El neoyorquino Lorne Behrman nos ofrece en su segundo disco una crónica de New York en clave musical y vital de primer orden.
Lorne Behrman: «Es una serie de viñetas de la ciudad de Nueva York, atormentadas por las sombras pero guiadas por la luz».
No creo que sea descabellado pensar que la música, además de desarrollarse en base a coordenadas estilísticas que hay que recoger de una secuencia temporal enraizada en un pasado más o menos lejano, puede también terminar señalando hacia un lugar, actuando como sonido y letanía recurrente e identificativa del mismo.
Lo que en realidad quiero decir, es que entiendo que todos coincidiremos en que en Nueva Orleans, en el estado sureño de Tennessee, en el Londres del ‘Swinging London’ o en Venecia y sus gondoleros, por poner algunos ejemplos, podemos encontrar una música que identifica a todos estos lugares, incluso se podría decir que explica qué y cómo son a todos aquellos que no forman parte de los mismos o que incluso no los conocen físicamente.
Leyendo el párrafo anterior, me imagino que todos hemos pensado en soul, country, blues, pop, mod, beat o barcarola… Pero, si hablamos de New York, ¿Qué música tendríamos que acuñar como explicativa de la gran manzana?.
Si me permiten contestarme a mi mismo y teniendo en cuenta que un centro neurálgico como la capital de los rascacielos puede estar emparentada con prácticamente cualquier estilo musical, me referiré a un autor más que a un palo musical concreto. New York, diría yo, que se explica por medio de las canciones de Lou Reed.
En este sentido, el neoyorquino Lorne Behrman realiza, en su segunda intentona en un larga duración, un canto al sonido de su ciudad poniendo el foco precisamente en la lírica de Reed, con la cual y sin esconderse ni utilizar subterfugio de ninguna clase, fabrica un excelente disco en el que las canciones son, junto a la invocación underground de sedoso tacto y una atmósfera incuestionable, las absolutas protagonistas. El disco por cierto, se titula «Blue Love».
En realidad podríamos extendernos en enfáticas disecciones estilísticas sobre lo que se escucha en «Blue Love», acuñar alguna influencia más como Bob Dylan, Television o Peter Perrrett, o hacer flemáticas diatribas en torno a la significación de las canciones, pero si me lo permiten, me ceñiré a lo que el propio autor cita a la hora de definir este estupendo álbum: «Es una serie de viñetas de la ciudad de Nueva York, atormentadas por las sombras pero guiadas por la luz».
En resumen, un disco donde habita el dolor, pero también la resurrección y la esperanza, el final que parece cernirse y la fuerza interior para evitar el ocaso. Un disco con canciones vaporosas y neblinosas, con un verista ambiente expresionista y opaco que ocasionalmente se rompe para dejar que la luz rasgue la humeante oscuridad. Creo que se trata de un magnífico disco.
El tema «The Blue Goes on Forever» avanzó la publicación del trabajo y después «Barbara» ofició de segundo single, significando dos caras distintas de una misma moneda musical titulada «Blue Love» y lanzada al aire por un autor al que habrá que seguir la pista y que responde como Lorne Behrman.
Bandcamp donde escuchar y descargar «Blue Love» en el siguiente enlace: https://lornebehrman.bandcamp.com/
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