De las pocas cosas buenas que tiene ser un extraterrestre con residencia en el planeta Tierra y sin billete de retorno a casa es empaparse de la música de ciertos humanos. A pesar de llevar casi cuarenta años en vuestro retrete azul no paro de asombrarme con discos y artistas que por innumerables causas se me han escapado y han pasado desapercibidos para mis oídos. Por suerte, en ocasiones, cuando hay un evento músicoblogueril mágico como el que se dio este verano en Frías con la excusa de Tito Neil de por medio uno tiene la oportunidad de hablar con sabios terrícolas, apasionados de la música que comparten sus gustos, sus manías, sus obsesiones y sus tesoros ocultos. Fue allí una noche a las tantas de la madrugada, con alguna copa de más, que se abrió una extraña conversación entre Mansion, Jesús del Cierzo, Johnny y un servidor sobre grupos malditos. Y entonces Johnny se encendió y no pudo tener por más tiempo guardado su secreto. Interrogando al gurú Jesús para que corroborase su discurso vino a decir algo así como “Son o no son El Sonido el grupo maldito por antonomasia?, es o no es Adrian Borland un genio incomprendido? Un maldito, una estrella caída y ninguneada? No son Jeopardy, From the Lion’s mouth, y All fall down tres joyas olvidadas?….. “ a lo que Jesús, impasible, respondía con un ligero movimiento vertical de cabeza a cada pregunta seguido de un gran sorbo de su enésima cerveza intercaladas con su cigarrito. Esto se repitió durante más de media hora con la música de Tito Neil de fondo, y Mansion y un servidor escuchando, aprendiendo y pasándolo en grande. Como me reí durante esa conversación! Pero también tomé nota. Y hoy disfruto a lo grande con ese “Jeopardy”. Sí, es raro que poca gente se acuerde de The Sound. En palabras de Johnny: «Siempre en la sombra, al principio de Joy Division, después de Echo & The Bunnymen y después en el pozo de la historia”. Aunque sólo fuese porque el líder de la banda se suicidó tirándose a la vía de un tren debería conocerse más a este gran grupo, si uno lo escucha no tiene dudas, eran demasiado grandes para ese momento. Los tres primeros discos según los especialistas en The Sound son básicos, así como “Heads and Hearts” y el directo “In the Hothouse”. Raro que a mi archienemigo se le haya pasado este grupazo, estoy seguro que pondrá remedio.
En “Culturamas” leo y suscribo que “Jeopardy” es un disco de escucha repetida y caducidad indefinida, cuyo inicio “I can’t escape myself” constituye un grito de largo alcance desde la corrosión de los sentimientos placenteros hacia uno mismo y lo que nos rodea». Toma! Cuanta razón. “Jeopardy” es un debut fantástico, increíble, maravilloso… de los mejores debuts que un servidor ha escuchado pero incomprensiblemente pasó desapercibido para mí y para tantos otros durante años. No puedo catalogar este disco como “clásico nikochiano” porque apenas hace un mes que lo escucho, eso sí, compulsivamente. Claro, que no tengo dudas de que se convertirá en otro clasicazo de mi vida. Gracias Johnny por el soplo, por tu amistad y por ese espacio woodyjaggeriano tan bueno que nos brindas. Vamos con el disco, que es una pasada. Abre con ese pelotazo cósmico que es “I can’t escape myself”, la entrada es fabulosa, empieza modosita, la percusión se abre paso y parece que algo tenebroso se vaya a abalanzar sobre nosotros. Borland entra con una voz acojonante y luego… , luego la canción te estalla en plena cara y las guitarras te parten en dos. Temazo sublime. Reconozco haber estado enganchado a esta canción unos quince días, a ésta y a “Heartland” que le sigue, y de ahí no pasar. Dos fantásticas composiciones, brutales, increíbles. “Heartland” no se queda manca con esa entrada postpunk ochentera, eso es lo que vendría luego y que muchos grupos copiarían hasta la saciedad. Una vez recuperado del estado de shock, dejé correr el disco y lo que encontré allí fue la leche. “Hour of need” me parece genial, y el latigazo de “Words fail me” ya ni os cuento, es sólo rock’n’roll, sí, pero me gusta. Lo bueno que tiene este disco es que con cada escucha cambio de canción favorita, por ejemplo, a mi “Missiles” me parece la polla en verso, pero claro luego viene “Heyday” y “Jeopardy” y no sabes con cual quedarte. Lo de”Heyday” a día de hoy me tiene loco. Del final, creo, que “Unwritten law” con esa atmósfera apocalíptica sobresale por sí sola, y el cierre, con un pequeño toque a The Doors (sí, eso habéis leído) es la leche, “Desire” te deja con ganas de volver a darle al play, con ganas de volver a pinchar el disco. Un discazo que me alegro de haber descubierto aunque sea tarde. Esta vez, en este estilo, supero a mi archienemigo. Chínchate Guzzest!!!
Por Nikochan
*post aparecido originalmente en nikochan island
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Las personas que me hablaron y me dieron a conocer este disco hace años me comentaron que en unas vacaciones alquilaron un coche por Mallorca y en el radiocassette estaba el “jeopardy” enganchado (sin poder sacar la cinta) y les sonó una y otra vez como bso este discazo todos los días de su ruta en coche sin poder cambiar la cinta. El disco no paraba de sonar y se volvieron megafans de “the sound”. Me pareció maravilloso que fuese con este disco pq es una obra de arte de principio a fin. De hecho, envidié la forma como gozaron del disco sin parar!