora en versión más «lounge» eso si), y matizando la sobriedad del resto, le vale de sobras para ser otro pedazo de canción… y aquí nada se escribe por escribir: otra virguería más, si. Después el regalazo de «There is no time» para todos los que pensamos que con este tipo estamos ante el primer punk de facto, aunque haya quien no congenie…Guitarras burreras que acaban distorsionando como procede, ritmo acelerado sin descanso, la puta fiesta vaya…recomiendo empezar el día con esta canción a toda leña cuando se pasen «malos tiempos». Infalible. Y ahora si ya que tiramos de babero: «Last great american whale», canción de la que, a falta de una mayor riqueza para comunicarme, estoy directamente enamorado… mi favorita de Reed en una carrera lóngeva y rica como casi ninguna…ahí lo dejo. Cerrando la primera cara llega «Beginning of a great adventure» con su poso, y bastante más que «poso» de hecho, jazzístico ideal para los que crean que solo Tom Waits puede lograr según que cosas… hueles a club después de escucharla a la puñetera y, en verdad, parece que lo tengas al lado mientras canta-recita.

«Busload of faith» arranca la cara B ahí donde se quedó «Endless cycle». Es a su vez de las más rocanroleras, o de espíritu stoniano. La subida rítmica que demanda esta cacho disco tras la (impagable) calma que precede. «Sick of you» en comparación, o sin, es un rockabilly de manual (la mar de juguetón por cierto)…que nada, no hay nada que hacer o decir para echar agua al vino, esto no decae, no hay tu tía. Porque además llega «Hold on» otra matrícula de honor rodeada de dieces, mi segunda predilecta del disco si alguien me apuntará en la sien obligándome a ponerlas por orden de preferencia…»you better hold on something’s happening here…» y venga otro riff burrero de esos a rememorar pa los restos, qué tio. No tomes mucho aire que llega «Good evening Mr.Waldheim», otro de esos greatest hits «no reconocidos» en potencia que pueblan la extensa discografía de Lou, solo él mismo, o quizá Bowie, puede entonar de esa manera cuando canta por ejemplo lo de «…a sound that shakes, Oh Jesse…», el mamón te la acentua con ese tono que te crea una secuencia inmediata y te desarma del todo. Buena de cojones. «Xmas in february» es la hermana de «Halloween Parade», pero sin coro final, y te deja la buena onda necesaria (sin ser relleno, que de eso aquí no tenemos) para afrontar el segundo momento stoniano del disco con la vitalista «Strawman», de la que creo que Byrne debería hacer una versión para ayer si no lo ha hecho ya (no le quedará tan memorable ni solemne como a Lou pero de verdad que le calza de coña…). Acabamos con el cello de «Dime store mystery», la guitarra de la parte media, el marchamo de toda la pieza, la ansiedad contenida en la voz…no quiero ser injusto ni ventajista (mayormente porque no me desagrada en absoluto, precisamente, la formación que citaré a continuación), pero es como para pillar por banda a todos los fans de Joy Division del mundo y decirles aquello de: «¿véis como todo se puede mejorar?». No tengo muy claro si este disco está considerado un clásico a la altura que (estoy convencido) merece o no, en cualquier caso, aunque mi hermano mayor ya me tenía de los sres. Bowie y Reed bien servido desde la más tierna infancia, (re)descubrir en 1989 a un monstruo de este calibre de primera mano, por uno mismo y con flamante nuevo álbum, es uno de los mejores recuerdos que me ha dado esto del rocanrol de largo. Por ello: gracias Mr. Reed, gracias «New York».

Por Guzz

*post aparecido originalmente en Citizen Guzz


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